El Estado ha ofrecido grandes sorpresas a las autoridades del nuevo gobierno durante el proceso de instalación. Una de las que les ha costado asimilar es que cada vez que salen de Santiago reciben un viático de hasta $83.000 diarios, aun cuando la mayoría de ellos se traslada en autos fiscales y tienen gastos de representación. Sus choferes, en cambio, reciben algo más de $23 mil por el mismo viaje.
Es más. Cuando los ministros, subsecretarios y directores de servicios se trasladan por un par de horas también se hacen acreedores a una parte de esa asignación (40% del total), la que es irrenunciable, aun cuando en algunas reparticiones públicas argumentan que nunca han cobrado esas platas.
Lo cierto es que todos los funcionarios que cambian de ciudad deben firmar un documento llamado "autorización por cometido", procedimiento que activa automáticamente el pago de estas asignaciones, las que junto con las horas extraordinarias han pasado a representar parte importante de las remuneraciones del sector público.
Esta política de viáticos presenta situaciones increíbles. Cuando un inspector debe subir desde el centro de Santiago a Valle Nevado para cumplir con su trabajo, tiene derecho a viático. Lo mismo ocurre si el traslado es de La Serena a Tongoy, puesto que en algunos casos la entrega de estos dineros se activa cuando los funcionarios viajan dentro de la misma región.
El director de un organismo fiscalizador revela que "cuando un inspector debe realizar una ronda de tres fiscalizaciones en provincia, en lugar de hacerlas todas juntas, prefiere viajar tres veces al mismo lugar para ganarse tres viáticos".
En algunos organismos, esta práctica es soterrada, pero en otras se trata de acuerdos explícitos, en que el propio jefe de servicio autoriza los viajes para incrementar las remuneraciones totales de algunos empleados. Durante los últimos veinte años, el gasto total en viáticos para viajes dentro de Chile aumentó en 1.010% en términos reales, pasando de $4.934 millones en 1991 a $54.800 millones en 2010 (todo en pesos actuales).
Paralelamente, la dotación de planta se mantuvo congelada en torno a las 80 mil personas y los trabajadores que ingresaron a la administración pública lo hicieron bajo el esquema de contrata u honorarios. (ver recuadro)
Zona gris
El gasto en viáticos al extranjero no es parte del Presupuesto; por lo tanto, nadie conoce a ciencia cierta cuánto desembolsa el fisco en ese ítem. Pero existen algunas luces.
La semana pasada, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, puso la alerta y denunció que en 2009 un grupo de ejecutivos de la salud pública gastó $250 millones en un solo viaje a España, y que en 2008 las autoridades de la cartera realizaron 800 salidas al exterior del país.
Tanto parlamentarios de la Alianza como de la Concertación reconocen que estos dineros se han convertido en un segundo sueldo, fenómeno que se acentuó a partir del año 2000.
Tal como advierte la senadora de la UDI, Evelyn Matthei, el uso que se ha hecho de estas platas es simplemente escandaloso: "la situación real es peor a lo que muestran las cifras, porque la mayoría de los ministerios gastan más de lo presupuestado".
La única investigación que se conoce al respecto fue hecha por el senador José García Ruminot (RN), y reveló que en 2005 trece de los veintidós ministerios se habían excedido en la entrega de viáticos. Ese año, Relaciones Exteriores gastó el 200% más de lo asignado en su presupuesto; Salud, 41%; Minería, 38%, y la Presidencia, 23%. Ni siquiera Hacienda predicó con el ejemplo: gastó 4% más de lo señalado en la Ley de Presupuesto.
Sistema regresivo
Los ministros, subsecretarios y los directores de servicios tienen derecho a un viático de hasta $83.000 diarios; los directivos, a uno de $39 mil; los profesionales, $32 mil, y los administrativos, sólo $23 mil.
En 2008, los senadores Ricardo Núñez (PS) y Carlos Bianchi (independiente) presentaron una moción parlamentaria para cerrar esta brecha, pero la iniciativa no prosperó.
De hecho, en el caso de los viajes al extranjero, la escala de grados también conspira contra los funcionarios de base. Mientras un ministro puede gastar US$ 100 diarios corregidos por el costo de vida del país de destino (más gastos de representación), un administrativo debe batirse con sólo US$ 35.
Gasto en personal sube 300% entre 1990 y 2010
Llama la atención que el aumento de recursos disponibles para viáticos no se repita en otros ítems relativos al personal del Estado.
La planta de funcionarios permanentes, por ejemplo, está congelada por ley en torno a las 80 mil personas.
Esto último ha llevado al Estado a duplicar su contingente a través de la figura de los trabajadores a contrata, los que pasaron durante la última década de 40 mil a 90 mil personas.
En la práctica, constituyen una dotación paralela, pero sin los mismos derechos que sus pares de planta.
El gasto total en personal se incrementó en torno a 300% durante los cuatro gobiernos de la Concertación, cifra que contrasta con el 1.010% que aumentaron los recursos destinados a los viáticos, las que no llegan necesariamente a los segmentos más bajos de la administración pública, sino sólo a aquellos funcionarios que viajan.
El investigador de la Fundación Jaime Guzmán, Felipe Rössler, en tanto, no cree que la solución sea disminuir los fondos destinados a este ítem, sino mejorar los mecanismos de fiscalización, de modo que los representantes del Estado sólo realicen los viajes estrictamente necesarios y "no ocurra que van a un seminario de tres días en Buenos Aires, se queden diez y se gasten dos millones".
Artículo original
Y así éstos caraduras se dicen socialistas y progresistas... y los giles se lo creen
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