Las razones para estar contentos no son menores, justo cuando el gobierno presentó los papeles para la emisión de un bono soberano ante la Comisión de Valores de EEUU, nos dan un espaldarazo al informarle al mundo que somos menos riesgosos, y ello debería significar que podremos colocar la deuda con menor spread, es decir, pagaremos menos interés por la misma deuda.
No cualquier país es AA-, entre nuestros partners en esta clasificación están Taiwán y Arabia Saudita. O sea, los analistas del mundo financiero creen que Chile es tan o tan poco riesgoso como Taiwán y Arabia Saudita.
¿Pero qué detonó el cambio?, nuestras instituciones y el estado financiero del gobierno no son tan distintos que el año pasado, y al revés, hoy tenemos que financiar la reconstrucción tras el terremoto. La decisión de financiarla no sólo con los fondos ahorrados, sino que también a través de la emisión de nueva deuda y principalmente, el alza de impuestos, es lo que al parecer hizo la diferencia, pues aseguró a los tenedores de nuestros bonos nuestro compromiso con los fundamentos macroeconómicos sanos, sin importar los problemas que podamos enfrentar (lección de la cual probablemente deberían aprender varios países de la Zona Euro).
Esto sólo hace tangible nuestra gran responsabilidad como sociedad. Los países AA- tienen un PIB per cápita promedio de US$ 34.000, nosotros sólo de US$ 14.500. La tarea para lograr asemejarnos a nuestros pares es grande y difícil. Los fundamentos macro ya están sanos, la tarea pendiente son las reformas micro. Mayor flexibilidad laboral, mejor educación y capacitación son nuestra deuda con los chilenos. El mercado cree que lo podemos lograr, sino no nos hubieran ubicado en tan alta posición. De nosotros depende ir en el camino correcto.
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