Tomado de La Nacion, Buenos Aires - Argentina
La crítica más severa que recogió el presidente Vicente Fox en su polémico paso por Mar del Plata fue que, por adherir enérgicamente al ALCA, actuó como un subalterno de los Estados Unidos y un entregador de la soberanía mexicana.
Este ataque no se sostiene por dos razones. En primer lugar, porque el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que asocia la economía mexicana con las de los Estados Unidos y Canadá, que responde a las siglas Nafta y que es la antesala del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), no fue firmado por Fox, sino por su antecesor, el presidente Carlos Salinas de Gortari en 1994, fue confirmado por el sucesor de éste, el presidente Zedillo, y cuenta con el apoyo de los tres candidatos presidenciales que ahora se disputan la sucesión de Fox.
Si Fox es un "entregador" de la soberanía mexicana, pues, está en la compañía de los dos presidentes anteriores y de los tres candidatos presidenciales que pugnan por sucederlo. El "entregador" sería en tal caso toda la clase política mexicana, de izquierda a derecha, en tanto que el rumbo que marcó el Nafta y que se propone seguir el ALCA fue apoyado, además, por 29 de los 34 gobernantes que se reunieron en Mar del Plata. Si Fox es un entregador, cuenta por lo visto con un acompañamiento mayoritario no sólo en su país, sino también en nuestra región.
Afirmar que todos los presidentes latinoamericanos fuera de los de Venezuela y del Mercosur forman parte de algo así como una conspiración de traidores a la patria pertenece más a la exaltada retórica de Hugo Chávez que a un análisis objetivo de la realidad. ¿No será que el aparente "entreguismo" de la mayoría de los gobernantes latinoamericanos no responde al "antinacionalismo" que les endilgan sus adversarios, sino a "otro" nacionalismo, a un nacionalismo distinto de la versión chavista?
Esta pregunta nos lleva a la segunda razón que podría eximir a Fox de la acusación de la cual ha sido objeto. En 1994, cuando Salinas de Gortari firmó el Nafta, México exportaba unos 35.000 millones de dólares anuales, lo mismo que la Argentina hoy. Pero este año las exportaciones mexicanas alcanzarán los 200.000 millones de dólares. Una política que ha sextuplicado las exportaciones mexicanas y que ha reducido el desempleo a menos del 4 por ciento en diez años, gracias a la penetración en el inmenso mercado estadounidense, ¿podría ser calificada seriamente de "antinacional"?
El zorro y el puercoespín
Es que América latina no se debate entre el nacionalismo y el antinacionalismo, sino entre dos variedades del nacionalismo. Una es la que podríamos llamar nacionalismo a la defensiva, cuyo empeño principal es que los demás países no se metan en el mercado nacional, al que protege detrás de altas barreras arancelarias y cambiarias.
El presidente Kirchner pareció reflejar esta mentalidad cuando sostuvo que Fox debería ocuparse de México mientras que él se ocupa de la Argentina. Si cada gobierno se limitara a ocuparse de su país, llegaríamos a la anulación de las relaciones internacionales, que consisten precisamente en negociar con otros países cediéndoles algo para que nos cedan algo, extendiéndose de este modo el alcance del comercio del plano nacional al mundial, con el consiguiente aumento de la producción, que ha resultado en el extraordinario crecimiento económico de las naciones después de la Segunda Guerra Mundial.
La opción es "vivir con lo nuestro", extendiendo apenas nuestras fronteras hacia el reducido número de naciones proteccionistas que intentan lo mismo en el Mercosur, donde militan la Argentina y Brasil, es decir, las dos economías más cerradas del mundo, puesto que la vinculación que nos une a nuestro gran vecino no va camino del aperturismo sino de un proteccionismo, eso sí, algo más amplio que el de nuestras respectivas naciones.
Cuando decidió combatir la inflación, lo primero que hizo el ministro Lavagna fue frenar aún más las exportaciones, que ya sufren las retenciones, mediante la suspensión de los reintegros, suscribiendo de este modo al "nacionalismo a la defensiva" de su propio gobierno.
En un libro titulado El zorro y el puercoespín, el ensayista chileno Claudio Véliz ha identificado actitudes como éstas con la del puercoespín, que se protege detrás de sus espinas al precio de una insignificante movilidad. ¿Hay otra actitud posible? Sí, dice Véliz, la del zorro, que sale a conquistar el ancho mundo aceptando los riesgos y los beneficios de la apertura.
Y bien, parece que las economías que más han progresado en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial se han caracterizado, como el zorro, por invadir otras guaridas. Este ha sido el caso de los países de mayor crecimiento, como Japón, Corea, el sudeste asiático y, ahora, China y la India, además de Chile, el ejemplo más brillante de crecimiento económico en América latina durante los últimos veinte años. No es que el zorro no defienda su guarida. Lo hace, pero también piensa obsesivamente en las guaridas de los demás.
El otro nacionalismo
La actitud de los países como México y Chile que piensan en las guaridas de los demás podría recibir el nombre de nacionalismo competitivo. Habida cuenta de que en esta lista de países figuran los que más han crecido en el mundo, ¿podríamos calificarlos de entreguistas? ¿Se cree, para tomar un ejemplo, que los japoneses no aman a su exclusiva isla? Lo que pasa es que los japoneses, en lugar de vivir mortificados por lo que les hicieron los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, aceptaron con realismo las reglas de juego que traían consigo sus vencedores y, aprovechándose de ellas, han llegado a desafiarlos mediante una imbatible agresividad comercial.
No se crea por otra parte que los países nacionalistas competitivos excluyen toda clase de protección. Su principio operativo no es la ingenuidad de abrir mercados sin contrapartida, sino la astucia de abrirlos a cambio de una negociada reciprocidad. Así avanza el mundo, a través de negociaciones incansables en las que cada uno de los socios del inagotable mercado mundial entran en él con un escudo y una espada, con una dosis bien balanceada de realismo.
También es verdad que los países más desarrollados, sobre todo la Unión Europea, los Estados Unidos y el propio Japón, violan la vieja promesa de abrir su sector agropecuario a las exportaciones de los grandes productores de alimentos como la Argentina y Brasil; cometen así un grave pecado de incoherencia en relación con su constante prédica del libre comercio. Por eso es lógico lo que le dijo Lula a Bush en Brasilia: si no se sigue apelando a una competencia desleal en el sector agropecuario, Brasil entrará finalmente en el ALCA. Esto no es cerrarse. Esto es abrirse cuidadosamente. Cerrarse es castigar a las propias exportaciones como lo hace la Argentina, perdiendo en el camino la legitimidad de sus reclamos frente a la clausura de sus clientes potenciales.
Alberdi escribió que los "angloamericanos" tienen, al revés que nosotros, "la inteligencia de sus intereses". Chile, México y el propio Brasil han aprendido la lección alberdiana. Nuestro gobierno prefiere todavía las proclamas inconvenientes a las negociaciones convenientes. Algún día, esperamos, aprenderá.
Por Mariano Grondona
Link corto: http://www.lanacion.com.ar/755923
jueves, noviembre 17, 2005
miércoles, noviembre 16, 2005
El calentamiento del planeta causará escasez de agua
Entre las zonas más afectadas están Perú y Canadá
LONDRES.- El calentamiento del planeta tendrá como consecuencia la escasez de agua en algunos territorios, debido a que afectará al suministro desde glaciares y reservas de nieve, según un estudio publicado hoy en la revista científica "Nature".
El calentamiento planetario, provocado por la emisión de gases de efecto invernadero sobre todo por parte de países ricos, alterará el ritmo natural de deshielo y avanzará la caída de las lluvias, lo que tendrá efectos en la capacidad de las presas y en el suministro en determinadas épocas del año.
La amenaza es "clara" en ciertas partes del mundo, afirman los científicos, que alertan de que las regiones con más riesgo son la cuenca del río Rhine, que vería afectado su caudal; zonas de Canadá y Perú, donde los glaciares se han reducido un 25 por ciento en las últimas tres décadas.
El estudio, elaborado por expertos del Instituto de Oceanografía Scripps de la Universidad de California y la de Washington, analiza los posibles cambios en los niveles del agua y cómo éstos afectarán a los continentes.
Los científicos concluyeron que el efecto invernadero tendrá "consecuencias significativas" en las regiones más dependientes del hielo y la nieve y, eventualmente, perturbará el suministro de agua.
La nieve se acumulará menos en invierno y se fundirá antes en primavera, lo que obligará a revisar las infraestructuras de reserva de agua porque las presas no podrán contener el ciclo anual de nieve y lluvias.
"Al cambiar el ciclo natural de los ríos, el mayor cauce se producirá en primavera y será difícil mantenerlo hasta verano", escribe en la revista Tim Barnett, del Instituto Scripps.
El cambio en el ciclo fluvial y marítimo afectaría al transporte por barco, la protección contra inundaciones, generación de energía hidroeléctrica y al turismo, advierten los expertos.
Otro estudio también publicado hoy en "Nature" sostiene que los países ricos, principales emisores de gases nocivos, deberían asumir su responsabilidad en las tareas de prevención y ayudar a los países pobres, sobre todo los africanos, que se verán muy afectados por los cambios que experimentará el virus de la malaria.
LONDRES.- El calentamiento del planeta tendrá como consecuencia la escasez de agua en algunos territorios, debido a que afectará al suministro desde glaciares y reservas de nieve, según un estudio publicado hoy en la revista científica "Nature".
El calentamiento planetario, provocado por la emisión de gases de efecto invernadero sobre todo por parte de países ricos, alterará el ritmo natural de deshielo y avanzará la caída de las lluvias, lo que tendrá efectos en la capacidad de las presas y en el suministro en determinadas épocas del año.
La amenaza es "clara" en ciertas partes del mundo, afirman los científicos, que alertan de que las regiones con más riesgo son la cuenca del río Rhine, que vería afectado su caudal; zonas de Canadá y Perú, donde los glaciares se han reducido un 25 por ciento en las últimas tres décadas.
El estudio, elaborado por expertos del Instituto de Oceanografía Scripps de la Universidad de California y la de Washington, analiza los posibles cambios en los niveles del agua y cómo éstos afectarán a los continentes.
Los científicos concluyeron que el efecto invernadero tendrá "consecuencias significativas" en las regiones más dependientes del hielo y la nieve y, eventualmente, perturbará el suministro de agua.
La nieve se acumulará menos en invierno y se fundirá antes en primavera, lo que obligará a revisar las infraestructuras de reserva de agua porque las presas no podrán contener el ciclo anual de nieve y lluvias.
"Al cambiar el ciclo natural de los ríos, el mayor cauce se producirá en primavera y será difícil mantenerlo hasta verano", escribe en la revista Tim Barnett, del Instituto Scripps.
El cambio en el ciclo fluvial y marítimo afectaría al transporte por barco, la protección contra inundaciones, generación de energía hidroeléctrica y al turismo, advierten los expertos.
Otro estudio también publicado hoy en "Nature" sostiene que los países ricos, principales emisores de gases nocivos, deberían asumir su responsabilidad en las tareas de prevención y ayudar a los países pobres, sobre todo los africanos, que se verán muy afectados por los cambios que experimentará el virus de la malaria.
El gran engaño de Perú a Ecuador
Perú cuestiona la existencia de una frontera marítima con Chile, al tiempo, que dice no existe problema limítrofe con Ecuador. Curiosamente, las delimitaciones de los tres paises están acordadas en los mismos documentos jurídicos.
Estamos ante un burdo engaño peruano (más adelante lo demuestro con documentos) que no desea aparecer cuestionado en su pretensión expansioniste, en dos frentes al mismo tiempo. Los peruanos han optado por presionar a Chile primero, antes que este país reciba los nuevos armamentos que ha comprado (y mientras Perú mantiene una superioridad militar).
Seguramente, el plan peruano es intentar imponer su criterio a Chile (más fuerte militar, social y politicamente que Ecuador) y luego, presionar a Ecuador, el vecino más débil.
Hay que recordar que a Chile, un presidente peruano, ya le dijo que no quedaban tema limitrofes pendientes (ante las cámaras de TV), hoy, a Ecuador, esa seguridad sólo se lo ha dado el canciller.
Aquí está la prueba que demuestra el doble discurso e intención oculta peruana, un documento del propio ejercito peruano donde claramente, desconoce la existencia de un límite marítimo con Ecuador.
El documento comienza así:
RELACION PERU – ECUADOR
a. PUNTOS DE FRICCION
- FRONTERA MARITIMA
No existe a la fecha un tratado de límites marítimo entre “P” y “E”; como consecuencia existe continuos incidentes por desconocimiento de límite internacional marítimo.
http://www.ejercito.mil.pe/contribucion/asuntosi/relacion_pe.htm
Este documento fue publicado por el ejercito peruano, el viernes 09 de Julio, 2004 10:42:00 AM
Sería bueno que la cancillería peruana explique esta divergencia entre el discurso oficial y el de sus propias FFAA.
Estamos ante un burdo engaño peruano (más adelante lo demuestro con documentos) que no desea aparecer cuestionado en su pretensión expansioniste, en dos frentes al mismo tiempo. Los peruanos han optado por presionar a Chile primero, antes que este país reciba los nuevos armamentos que ha comprado (y mientras Perú mantiene una superioridad militar).
Seguramente, el plan peruano es intentar imponer su criterio a Chile (más fuerte militar, social y politicamente que Ecuador) y luego, presionar a Ecuador, el vecino más débil.
Hay que recordar que a Chile, un presidente peruano, ya le dijo que no quedaban tema limitrofes pendientes (ante las cámaras de TV), hoy, a Ecuador, esa seguridad sólo se lo ha dado el canciller.
Aquí está la prueba que demuestra el doble discurso e intención oculta peruana, un documento del propio ejercito peruano donde claramente, desconoce la existencia de un límite marítimo con Ecuador.
El documento comienza así:
RELACION PERU – ECUADOR
a. PUNTOS DE FRICCION
- FRONTERA MARITIMA
No existe a la fecha un tratado de límites marítimo entre “P” y “E”; como consecuencia existe continuos incidentes por desconocimiento de límite internacional marítimo.
http://www.ejercito.mil.pe/contribucion/asuntosi/relacion_pe.htm
Este documento fue publicado por el ejercito peruano, el viernes 09 de Julio, 2004 10:42:00 AM
Sería bueno que la cancillería peruana explique esta divergencia entre el discurso oficial y el de sus propias FFAA.
Ecuador rechaza expansionismo peruano
El Congreso ecuatoriano aprobó ayer una resolución en la que rechaza los “intentos expansionistas del Perú” y la “actitud timorata” de su gobierno tras la promulgación de la Ley de Líneas de Base del Dominio Marítimo de nuestro país y que según ellos afecta su soberanía marítima.
En la declaración descartan que Ecuador tenga “divergencias limítrofes” con Perú y protestan ante la intención de desconocer los acuerdos suscritos entre Ecuador, Perú y Chile donde se ratifica la existencia de las 200 millas.
Es más, “invocan a la unidad nacional de todos los ecuatorianos para garantizar el cumplimiento de lo dispuesto en la Constitución referente a la inalienabilidad e irreductibilidad del territorio”.
Alfredo Serrano, presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales del Congreso, donde se aprobó este documento, explicó que el objetivo de esta resolución es “hacer un llamado al presidente Alfredo Palacio para que adopte una posición firme respecto al tema".
Informó que también se convocará el próximo 22 de noviembre al Congreso a los ministros de Defensa, de Relaciones Exteriores y el alto mando militar para que “expliquen las acciones que prevén adoptar” tras la decisión del gobierno peruano de promulgar la Ley de Líneas de Base del Dominio Marítimo.
Todo esto a pesar de que ha trascendido que el canciller Óscar Maúrtua ya explicó al embajador ecuatoriano en Lima, Luis Valencia, de que no existe ningún diferendo marítimo con su país.
En la declaración descartan que Ecuador tenga “divergencias limítrofes” con Perú y protestan ante la intención de desconocer los acuerdos suscritos entre Ecuador, Perú y Chile donde se ratifica la existencia de las 200 millas.
Es más, “invocan a la unidad nacional de todos los ecuatorianos para garantizar el cumplimiento de lo dispuesto en la Constitución referente a la inalienabilidad e irreductibilidad del territorio”.
Alfredo Serrano, presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales del Congreso, donde se aprobó este documento, explicó que el objetivo de esta resolución es “hacer un llamado al presidente Alfredo Palacio para que adopte una posición firme respecto al tema".
Informó que también se convocará el próximo 22 de noviembre al Congreso a los ministros de Defensa, de Relaciones Exteriores y el alto mando militar para que “expliquen las acciones que prevén adoptar” tras la decisión del gobierno peruano de promulgar la Ley de Líneas de Base del Dominio Marítimo.
Todo esto a pesar de que ha trascendido que el canciller Óscar Maúrtua ya explicó al embajador ecuatoriano en Lima, Luis Valencia, de que no existe ningún diferendo marítimo con su país.
Pedido de extradición de Fujimori será rechazado por Chile
(RPP Noticias) “Me atrevo a vaticinar, sin necesidad de ser Nostradamus, que la extradición será rechazada por Chile dentro de algunos meses, dando lugar a que Chile expulse por indeseable y por maleante a Fujimori de regreso a Japón”, manifestó el jurista Javier Valle Riestra.
Asimismo afirmó que el proceso de extradición “está herido de muerte desde el comienzo” por culpa del Congreso que, en un momento de euforia histérica, en el año 2000 o 2001 organizó una serie de denuncias y acusaciones que podían ser todas ciertas pero que carecían de pruebas, las cuales fueron remitidas así al Poder Judicial.
Valle Riestra justificó que el vocal supremo peruano José Luis Lecaros, de manera intachable, desestimara la petición de extradición respecto al abandono de cargo pues no existe doble incriminación, porque es delito en el Perú pero no en Chile, y además ésta ha prescrito.
“No hay que engañar a la ciudadanía. Aquí quien discrepa o da una opinión técnica parece sospechoso de colaboración con el fujimorismo y eso no es así. Yo soy aprista pero pienso como abogado, y le advierto a la ciudadanía que esa extradición tiene muy mal destino”, acotó.
Según indicó, el único delito fehacientemente probado es el golpe del 5 de abril de 1992 en que se destituyó la Corte Suprema, el Tribunal de Garantías Constitucionales y se disolvió el Congreso, los cuales son delitos políticos no extraditables.
Asimismo afirmó que el proceso de extradición “está herido de muerte desde el comienzo” por culpa del Congreso que, en un momento de euforia histérica, en el año 2000 o 2001 organizó una serie de denuncias y acusaciones que podían ser todas ciertas pero que carecían de pruebas, las cuales fueron remitidas así al Poder Judicial.
Valle Riestra justificó que el vocal supremo peruano José Luis Lecaros, de manera intachable, desestimara la petición de extradición respecto al abandono de cargo pues no existe doble incriminación, porque es delito en el Perú pero no en Chile, y además ésta ha prescrito.
“No hay que engañar a la ciudadanía. Aquí quien discrepa o da una opinión técnica parece sospechoso de colaboración con el fujimorismo y eso no es así. Yo soy aprista pero pienso como abogado, y le advierto a la ciudadanía que esa extradición tiene muy mal destino”, acotó.
Según indicó, el único delito fehacientemente probado es el golpe del 5 de abril de 1992 en que se destituyó la Corte Suprema, el Tribunal de Garantías Constitucionales y se disolvió el Congreso, los cuales son delitos políticos no extraditables.
Corte Suprema de Perú anula orden de captura internacional contra Luksic
Andrónico Luksic recibió por fin buenas noticias desde Perú. La Sala Transitoria Penal de la Corte Suprema de ese país anuló por cinco votos a cero la orden de captura nacional e internacional que dictó el 29 de septiembre de este año un tribunal limeño contra el empresario y otros dos ejecutivos del grupo: Gonzalo Menéndez y Fernando Pacheco.
Los tres chilenos son investigados en Perú por presunta instigación al tráfico de influencias para conseguir los permisos de operación de una planta que Lucchetti construyó en la capital peruana a mediados de la década pasada.
El máximo tribunal peruano adoptó su decisión en un fallo cinco a cero del 26 de octubre, que sólo ayer trascendió en círculos ligados al caso.
La Suprema consideró arbitraria la decisión de la Primera Sala Penal Especial de la Corte Superior de Lima -integrada por las juezas Hilda Piedra, Inés Villa e Inés Tello- de declarar reos contumaces a los tres ejecutivos y cursar una orden internacional de captura en su contra.
Ello porque la medida se dictó el mismo día que se inició el juicio oral, al que no se presentaron por primera vez los tres ejecutivos chilenos. La Suprema declaró que es condición para ordenar la captura que haya dos o más ausencias ante el tribunal y que exista así una clara voluntad del procesado de eludir a la justicia.
La Suprema acogió así un recurso de nulidad presentado el mismo 29 de septiembre por la defensa de los chilenos, encabezada por el abogado peruano Carlos Caro. Ese día el tribunal anticorrupción en menos de 10 minutos, y ante la inasistencia de Luksic, Pacheco y Menéndez, los declaró reos contumaces y dictó una orden de captura nacional e internacional. Caro protestó en el acto y apeló a la medida, que calificó de ilegal y arbitraria.
La Suprema le dio la razón a Caro y ordenó además que a futuro los tres ejecutivos de Lucchetti sean notificados en sus domicilios reales en Chile.
Luksic no había podido abandonar Chile desde hace casi un mes y medio. El juicio en Lima seguirá (ver recuadro) mientras los tribunales superiores no acojan otras impugnaciones interpuestas y la orden de captura podría reactivarse si los procesados insisten en no presentarse. Con el dictamen favorable de la Suprema, su evaluación del juicio podría variar.
Cuestionamientos a las juezas
El fallo de la Suprema no sólo da un respiro a Luksic en un caso que él mismo ha calificado como una pesadilla. También valida en parte las acusaciones de discriminación y trato parcial contras las tres juezas que tramitan el juicio oral que tiene también como inculpado a Vladimiro Montesinos, el ex jefe de inteligencia de Alberto Fujimori, con quien Luksic se reunió en marzo de 1998 en un encuentro que fue grabado en video.
La Suprema de Perú criticó que las juezas hayan dictado la orden de captura mientras no se resolvieran las acusaciones de trato discriminatorio que ha planteado la defensa de los chilenos. De hecho, argumentan que un juez cuestionado en su imparcialidad no puede mantener la facultad de dictar órdenes que afectan la libertad de las personas.
Las juezas, según la Suprema, no tramitaron adecuadamente una recusación presentada por Lucchetti Perú: no remitieron el expediente al Ministerio Público de Perú y fueron ellas mismas las que resolvieron la acusación. Lucchetti había presentado el 23 de septiembre una recusación contra las juezas por cuatro causas que en su oportunidad detalló Carlos Caro: manipular resoluciones judiciales, aplicar diferentes plazos de prescripción, tratar a un ciudadano chileno como funcionario público peruano y condenar antes de iniciar el juicio.
Incluso, según fuentes ligadas al caso, el último dictamen haría alusión a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y al derecho de todo acusado de un delito a que se presuma su inocencia y a contar con todas las garantías para su defensa.
Los tres ejecutivos han sido acusados desde el inicio del caso por varios delitos. Todos fueron desechados, salvo el de instigación al tráfico de influencias.
El juicio oral sigue el próximo martes
Media hora duró ayer la octava audiencia del juicio oral iniciado el 29 de septiembre. La próxima citación fue fijada para el martes 22 de noviembre.
Ayer la defensa de los tres ejecutivos del grupo Luksic procesados en Perú impugnó a un testigo que quiere presentar la fiscalía: Pedro Huertas -ex asesor del Servicio de Inteligencia Nacional de Perú-, quien también está siendo procesado en otras causas en tribunales anticorrupción y, según la defensa de los chilenos, habría tenido acceso al expediente. La impugnación no fue resuelta por el tribunal ayer.
Durante la audiencia se leyeron los cargos contra Vladimiro Montesinos en esta causa, ya que cuando hace dos semanas se formalizaron las denuncias por parte de la fiscalía, el ex asesor de Fujimori no estaba presente en la sala debido a su estado de salud.
A los chilenos se les reiteró la petición de cuatro años de prisión más el pago de 10 millones de soles a cada uno, formulada hace dos semanas por la fiscalía.
Los tres chilenos son investigados en Perú por presunta instigación al tráfico de influencias para conseguir los permisos de operación de una planta que Lucchetti construyó en la capital peruana a mediados de la década pasada.
El máximo tribunal peruano adoptó su decisión en un fallo cinco a cero del 26 de octubre, que sólo ayer trascendió en círculos ligados al caso.
La Suprema consideró arbitraria la decisión de la Primera Sala Penal Especial de la Corte Superior de Lima -integrada por las juezas Hilda Piedra, Inés Villa e Inés Tello- de declarar reos contumaces a los tres ejecutivos y cursar una orden internacional de captura en su contra.
Ello porque la medida se dictó el mismo día que se inició el juicio oral, al que no se presentaron por primera vez los tres ejecutivos chilenos. La Suprema declaró que es condición para ordenar la captura que haya dos o más ausencias ante el tribunal y que exista así una clara voluntad del procesado de eludir a la justicia.
La Suprema acogió así un recurso de nulidad presentado el mismo 29 de septiembre por la defensa de los chilenos, encabezada por el abogado peruano Carlos Caro. Ese día el tribunal anticorrupción en menos de 10 minutos, y ante la inasistencia de Luksic, Pacheco y Menéndez, los declaró reos contumaces y dictó una orden de captura nacional e internacional. Caro protestó en el acto y apeló a la medida, que calificó de ilegal y arbitraria.
La Suprema le dio la razón a Caro y ordenó además que a futuro los tres ejecutivos de Lucchetti sean notificados en sus domicilios reales en Chile.
Luksic no había podido abandonar Chile desde hace casi un mes y medio. El juicio en Lima seguirá (ver recuadro) mientras los tribunales superiores no acojan otras impugnaciones interpuestas y la orden de captura podría reactivarse si los procesados insisten en no presentarse. Con el dictamen favorable de la Suprema, su evaluación del juicio podría variar.
Cuestionamientos a las juezas
El fallo de la Suprema no sólo da un respiro a Luksic en un caso que él mismo ha calificado como una pesadilla. También valida en parte las acusaciones de discriminación y trato parcial contras las tres juezas que tramitan el juicio oral que tiene también como inculpado a Vladimiro Montesinos, el ex jefe de inteligencia de Alberto Fujimori, con quien Luksic se reunió en marzo de 1998 en un encuentro que fue grabado en video.
La Suprema de Perú criticó que las juezas hayan dictado la orden de captura mientras no se resolvieran las acusaciones de trato discriminatorio que ha planteado la defensa de los chilenos. De hecho, argumentan que un juez cuestionado en su imparcialidad no puede mantener la facultad de dictar órdenes que afectan la libertad de las personas.
Las juezas, según la Suprema, no tramitaron adecuadamente una recusación presentada por Lucchetti Perú: no remitieron el expediente al Ministerio Público de Perú y fueron ellas mismas las que resolvieron la acusación. Lucchetti había presentado el 23 de septiembre una recusación contra las juezas por cuatro causas que en su oportunidad detalló Carlos Caro: manipular resoluciones judiciales, aplicar diferentes plazos de prescripción, tratar a un ciudadano chileno como funcionario público peruano y condenar antes de iniciar el juicio.
Incluso, según fuentes ligadas al caso, el último dictamen haría alusión a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y al derecho de todo acusado de un delito a que se presuma su inocencia y a contar con todas las garantías para su defensa.
Los tres ejecutivos han sido acusados desde el inicio del caso por varios delitos. Todos fueron desechados, salvo el de instigación al tráfico de influencias.
El juicio oral sigue el próximo martes
Media hora duró ayer la octava audiencia del juicio oral iniciado el 29 de septiembre. La próxima citación fue fijada para el martes 22 de noviembre.
Ayer la defensa de los tres ejecutivos del grupo Luksic procesados en Perú impugnó a un testigo que quiere presentar la fiscalía: Pedro Huertas -ex asesor del Servicio de Inteligencia Nacional de Perú-, quien también está siendo procesado en otras causas en tribunales anticorrupción y, según la defensa de los chilenos, habría tenido acceso al expediente. La impugnación no fue resuelta por el tribunal ayer.
Durante la audiencia se leyeron los cargos contra Vladimiro Montesinos en esta causa, ya que cuando hace dos semanas se formalizaron las denuncias por parte de la fiscalía, el ex asesor de Fujimori no estaba presente en la sala debido a su estado de salud.
A los chilenos se les reiteró la petición de cuatro años de prisión más el pago de 10 millones de soles a cada uno, formulada hace dos semanas por la fiscalía.
lunes, noviembre 14, 2005
Nacionalismo indigenista peruano (antichileno): Humala pisa fuerte
Tomado de diario La Primera, Lima - Peru
El dato más resaltante de la última encuesta nacional de Apoyo –descontado el nulo efecto que le habría reportado al fujimorismo la llegada de su líder a Chile– es, sin lugar a dudas, el crecimiento de Ollanta Humala.
En un mes, pasa de 8 a 11% de intención de voto. Eso significa un aumento de 37.5%. Si, haciendo un ejercicio imaginario, proyectamos esa misma tasa de crecimiento para el mes de diciembre, el líder nacionalista superaría el 15%, acercándose ya al pelotón que hoy ocupan Alan García y Valentín Paniagua (quien también ha subido, merced –creemos– a la salida de la izquierda de su frente).
Pero lo que es más alentador para Humala es la enorme heterogeneidad de su votación. En la sierra sur obtiene un 23%, siendo apenas superado por Lourdes Flores. En Lima y la costa norte es donde peor le va con apenas 5 y 7% respectivamente.
Un análisis imparcial muestra que Humala tiene un potencial de crecimiento mayor que el resto de candidatos, quienes ostentan un rango muy parecido en todas las regiones. Y en el caso de Humala la disparidad tiene una explicación política que le resulta propicia. Donde le va mal es donde no ha hecho hasta ahora campaña.
Probablemente el 23% de la sierra sur no sea su techo potencial actual, ya que es esa su zona más fuerte por la procedencia misma de la familia Humala y la presencia poderosa en el imaginario popular que allí tiene.
Pero no es exagerado pensar que una vez que visite las zonas que hasta hoy no ha visitado estabilice sus promedios. Y si eso ocurre, lo podríamos ver en dos o tres meses apuntando a disputar la segunda vuelta electoral.
¿Es sólo el voto antisistema el que explica su crecimiento? Está detrás suyo, sin duda, pero creer que es el único factor explicativo supondría un error fatal de sus adversarios.
Humala está desarrollando una estrategia inteligente, por un lado, y por otro está recogiendo una opción ideológica que goza de viento a favor en los últimos tiempos, especialmente en la región. Lo cierto es que, nos guste o no, Humala es ya un protagonista de cuidado y la idea de verlo sentado en Palacio se aleja cada vez más de ser un delirio.
El dato más resaltante de la última encuesta nacional de Apoyo –descontado el nulo efecto que le habría reportado al fujimorismo la llegada de su líder a Chile– es, sin lugar a dudas, el crecimiento de Ollanta Humala.
En un mes, pasa de 8 a 11% de intención de voto. Eso significa un aumento de 37.5%. Si, haciendo un ejercicio imaginario, proyectamos esa misma tasa de crecimiento para el mes de diciembre, el líder nacionalista superaría el 15%, acercándose ya al pelotón que hoy ocupan Alan García y Valentín Paniagua (quien también ha subido, merced –creemos– a la salida de la izquierda de su frente).
Pero lo que es más alentador para Humala es la enorme heterogeneidad de su votación. En la sierra sur obtiene un 23%, siendo apenas superado por Lourdes Flores. En Lima y la costa norte es donde peor le va con apenas 5 y 7% respectivamente.
Un análisis imparcial muestra que Humala tiene un potencial de crecimiento mayor que el resto de candidatos, quienes ostentan un rango muy parecido en todas las regiones. Y en el caso de Humala la disparidad tiene una explicación política que le resulta propicia. Donde le va mal es donde no ha hecho hasta ahora campaña.
Probablemente el 23% de la sierra sur no sea su techo potencial actual, ya que es esa su zona más fuerte por la procedencia misma de la familia Humala y la presencia poderosa en el imaginario popular que allí tiene.
Pero no es exagerado pensar que una vez que visite las zonas que hasta hoy no ha visitado estabilice sus promedios. Y si eso ocurre, lo podríamos ver en dos o tres meses apuntando a disputar la segunda vuelta electoral.
¿Es sólo el voto antisistema el que explica su crecimiento? Está detrás suyo, sin duda, pero creer que es el único factor explicativo supondría un error fatal de sus adversarios.
Humala está desarrollando una estrategia inteligente, por un lado, y por otro está recogiendo una opción ideológica que goza de viento a favor en los últimos tiempos, especialmente en la región. Lo cierto es que, nos guste o no, Humala es ya un protagonista de cuidado y la idea de verlo sentado en Palacio se aleja cada vez más de ser un delirio.
domingo, noviembre 13, 2005
Fujimori: 10 claves para entender la apuesta por Chile
1. ¿Por qué escogió Chile?
Fujimori tiene el doble objetivo de relanzar su figura política de cara a las elecciones presidenciales de abril en Perú y dejar sin efecto la veintena de procesos que tiene abiertos por violación de los derechos humanos y corrupción. Su base de Tokio, que le fue útil en los últimos cinco años, no permitía cumplir este doble objetivo. Además de la distancia geográfica que media entre Japón y Perú y que hace impracticable el desarrollo de una campaña, Fujimori sabe que necesita "renacionalizarse" peruano para contrarrestar su bochornosa fuga de noviembre de 2000, su renuncia a la presidencia mediante un fax y el haberse cobijado en la nacionalidad nipona mientras muchos de sus colaboradores peruanos iban a la cárcel.
Chile parecía ideal desde varios puntos de vista. Es un país limítrofe con Perú y esa cercanía permite dos cosas: dar la imagen del candidato que desafía la opinión general -según la cual Fujimori nunca abandonaría Japón- para cumplir su palabra y tener mayor presencia en Perú a partir de una coordinación de actividades desde una base chilena. En su cálculo seguramente estaba el desfile de colaboradores por Santiago para coordinar la campaña, las entrevistas y conferencias de prensa. Pero Chile también ofrecía -en su cálculo- garantías jurídicas, tanto por los casos de sus antiguos colaboradores refugiados en este país como por el precedente de Carlos Menem. Por último, los incesantes enfrentamientos entre Lima y Santiago parecían brindar oportunidad de pescar a río revuelto.
Su mayor error fue no entender que aun si los tribunales chilenos son más independientes que los peruanos, el gobierno del Presidente Ricardo Lagos tiene mucho margen de maniobra para influir en el curso de los acontecimientos, como se ha visto con su detención, producida a alta velocidad, a la 1 de la madrugada del lunes, y la decisión de no permitirle hacer campaña desde Chile manteniéndolo bajo un estricto régimen penitenciario. Fujimori no supo leer la sensibilidad a flor de piel que tiene Chile hacia el tema de los derechos humanos por los esqueletos de su propio armario y la incómoda situación en que colocaba a la Concertación y a su candidata, Michelle Bachelet, en plena campaña electoral.
2. ¿Por qué Fujimori no fue directamente a Lima?
A estas alturas, él mismo debe estarse preguntando si eso no era lo más conveniente, pues aun cuando hubiera sido arrestado al momento de su ingreso, el impacto político y la capacidad de presionar al sistema hubiesen sido mayores desde una cárcel peruana que desde Santiago. A medida que pasan los días se va diluyendo la novedad de su cercanía. Pero a Fujimori le interesaba forzar un juicio de extradición, porque el tratado de extradición que suscribieron Chile y Perú en 1931 exige que la persona extraditada sea juzgada sólo por aquellos cargos por los que es entregada al país que la reclama. Por tanto, Fujimori calculó que, como el Perú sólo ha presentado pedidos de extradición a Japón por dos casos, la posibilidad de que Lima envíe a Chile 21 cuadernillos bien estructurados a tiempo es remota.
Además, al forzar a fiscales y procuradores peruanos a ventilar las acusaciones en Chile, ante tribunales distintos de los peruanos, Fujimori piensa que limita la futura acción de la justicia peruana en contra suya. La mayoría de los países latinoamericanos, antes de conceder una extradición, sólo revisan que aquellos delitos por los que se está solicitando sean también penados en su ordenamiento jurídico. Chile, en cambio, agrega una condición adicional: estudiar el mérito de los antecedentes que pesan contra el requerido. Ese procedimiento, para muchos abogados, equivale a un antejuicio que sólo Chile aplica.
Si Chile concede la extradición por un número limitado de casos, ¿puede la justicia peruana reponerle o sumarle nuevos cargos cuando Fujimori se presente ante ella? No es imposible, pero eso sólo sería posible si la Corte Suprema chilena acepta una eventual solicitud adicional del Perú. La justicia peruana no puede por su propia cuenta añadir cargos adicionales a un extraditado, como se ha visto en el caso de uno de los hombres de Vladimiro Montesinos: Víctor Venero, extraditado desde EE.UU.
3. ¿Sirven las relaciones que tuvo Fujimori con la Concertación?
Sirven de poco. Es cierto que Fujimori mantuvo una buena relación tanto con el gobierno de la Concertación como con la derecha chilena -una parte de la cual hizo muchos negocios en Perú-. Bajo su gobierno, que coincidió íntegramente con las administraciones Aylwin y Frei, pudieron implementarse las convenciones de Lima, se firmó un acuerdo de complementación económica y otro de protección de inversiones. Pero no fue Lagos, sino sus antecesores quienes se tuvieron que entender con él, y el Partido Socialista, que hoy ha desplazado a la Democracia Cristiana como eje de la alianza oficialista, no quiere arriesgarse a legitimar en Fujimori lo que no ha legitimado en Pinochet. Es cierto que hay al interior del gobierno chileno una corriente pragmática que apuesta por dar a Fujimori un trato más de ex presidente que de prófugo de la justicia peruana, como precaución frente a la posibilidad, aunque remota, de que logre volver a ser un factor de poder clave en Perú. Pero creer que esa corriente va a predominar es no conocer la personalidad de Lagos y el escenario electoral chileno.
4. ¿Con cuánto apoyo cuenta Fujimori en Japón?
Con más del que se pensaba y menos del que se teme. Algunos gestos del gobierno japonés dan la sensación de que Tokio preferiría desembarazarse de Fujimori aun cuando se ve obligado a intervenir para evitar que sus aliados japoneses, muy vinculados a un poderoso sector nacionalista, usen este argumento contra el gobierno del primer ministro Koizumi. Japón le da a Fujimori protección emocional. Por definición, un fugitivo es alguien muy solo.
¿Afectará el caso Fujimori las relaciones entre Chile y Japón? Un alto diplomático chileno afirma que a Tokio le bastó con solicitar "un trato justo" para advertir que no le es irrelevante lo que ocurra con él, y ese factor tendrá que estar presente. La irritación con la que Lagos contestó a Tokio afirmando que Fujimori entró a Chile con pasaporte peruano y que, por tanto, se rige por las leyes peruanas ha dado paso a un trato más diplomático, evidenciado por la comparecencia conjunta del canciller Ignacio Walker y el embajador japonés en Santiago ante los medios de comunicación. Chile sabe bien que Perú quiere evitar la triangulación del caso Fujimori y que no le conviene aparecer como "blando" frente a las presiones de Tokio. Al mismo tiempo, Chile está iniciando la primera ronda de negociaciones para un TLC con Japón y Lagos tiene previsto un encuentro con Koizumi en la reunión de la Apec en Corea del Sur dentro de una semana. Todo dependerá de cuánta presión quiera ejercer Japón. No será tanta como se teme desde Perú, sobre todo ahora que se ha pasado por el ritual de la visita de los funcionarios de la embajada japonesa a Fujimori y la "constatación" de que el trato que le da Gendarmería es "justo". Esto no significa que esté descartado que el gobierno de Japón, bajo presiones de la derecha nacionalista nipona, complique un poco las cosas en los días que vienen.
5. ¿Qué revela esta operación sobre su personalidad?
Algunos rasgos que ya se conocían -frialdad absoluta, secretismo enfermizo, viveza criolla, trato de "compartimientos estancos" a su gente, ambición de poder-, pero también algunos que sorprenden a la luz de su actuación en los últimos años: arrojo y una dependencia vital con el Perú. Si se hubiera quedado en Japón, nunca hubiera corrido el menor riesgo de ser extraditado, pero en Japón no es nadie, salvo para un grupo que ve en él no al japonés, sino al peruano.
La desconfianza de Fujimori en todos sus colaboradores ha quedado en evidencia con su decisión de proteger celosamente incluso con respecto a ellos su pretendido itinerario de regreso al Perú. Nunca será un hombre de partido u organización. Fujimori vive encerrado en un mundo mental extremadamente huraño.
6. ¿Puede ser candidato?
Es casi imposible. Pero ese "casi" es lo que mantiene en vilo a propios y extraños, es decir a la gente del ex dictador y a quienes lucharon por la recuperación democrática en el año 2000.
Fujimori está inhabilitado por el Congreso para ejercer cargos públicos. Pero se da una situación constitucional delicada. En el ordenamiento constitucional peruano, el Jurado Nacional Electoral (JNE) es el tribunal que decide -de forma inapelable- todo lo relacionado a los asuntos electorales. El JNE ha dicho que se pronunciará cuando se presente la candidatura (el plazo es el mes de enero). Aunque de tanto en tanto el tribunal emite señales en un sentido u otro -la última ha sido recordar que quienes están inhabilitados no pueden ser candidatos-, todavía no ha dicho la última palabra. Temiendo un desenlace catastrófico -es decir, que Fujimori sí pueda inscribir su candidatura-, el Tribunal Constitucional ha entrado en guerra con el JNE para poder "revisar" los fallos, argumentando que nada puede impedirle establecer si se cumplen los preceptos constitucionales.
Ese tira y afloja es de pronóstico reservado y Fujimori cree poder encontrar allí un filón para sus planes políticos. Como no existe sentencia judicial en su contra, lo que hay es sólo un impedimento político (la inhabilitación del Congreso). Esto implica que Fujimori podría intentar también la vía judicial para dejar sin efecto el impedimento.
En todo caso, el Perú es un país de instituciones precarias. Todo dependerá, finalmente, del humor de la opinión pública y de la capacidad de presión de las distintas facciones, empezando por el gobierno.
7. ¿Qué va a ocurrir con Fujimori en los próximos meses?
El escenario que teme el gobierno de Lagos es el de un Fujimori que salga de la Escuela de Gendarmería a una situación de libertad provisional o arresto domiciliario, que le permita hacer campaña desde Santiago. En su actual encierro, Fujimori no tiene acceso a un teléfono ni a una computadora y sólo puede enviar mensajes por medio de quienes lo visitan. Pero si recupera su libertad, podría, como hizo Menem (quien enfrentó dos procesos de extradición en Santiago), empezar a organizar su campaña desde Chile, creándole a Santiago una situación muy delicada con su complicado vecino. Aun cuando la ley de extranjería permite al gobierno chileno expulsar a un turista que haga proselitismo, la condición de Fujimori es la de un extranjero bajo juicio de extradición, lo que abre una zona jurídicamente gris con respecto a su libertad de acción política mientras dure el proceso. No hay peligro por ahora de que Fujimori quede en libertad y el ministro Orlando Alvarez parece sintonizado con el temor del gobierno chileno, pero no hay garantía de que esto pueda durar indefinidamente. Si Fujimori sale libre antes de los dos meses de plazo para que Perú presente las solicitudes, sera difícil para Santiago controlar que use la computadora, dé entrevistas y se reúna con asesores. Tampoco está claro qué pueda ocurrir después de los dos meses, una vez vencido el plazo para que Perú presente las solicitudes de extradición, es decir, cuando se inicie el proceso judicial de extradición. Si queda con arresto domiciliario en este momento, también tendrá, para espanto del gobierno chileno, algún margen de maniobra para hacer campaña.
8. ¿Qué impacto tendrá lo ocurrido en las relaciones entre Chile y Perú?
Todo dependerá del desenlace final. En esta etapa, no hay "fans" más acérrimos de Lagos que todos los peruanos que quieren ver a Fujimori extraditado. Entre ellos, por cierto, muchos funcionarios del gobierno peruano (hoy están enviando a Chile a los jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas). Pero todo esto dará un vuelco si el ex dictador recupera terreno, por ejemplo con una libertad provisional o un eventual arresto domiciliario. El arma de presión que usará Perú en ese momento será la adhesión a la Convención del Mar, aun cuando esto es algo que no tiene un consenso entre los peruanos y que en todo caso no tiene efecto práctico inmediato en el tema limítrofe. Por el momento, el Perú ha decidido usar "dos carriles" para separar el tema limítrofe del caso Fujimori, pero es evidente que esos carriles pueden converger si Chile afloja la mano con Fujimori. Lagos puede estar calculando que el caso Fujimori le permite patear hacia adelante la discusión marítima.
9. ¿Cómo afecta el caso Fujimori el escenario electoral peruano?
No está nada claro. El gobierno peruano parece creer que se le ha presentado una ocasión de oro para polarizar el escenario y así recuperar perfil, dividiendo la campaña entre el fujimorismo y el antifujimorismo. Si eso ocurriera, los principales perjudicados serían Lourdes Flores, que venía cosechando algunos votos del fujimorismo, y Ollanta Humala, que juega a a ser la opción del outsider con un discurso antisistema. La polarización también complicaría las cosas para Alan García, a quien se le cerrarían algunos espacios. Pero todo esto supone que el cálculo del gobierno peruano es correcto. No es seguro que el oficialista Perú Posible pueda recuperar perfil en un escenario en el que 80% de los peruanos rechazan al Presidente Toledo en las encuestas. La gran incógnita es -a menos que el Jurado Electoral impida a "Sí Cumple", el partido del fujimorismo, inscribir cualquier candidato- si el representante de Fujimori podrá recibir un "endose" o si esos votos volverán a gravitar hacia alguien como Lourdes Flores. Es muy pronto para pronosticarlo, pero ya hay algo cierto: los principales candidatos tendrán que definir una estrategia frente al voto fujimorista, que rondaría el 15%, más aún ante la posibilidad cierta de una segunda vuelta electoral.
10. ¿Conviene a Toledo el regreso de Fujimori?
En muchas ocasiones, un sector de la opinion pública peruana ha sostenido que el Presidente Toledo estaba arrastrando los pies en cuanto a la extradición de Fujimori. De allí -se decía- que los dos expedientes enviados a Japón fueran tan pobres desde el punto de vista jurídico (un informe jurídico de la propia Cancillería peruana filtrado a la prensa así lo determinó). No es posible a estas alturas determinar con exactitud si todo esto tuvo que ver con un cálculo o con simple incompetencia, pero si se repiten los antecedentes en Chile, Fujimori puede salir bien librado. En todo caso, suponiendo que Toledo tema tener a Fujimori preso en Lima, siendo un factor de atracción para sus partidarios (como creen altos diplomáticos chilenos al interpretar las señales que han recibido de Lima), el riesgo de dilatar el pedido de extradición hasta el vencimiento del plazo (dentro de dos meses) y de tratar de prolongarlo lo más posible una vez que se inicie en Chile el proceso judicial es evidente: el peligro de que Fujimori pueda actuar en libertad -es decir impune- y seguir influyendo en el escenario electoral
Fujimori tiene el doble objetivo de relanzar su figura política de cara a las elecciones presidenciales de abril en Perú y dejar sin efecto la veintena de procesos que tiene abiertos por violación de los derechos humanos y corrupción. Su base de Tokio, que le fue útil en los últimos cinco años, no permitía cumplir este doble objetivo. Además de la distancia geográfica que media entre Japón y Perú y que hace impracticable el desarrollo de una campaña, Fujimori sabe que necesita "renacionalizarse" peruano para contrarrestar su bochornosa fuga de noviembre de 2000, su renuncia a la presidencia mediante un fax y el haberse cobijado en la nacionalidad nipona mientras muchos de sus colaboradores peruanos iban a la cárcel.
Chile parecía ideal desde varios puntos de vista. Es un país limítrofe con Perú y esa cercanía permite dos cosas: dar la imagen del candidato que desafía la opinión general -según la cual Fujimori nunca abandonaría Japón- para cumplir su palabra y tener mayor presencia en Perú a partir de una coordinación de actividades desde una base chilena. En su cálculo seguramente estaba el desfile de colaboradores por Santiago para coordinar la campaña, las entrevistas y conferencias de prensa. Pero Chile también ofrecía -en su cálculo- garantías jurídicas, tanto por los casos de sus antiguos colaboradores refugiados en este país como por el precedente de Carlos Menem. Por último, los incesantes enfrentamientos entre Lima y Santiago parecían brindar oportunidad de pescar a río revuelto.
Su mayor error fue no entender que aun si los tribunales chilenos son más independientes que los peruanos, el gobierno del Presidente Ricardo Lagos tiene mucho margen de maniobra para influir en el curso de los acontecimientos, como se ha visto con su detención, producida a alta velocidad, a la 1 de la madrugada del lunes, y la decisión de no permitirle hacer campaña desde Chile manteniéndolo bajo un estricto régimen penitenciario. Fujimori no supo leer la sensibilidad a flor de piel que tiene Chile hacia el tema de los derechos humanos por los esqueletos de su propio armario y la incómoda situación en que colocaba a la Concertación y a su candidata, Michelle Bachelet, en plena campaña electoral.
2. ¿Por qué Fujimori no fue directamente a Lima?
A estas alturas, él mismo debe estarse preguntando si eso no era lo más conveniente, pues aun cuando hubiera sido arrestado al momento de su ingreso, el impacto político y la capacidad de presionar al sistema hubiesen sido mayores desde una cárcel peruana que desde Santiago. A medida que pasan los días se va diluyendo la novedad de su cercanía. Pero a Fujimori le interesaba forzar un juicio de extradición, porque el tratado de extradición que suscribieron Chile y Perú en 1931 exige que la persona extraditada sea juzgada sólo por aquellos cargos por los que es entregada al país que la reclama. Por tanto, Fujimori calculó que, como el Perú sólo ha presentado pedidos de extradición a Japón por dos casos, la posibilidad de que Lima envíe a Chile 21 cuadernillos bien estructurados a tiempo es remota.
Además, al forzar a fiscales y procuradores peruanos a ventilar las acusaciones en Chile, ante tribunales distintos de los peruanos, Fujimori piensa que limita la futura acción de la justicia peruana en contra suya. La mayoría de los países latinoamericanos, antes de conceder una extradición, sólo revisan que aquellos delitos por los que se está solicitando sean también penados en su ordenamiento jurídico. Chile, en cambio, agrega una condición adicional: estudiar el mérito de los antecedentes que pesan contra el requerido. Ese procedimiento, para muchos abogados, equivale a un antejuicio que sólo Chile aplica.
Si Chile concede la extradición por un número limitado de casos, ¿puede la justicia peruana reponerle o sumarle nuevos cargos cuando Fujimori se presente ante ella? No es imposible, pero eso sólo sería posible si la Corte Suprema chilena acepta una eventual solicitud adicional del Perú. La justicia peruana no puede por su propia cuenta añadir cargos adicionales a un extraditado, como se ha visto en el caso de uno de los hombres de Vladimiro Montesinos: Víctor Venero, extraditado desde EE.UU.
3. ¿Sirven las relaciones que tuvo Fujimori con la Concertación?
Sirven de poco. Es cierto que Fujimori mantuvo una buena relación tanto con el gobierno de la Concertación como con la derecha chilena -una parte de la cual hizo muchos negocios en Perú-. Bajo su gobierno, que coincidió íntegramente con las administraciones Aylwin y Frei, pudieron implementarse las convenciones de Lima, se firmó un acuerdo de complementación económica y otro de protección de inversiones. Pero no fue Lagos, sino sus antecesores quienes se tuvieron que entender con él, y el Partido Socialista, que hoy ha desplazado a la Democracia Cristiana como eje de la alianza oficialista, no quiere arriesgarse a legitimar en Fujimori lo que no ha legitimado en Pinochet. Es cierto que hay al interior del gobierno chileno una corriente pragmática que apuesta por dar a Fujimori un trato más de ex presidente que de prófugo de la justicia peruana, como precaución frente a la posibilidad, aunque remota, de que logre volver a ser un factor de poder clave en Perú. Pero creer que esa corriente va a predominar es no conocer la personalidad de Lagos y el escenario electoral chileno.
4. ¿Con cuánto apoyo cuenta Fujimori en Japón?
Con más del que se pensaba y menos del que se teme. Algunos gestos del gobierno japonés dan la sensación de que Tokio preferiría desembarazarse de Fujimori aun cuando se ve obligado a intervenir para evitar que sus aliados japoneses, muy vinculados a un poderoso sector nacionalista, usen este argumento contra el gobierno del primer ministro Koizumi. Japón le da a Fujimori protección emocional. Por definición, un fugitivo es alguien muy solo.
¿Afectará el caso Fujimori las relaciones entre Chile y Japón? Un alto diplomático chileno afirma que a Tokio le bastó con solicitar "un trato justo" para advertir que no le es irrelevante lo que ocurra con él, y ese factor tendrá que estar presente. La irritación con la que Lagos contestó a Tokio afirmando que Fujimori entró a Chile con pasaporte peruano y que, por tanto, se rige por las leyes peruanas ha dado paso a un trato más diplomático, evidenciado por la comparecencia conjunta del canciller Ignacio Walker y el embajador japonés en Santiago ante los medios de comunicación. Chile sabe bien que Perú quiere evitar la triangulación del caso Fujimori y que no le conviene aparecer como "blando" frente a las presiones de Tokio. Al mismo tiempo, Chile está iniciando la primera ronda de negociaciones para un TLC con Japón y Lagos tiene previsto un encuentro con Koizumi en la reunión de la Apec en Corea del Sur dentro de una semana. Todo dependerá de cuánta presión quiera ejercer Japón. No será tanta como se teme desde Perú, sobre todo ahora que se ha pasado por el ritual de la visita de los funcionarios de la embajada japonesa a Fujimori y la "constatación" de que el trato que le da Gendarmería es "justo". Esto no significa que esté descartado que el gobierno de Japón, bajo presiones de la derecha nacionalista nipona, complique un poco las cosas en los días que vienen.
5. ¿Qué revela esta operación sobre su personalidad?
Algunos rasgos que ya se conocían -frialdad absoluta, secretismo enfermizo, viveza criolla, trato de "compartimientos estancos" a su gente, ambición de poder-, pero también algunos que sorprenden a la luz de su actuación en los últimos años: arrojo y una dependencia vital con el Perú. Si se hubiera quedado en Japón, nunca hubiera corrido el menor riesgo de ser extraditado, pero en Japón no es nadie, salvo para un grupo que ve en él no al japonés, sino al peruano.
La desconfianza de Fujimori en todos sus colaboradores ha quedado en evidencia con su decisión de proteger celosamente incluso con respecto a ellos su pretendido itinerario de regreso al Perú. Nunca será un hombre de partido u organización. Fujimori vive encerrado en un mundo mental extremadamente huraño.
6. ¿Puede ser candidato?
Es casi imposible. Pero ese "casi" es lo que mantiene en vilo a propios y extraños, es decir a la gente del ex dictador y a quienes lucharon por la recuperación democrática en el año 2000.
Fujimori está inhabilitado por el Congreso para ejercer cargos públicos. Pero se da una situación constitucional delicada. En el ordenamiento constitucional peruano, el Jurado Nacional Electoral (JNE) es el tribunal que decide -de forma inapelable- todo lo relacionado a los asuntos electorales. El JNE ha dicho que se pronunciará cuando se presente la candidatura (el plazo es el mes de enero). Aunque de tanto en tanto el tribunal emite señales en un sentido u otro -la última ha sido recordar que quienes están inhabilitados no pueden ser candidatos-, todavía no ha dicho la última palabra. Temiendo un desenlace catastrófico -es decir, que Fujimori sí pueda inscribir su candidatura-, el Tribunal Constitucional ha entrado en guerra con el JNE para poder "revisar" los fallos, argumentando que nada puede impedirle establecer si se cumplen los preceptos constitucionales.
Ese tira y afloja es de pronóstico reservado y Fujimori cree poder encontrar allí un filón para sus planes políticos. Como no existe sentencia judicial en su contra, lo que hay es sólo un impedimento político (la inhabilitación del Congreso). Esto implica que Fujimori podría intentar también la vía judicial para dejar sin efecto el impedimento.
En todo caso, el Perú es un país de instituciones precarias. Todo dependerá, finalmente, del humor de la opinión pública y de la capacidad de presión de las distintas facciones, empezando por el gobierno.
7. ¿Qué va a ocurrir con Fujimori en los próximos meses?
El escenario que teme el gobierno de Lagos es el de un Fujimori que salga de la Escuela de Gendarmería a una situación de libertad provisional o arresto domiciliario, que le permita hacer campaña desde Santiago. En su actual encierro, Fujimori no tiene acceso a un teléfono ni a una computadora y sólo puede enviar mensajes por medio de quienes lo visitan. Pero si recupera su libertad, podría, como hizo Menem (quien enfrentó dos procesos de extradición en Santiago), empezar a organizar su campaña desde Chile, creándole a Santiago una situación muy delicada con su complicado vecino. Aun cuando la ley de extranjería permite al gobierno chileno expulsar a un turista que haga proselitismo, la condición de Fujimori es la de un extranjero bajo juicio de extradición, lo que abre una zona jurídicamente gris con respecto a su libertad de acción política mientras dure el proceso. No hay peligro por ahora de que Fujimori quede en libertad y el ministro Orlando Alvarez parece sintonizado con el temor del gobierno chileno, pero no hay garantía de que esto pueda durar indefinidamente. Si Fujimori sale libre antes de los dos meses de plazo para que Perú presente las solicitudes, sera difícil para Santiago controlar que use la computadora, dé entrevistas y se reúna con asesores. Tampoco está claro qué pueda ocurrir después de los dos meses, una vez vencido el plazo para que Perú presente las solicitudes de extradición, es decir, cuando se inicie el proceso judicial de extradición. Si queda con arresto domiciliario en este momento, también tendrá, para espanto del gobierno chileno, algún margen de maniobra para hacer campaña.
8. ¿Qué impacto tendrá lo ocurrido en las relaciones entre Chile y Perú?
Todo dependerá del desenlace final. En esta etapa, no hay "fans" más acérrimos de Lagos que todos los peruanos que quieren ver a Fujimori extraditado. Entre ellos, por cierto, muchos funcionarios del gobierno peruano (hoy están enviando a Chile a los jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas). Pero todo esto dará un vuelco si el ex dictador recupera terreno, por ejemplo con una libertad provisional o un eventual arresto domiciliario. El arma de presión que usará Perú en ese momento será la adhesión a la Convención del Mar, aun cuando esto es algo que no tiene un consenso entre los peruanos y que en todo caso no tiene efecto práctico inmediato en el tema limítrofe. Por el momento, el Perú ha decidido usar "dos carriles" para separar el tema limítrofe del caso Fujimori, pero es evidente que esos carriles pueden converger si Chile afloja la mano con Fujimori. Lagos puede estar calculando que el caso Fujimori le permite patear hacia adelante la discusión marítima.
9. ¿Cómo afecta el caso Fujimori el escenario electoral peruano?
No está nada claro. El gobierno peruano parece creer que se le ha presentado una ocasión de oro para polarizar el escenario y así recuperar perfil, dividiendo la campaña entre el fujimorismo y el antifujimorismo. Si eso ocurriera, los principales perjudicados serían Lourdes Flores, que venía cosechando algunos votos del fujimorismo, y Ollanta Humala, que juega a a ser la opción del outsider con un discurso antisistema. La polarización también complicaría las cosas para Alan García, a quien se le cerrarían algunos espacios. Pero todo esto supone que el cálculo del gobierno peruano es correcto. No es seguro que el oficialista Perú Posible pueda recuperar perfil en un escenario en el que 80% de los peruanos rechazan al Presidente Toledo en las encuestas. La gran incógnita es -a menos que el Jurado Electoral impida a "Sí Cumple", el partido del fujimorismo, inscribir cualquier candidato- si el representante de Fujimori podrá recibir un "endose" o si esos votos volverán a gravitar hacia alguien como Lourdes Flores. Es muy pronto para pronosticarlo, pero ya hay algo cierto: los principales candidatos tendrán que definir una estrategia frente al voto fujimorista, que rondaría el 15%, más aún ante la posibilidad cierta de una segunda vuelta electoral.
10. ¿Conviene a Toledo el regreso de Fujimori?
En muchas ocasiones, un sector de la opinion pública peruana ha sostenido que el Presidente Toledo estaba arrastrando los pies en cuanto a la extradición de Fujimori. De allí -se decía- que los dos expedientes enviados a Japón fueran tan pobres desde el punto de vista jurídico (un informe jurídico de la propia Cancillería peruana filtrado a la prensa así lo determinó). No es posible a estas alturas determinar con exactitud si todo esto tuvo que ver con un cálculo o con simple incompetencia, pero si se repiten los antecedentes en Chile, Fujimori puede salir bien librado. En todo caso, suponiendo que Toledo tema tener a Fujimori preso en Lima, siendo un factor de atracción para sus partidarios (como creen altos diplomáticos chilenos al interpretar las señales que han recibido de Lima), el riesgo de dilatar el pedido de extradición hasta el vencimiento del plazo (dentro de dos meses) y de tratar de prolongarlo lo más posible una vez que se inicie en Chile el proceso judicial es evidente: el peligro de que Fujimori pueda actuar en libertad -es decir impune- y seguir influyendo en el escenario electoral
Lo que va de Lima a La Paz
La diplomacia de Torre Tagle -en esto, mucho más consistente que la de Santiago y, desde luego, que la de La Paz- entiende que su problema no es Chile, sino Bolivia. Y su desafío es encubrirlo: mientras solidariza con las aspiraciones bolivianas, crea los obstáculos para que Chile no progrese en sus relaciones con Bolivia.
La "fujimorización" de las relaciones entre Chile y Perú fue inesperada solamente para el gobierno chileno, que parece haber sido el único actor que ni siquiera imaginaba la posibilidad de que el ex Presidente peruano se dejara caer en Santiago. Como recochineo en la imprevisión y el desorden político, el canciller chileno fue informado de esa novedad por la voz más inapropiada que podía oír ese día: la del embajador de Perú.
Pero fuera de la anécdota, lo importante es que si Alberto Fujimori planeó aterrizar en Chile, fue para complicar las relaciones bilaterales, no para simplificarlas. Con la astucia que hasta sus peores enemigos le reconocen, el ex Presidente escogió a Chile como la escala adecuada para iniciar el "vía crucis" mediático que necesita para regresar a Perú después de su poco decorosa huida de noviembre del 2000.
El caso es que esa escala introduce variantes dramáticas en la política peruana. Además de consolidar su popularidad "dura", Fujimori se introduce desde Santiago como un factor real, y ya no sólo virtual, en las próximas elecciones presidenciales, con una probabilidad significativa de competir por la mayoría popular. De obtenerla, podría dar origen a un insólito gambito: que el Presidente Alejandro Toledo, el perseguidor de hoy, se convierta en el perseguido de mañana.
Esto significa que el fujimorismo y el toledismo juegan en la capital chilena una partida tremenda: el destino personal de sus respectivos caudillos. Se necesita la fe del carbonero para creer que el rigorismo judicial chileno podrá ponerse al margen de esa lucha encarnizada. Pero La Moneda perdió la oportunidad de esquivar el embrollo y ahora está en manos de la pesada maquinaria judicial, cuya parsimonia sólo puede alimentar el nerviosismo de los peruanos.
¿Y todo esto es casual?
La "región" Tacna-Arica
Fujimori tomó su avión privado cuando los gobiernos de Santiago y Lima se miraban con caras agrias, tras la decisión del Parlamento peruano de aprobar una ley de líneas de base sobre la cual la diplomacia de Torre Tagle prepara su impugnación del límite marítimo con Chile. Desde el punto de vista chileno, y más allá de la mortífera batalla entre Toledo y Fujimori, este es el problema de fondo.
El límite marítimo no estuvo entre los "asuntos pendientes" de Perú con Chile por más de 70 de los años transcurridos tras la Guerra del Pacífico. Esos asuntos -los serios- derivaban del tratado de 1929, tras la fijación de la frontera, y terminaron de resolverlos los cancilleres Francisco Tudela y José Miguel Insulza en 1997.
Aunque la cuestión del límite marítimo parece haber sido mencionada antes en Perú con un cierto aire de interrogación académica, adquirió su verdadera fuerza hacia fines de la dictadura de Juan Velasco Alvarado, un caudillo del irredentismo sobre Tarapacá, que siempre ha sido una doctrina apreciada entre los militares peruanos. Ahora se sabe que Velasco Alvarado pensó en aprovechar el golpe de estado en Chile en 1973 para lanzar una blitzkrieg sobre el norte, pero entre los disensos y las dudas, se le pasó la oportunidad. En ese momento no era el límite marítimo, sino la ocupación territorial, la idea dominante en el Estado Mayor de Velasco Alvarado.
Dos años después, anticipando la peligrosa proximidad del centenario de la Guerra del Pacífico, el general Pinochet propuso a su colega boliviano, el también dictador Hugo Banzer, negociar un canje territorial que resultaría en un corredor al norte de Arica, por el cual Bolivia obtendría salida al mar. Las tratativas se iniciaron con el "abrazo de Charaña", un encuentro altiplánico entre Pinochet y Banzer a bordo de un vagón ferroviario, con la rara reminiscencia de las rendiciones de Alemania y Francia en la Primera y Segunda guerras mundiales.
Aquella fue la primera vez que Perú vislumbró que Chile podía allanarse a dar una solución a la mediterraneidad boliviana, y que esa solución -el corredor- pasaría por interponer a otro país, cancelando para siempre el irredentismo sobre Tarapacá. Perú alegó que el tratado de 1929 comprometía a Chile a consultarle sobre cualquier cesión en lo que llamaba -y así hace hasta hoy- "una misma región de Tacna y Arica". Y cuando el gobierno de Pinochet lo hizo, la diplomacia peruana no negó el corredor a Bolivia, sino que puso a Chile condiciones que lo hacían inviable. (Una jugarreta de la historia es que el Presidente peruano que logró de Chile esa concesión, Augusto Leguía, da el nombre a la calle donde por muchos años tuvo su oficina privada Ricardo Lagos).
De Charaña a la ley de bases
Desde entonces, la diplomacia de Torre Tagle -en esto, mucho más consistente que la de Santiago y, desde luego, que la de La Paz- entiende que su problema no es Chile, sino Bolivia. Y su desafío es encubrirlo: mientras solidariza con las aspiraciones bolivianas, crea los obstáculos para que Chile no progrese en sus relaciones con Bolivia.
Este patrón estratégico puede rastrearse por muchos años, pero ha sido del todo evidente en los últimos dos. Cuando el atrevido Presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada planteó la posibilidad de sacar su gas por Iquique, inmediatamente el gobierno peruano creó una inexistente alternativa en Ilo, condenando al gas altiplánico a la infatuación en que está hoy. Cuando su sucesor, el inexperto Carlos Mesa, emplazó a Lagos en Guadalajara, Perú guardó un discreto silencio, apreciando que la airada reacción del Presidente chileno agriaría por un buen rato los contactos Santiago-La Paz. Cuando Insulza fue elegido a la cabeza de la OEA, haciendo posible que el órgano interamericano favoreciese el acercamiento con Bolivia, Perú desempolvó un reclamo sobre ventas de armas a Ecuador para fundar un discurso muchísimo más duro que el del representante boliviano. Y cuando Lagos completaba tres reuniones de acercamiento con el Presidente provisional de Bolivia, Eduardo Rodríguez, el gobierno peruano aceleró la tramitación de la ley de líneas de base para discutir el límite marítimo.
Tal como ha sido planteada, esa discusión podría acarrear serios perjuicios para Chile en cuanto a recursos pesqueros y otras explotaciones marítimas. Pero entrañaría un daño mortal para Bolivia, porque podría darse el fantástico caso de que Perú accediera a un corredor cedido por Chile y luego se encontrara con que el mar al que llega es reclamado por Perú. A esa patética figura se la conoce en política internacional como "costa seca".
Por eso es improbable que ocurran incidentes marítimos entre Chile y Perú; por eso suenan algo destempladas las "misiones extraordinarias" enviadas por Lagos a Brasil y Ecuador, al margen de sus magros resultados; y por eso es previsible que Fujimori, y no la ley de bases, ocupe el centro de la relación bilateral.
La diplomacia peruana hace bien su trabajo; ha llegado a ser eximia en el ajedrez de las políticas fronterizas, y mantiene un horizonte estratégico que no es conmovido por las frecuentes convulsiones políticas de sus gobiernos. En cuanto a límites, Perú es gobernado desde el palacio de Torre Tagle, no desde el domicilio del Presidente.
A la inversa, si algo puede reprochársele a la Cancillería chilena no es la estulticia de la policía fronteriza, sino la falta de fuerza para instalar en La Moneda, y sobre todo en los muy disponibles adláteres del Presidente, el siguiente principio básico, que su Dirección de Fronteras y Límites conoce a la perfección: cuando el Jefe de Estado de Chile dialoga con el de Bolivia, debe preocuparse instantáneamente de lo que planea Torre Tagle.
La "fujimorización" de las relaciones entre Chile y Perú fue inesperada solamente para el gobierno chileno, que parece haber sido el único actor que ni siquiera imaginaba la posibilidad de que el ex Presidente peruano se dejara caer en Santiago. Como recochineo en la imprevisión y el desorden político, el canciller chileno fue informado de esa novedad por la voz más inapropiada que podía oír ese día: la del embajador de Perú.
Pero fuera de la anécdota, lo importante es que si Alberto Fujimori planeó aterrizar en Chile, fue para complicar las relaciones bilaterales, no para simplificarlas. Con la astucia que hasta sus peores enemigos le reconocen, el ex Presidente escogió a Chile como la escala adecuada para iniciar el "vía crucis" mediático que necesita para regresar a Perú después de su poco decorosa huida de noviembre del 2000.
El caso es que esa escala introduce variantes dramáticas en la política peruana. Además de consolidar su popularidad "dura", Fujimori se introduce desde Santiago como un factor real, y ya no sólo virtual, en las próximas elecciones presidenciales, con una probabilidad significativa de competir por la mayoría popular. De obtenerla, podría dar origen a un insólito gambito: que el Presidente Alejandro Toledo, el perseguidor de hoy, se convierta en el perseguido de mañana.
Esto significa que el fujimorismo y el toledismo juegan en la capital chilena una partida tremenda: el destino personal de sus respectivos caudillos. Se necesita la fe del carbonero para creer que el rigorismo judicial chileno podrá ponerse al margen de esa lucha encarnizada. Pero La Moneda perdió la oportunidad de esquivar el embrollo y ahora está en manos de la pesada maquinaria judicial, cuya parsimonia sólo puede alimentar el nerviosismo de los peruanos.
¿Y todo esto es casual?
La "región" Tacna-Arica
Fujimori tomó su avión privado cuando los gobiernos de Santiago y Lima se miraban con caras agrias, tras la decisión del Parlamento peruano de aprobar una ley de líneas de base sobre la cual la diplomacia de Torre Tagle prepara su impugnación del límite marítimo con Chile. Desde el punto de vista chileno, y más allá de la mortífera batalla entre Toledo y Fujimori, este es el problema de fondo.
El límite marítimo no estuvo entre los "asuntos pendientes" de Perú con Chile por más de 70 de los años transcurridos tras la Guerra del Pacífico. Esos asuntos -los serios- derivaban del tratado de 1929, tras la fijación de la frontera, y terminaron de resolverlos los cancilleres Francisco Tudela y José Miguel Insulza en 1997.
Aunque la cuestión del límite marítimo parece haber sido mencionada antes en Perú con un cierto aire de interrogación académica, adquirió su verdadera fuerza hacia fines de la dictadura de Juan Velasco Alvarado, un caudillo del irredentismo sobre Tarapacá, que siempre ha sido una doctrina apreciada entre los militares peruanos. Ahora se sabe que Velasco Alvarado pensó en aprovechar el golpe de estado en Chile en 1973 para lanzar una blitzkrieg sobre el norte, pero entre los disensos y las dudas, se le pasó la oportunidad. En ese momento no era el límite marítimo, sino la ocupación territorial, la idea dominante en el Estado Mayor de Velasco Alvarado.
Dos años después, anticipando la peligrosa proximidad del centenario de la Guerra del Pacífico, el general Pinochet propuso a su colega boliviano, el también dictador Hugo Banzer, negociar un canje territorial que resultaría en un corredor al norte de Arica, por el cual Bolivia obtendría salida al mar. Las tratativas se iniciaron con el "abrazo de Charaña", un encuentro altiplánico entre Pinochet y Banzer a bordo de un vagón ferroviario, con la rara reminiscencia de las rendiciones de Alemania y Francia en la Primera y Segunda guerras mundiales.
Aquella fue la primera vez que Perú vislumbró que Chile podía allanarse a dar una solución a la mediterraneidad boliviana, y que esa solución -el corredor- pasaría por interponer a otro país, cancelando para siempre el irredentismo sobre Tarapacá. Perú alegó que el tratado de 1929 comprometía a Chile a consultarle sobre cualquier cesión en lo que llamaba -y así hace hasta hoy- "una misma región de Tacna y Arica". Y cuando el gobierno de Pinochet lo hizo, la diplomacia peruana no negó el corredor a Bolivia, sino que puso a Chile condiciones que lo hacían inviable. (Una jugarreta de la historia es que el Presidente peruano que logró de Chile esa concesión, Augusto Leguía, da el nombre a la calle donde por muchos años tuvo su oficina privada Ricardo Lagos).
De Charaña a la ley de bases
Desde entonces, la diplomacia de Torre Tagle -en esto, mucho más consistente que la de Santiago y, desde luego, que la de La Paz- entiende que su problema no es Chile, sino Bolivia. Y su desafío es encubrirlo: mientras solidariza con las aspiraciones bolivianas, crea los obstáculos para que Chile no progrese en sus relaciones con Bolivia.
Este patrón estratégico puede rastrearse por muchos años, pero ha sido del todo evidente en los últimos dos. Cuando el atrevido Presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada planteó la posibilidad de sacar su gas por Iquique, inmediatamente el gobierno peruano creó una inexistente alternativa en Ilo, condenando al gas altiplánico a la infatuación en que está hoy. Cuando su sucesor, el inexperto Carlos Mesa, emplazó a Lagos en Guadalajara, Perú guardó un discreto silencio, apreciando que la airada reacción del Presidente chileno agriaría por un buen rato los contactos Santiago-La Paz. Cuando Insulza fue elegido a la cabeza de la OEA, haciendo posible que el órgano interamericano favoreciese el acercamiento con Bolivia, Perú desempolvó un reclamo sobre ventas de armas a Ecuador para fundar un discurso muchísimo más duro que el del representante boliviano. Y cuando Lagos completaba tres reuniones de acercamiento con el Presidente provisional de Bolivia, Eduardo Rodríguez, el gobierno peruano aceleró la tramitación de la ley de líneas de base para discutir el límite marítimo.
Tal como ha sido planteada, esa discusión podría acarrear serios perjuicios para Chile en cuanto a recursos pesqueros y otras explotaciones marítimas. Pero entrañaría un daño mortal para Bolivia, porque podría darse el fantástico caso de que Perú accediera a un corredor cedido por Chile y luego se encontrara con que el mar al que llega es reclamado por Perú. A esa patética figura se la conoce en política internacional como "costa seca".
Por eso es improbable que ocurran incidentes marítimos entre Chile y Perú; por eso suenan algo destempladas las "misiones extraordinarias" enviadas por Lagos a Brasil y Ecuador, al margen de sus magros resultados; y por eso es previsible que Fujimori, y no la ley de bases, ocupe el centro de la relación bilateral.
La diplomacia peruana hace bien su trabajo; ha llegado a ser eximia en el ajedrez de las políticas fronterizas, y mantiene un horizonte estratégico que no es conmovido por las frecuentes convulsiones políticas de sus gobiernos. En cuanto a límites, Perú es gobernado desde el palacio de Torre Tagle, no desde el domicilio del Presidente.
A la inversa, si algo puede reprochársele a la Cancillería chilena no es la estulticia de la policía fronteriza, sino la falta de fuerza para instalar en La Moneda, y sobre todo en los muy disponibles adláteres del Presidente, el siguiente principio básico, que su Dirección de Fronteras y Límites conoce a la perfección: cuando el Jefe de Estado de Chile dialoga con el de Bolivia, debe preocuparse instantáneamente de lo que planea Torre Tagle.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.