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A procesos endógenos como el peso decisivo que han alcanzado los militares en Venezuela a partir de la consolidación del gobierno bolivariano y el posicionamiento que aun conservan las FF.AA. chilenas de la mano de normativas como la Ley Secreta del Cobre y los escasos márgenes de control que aun tiene el Ministerio de Defensa en materia del gasto de estos recursos especiales 2, se le suma la casi cuadruplicación de los precios internacionales del petróleo y del cobre. El crecimiento en el precio del cobre y del petróleo entre el 2002 y el 2006 rondo casi el 400%. Luego de estos precios record, el FMI estimada que el cobre podría bajar entre 57% hasta el 2010 o sea manteniendo niveles históricamente elevados.
En el caso del petróleo, se estima que su baja seria menos del 5% o menos3. Recursos naturales controlados por los respectivos Estados que en los últimos tiempos han asumido el rol de cuasi "tipos ideales" de dos modelos de organización política, económica, social y de política exterior a primera vista opuestos y por ende con una fuerte influencia sobre el actual debate ideológico que se da en la región. Ambos países, lideran desde hace dos años el listado de gastos en compra de armamento por parte de los países latinoamericanos. No casualmente, un reciente informe publicado anualmente por "Military Power Review" afirma que Chile ha ascendido del 4to al 3er puesto en cuanto a capacidades militares en la región (superando por primera vez a la Argentina y solo por debajo de Brasil y muy cerca de Perú) y que Caracas ha escalado dos posiciones y llegado al 5to lugar 4to . En mismo informe, no duda en proyectar la continuidad de este proceso y que por ende en el corto plazo el país trasandino desplazará a Perú y que en el mediano plazo, en caso que no haya un fuerte proceso de inversión por parte de Brasil, podría aspirar a disputas el primer puesto. Algo semejante afirma del caso venezolano.
Otro punto en común, es la existencia de diferendos limítrofes que tanto Chile como Venezuela tienen con sus vecinos. En el caso del país trasandino, se suma la cuestión aun irresuelta de la demarcación de los Hielos Continentales con la Argentina, la marítima con Perú y la salida al mar con Bolivia (o sea pleitos de demarcación con los tres países lindantes). En lo que respecta al caso venezolano, se combina la disputa con Colombia por la demarcación del Golfo de Venezuela (que casi genera un enfrentamiento armado en 1987), el reclamo de Caracas sobre el 60% de la Guyana y la demarcación marítima y de pesca con Dominicana.
Chile y su política de Estado en materia de Defensa
A lo largo del 2005 y 2006 se ha registrado en Sudamérica en salto cuantitativo y cualitativo en los gastos en Defensa, básicamente de la mano de "proyectos muy ambiciosos" encarados por Chile y Venezuela. Chile presenta un gasto en Defensa del 3,8% del PBI, seguido por Colombia con el 3.7%. En el caso de Venezuela, para el año 2005 ese monto se situaba en el 1,6% (vis a vis el 1,4% anterior al ascenso de Chávez al poder). En Chile hace una década el monto se situaba en 3,4%. La Argentina, una de las más retrasadas, presentaba 1,3% en 1998 y 1% en el 2005. Según un índice de "poder militar" desarrollados por la publicación Military Power Review en el 2005, en términos de capacidad y poder de batalla el ranking era encabezado por Brasil, seguido por Perú, Argentina y Chile.
Una mirada al mercado de compra de armamentos, nos muestra un EE.UU. que a partir del 2004-2005 incrementa las presiones sobre la transferencia de material bélico hacia Caracas (bloqueando un contrato con Israel por 100 millones de dólares para modernizar los F-16 venezolanos, sobre España y Brasil para no concretar la venta de aviones de transporte y de ataque a tierra respectivamente y, finalmente, la decisión en el 2006 de declara un embargo de armas hacia Venezuela). Como reacción de la acelerada modernización chilena, el Perú decidió en el 2006 impulsar un paquete de 600 millones de dólares para potenciar a sus aviones Mig-29 y Mirage 20006. Chile anunció su voluntad de avanzar en una zona de libre comercio con el Perú. Ello se da en un contexto, en el cual la Presidente Bachelet asistió a la asunción de Alan García.
No obstante ello, en los últimos años se ha reabierto la disputa entre los dos países por la demarcación marítima. Asimismo, sectores militares del Perú se han expresado alarmados por el desequilibrio militar con Chile y la llegada al Norte de ese país de los nuevos aviones F-16 CD Block 50 y los tanques pesados Leopard II de fabricación alemana. No habría que descartar que en un tiempo prudencial, Chile decida desplazar parte de estos medios de alto rendimiento a la zona centro y sur como gesto hacia Perú. En ese caso, ello podría ser interpretado como un gesto poco amigable hacia la Argentina en momentos que ambos países ven tensionadas sus relaciones por la cuestión del gas. El Ejército chileno ha reducido a partir de la última década, dentro de un fuerte proceso de modernización y reestructuración, su total de efectivos de 120 mil a 40 mil, asimismo ha optado por reorganizarse a partir de la creación de 8 nuevas Brigadas (con fuerte énfasis en la movilidad y capacidad de fuego). Las centradas en operaciones de combate, de un total de 5, 3 serán desplegadas en el Norte y 2 en el Sur. En el centro se alistarán las Brigadas destinadas a Operaciones especiales, preparación-educación y logística. Cada Brigada tendrá un mínimo de 50 tanques pesados, 200 vehículos blindados y 100 vehículos a rueda.
Hasta fines de la presente década, los nuevos tanques Leopard II (poco más de 100) se centrarán el Norte y los Leopard 1 (de los 220 adquiridos están en servicio poco más de 100) se localizarán en el Sur. Los 118 tanques pesados Leopard II adquiridos por el Ejército de Chile tienen un costo de 124 de dólares. Por último, se aumentará el número de soldados profesionales pasando de los 2000 actuales a 10 mil en el 2010 y los convocados por el servicio militar pasarán de 16 mil a 8 mil. Medios especializados han concluido que tomando en cuenta los tamaños relativos de de los PBI de Brasil y de Chile, este último destina 6 veces más recursos económicos a reequipamiento militar que la principal potencia regional.
El fuerte incremento del precio del cobre a partir del 2003 en el mercado internacional tiene un impacto positivo y fuerte en la economía de Chile. En términos reales son los precios más altos de los últimos 30 años y no existen signos de sostenidas bajas en el corto y mediano plazo. El boom del cobre obliga desarrollar políticas macroeconómicas anticíclicas para evitar un sobrecalentamiento de la economía. "Pensemos como si Chile se hubiera ganado la lotería, pero el premio se entrega en anualidades y en algún momento se terminará sin aviso" .
Según fuentes de la empresa Lockheed Martin de los EE.UU., los aviones F-16 CD adquiridos por Chile vienen provistos con misiles aire-aire de alcance intermedio (y guiados por radar) del tipo AIM-120 AMRAAM de fabricación estadounidense, misiles aire-aire de corto alcance de guía infrarroja Python IV de Israel y bombas GBU guiadas por láser de 250 y 500 kilos. El ingreso del misil AMRAAM y las bombas láser, son un factor inédito hasta el momento en la región. Los dos submarinos Scorpene adquiridos por la Armada de Chile y a sumarse a la flota durante el 2006 y 2007 (450 millones de dólares) contarán con misiles SM 39 Exocet (36 millones de dólares) capaces de ser lanzados desde submarinos y buscar blancos a 40 kilómetros. Asimismo, el servicio militar obligatorio en Chile terminará definitivamente en un plazo de 8 años. Actualmente más del 70% de los efectivos de las FF.AA. son voluntarios (100% en el último año). Cabe recordar que las FF.AA. profesionales son usualmente consideradas un elemento que potencia la capacidad militar y ofensiva de un Estado. Esos argumentos estuvieron muy presentes en Chile cuando la Argentina cambio hacia un servicio militar voluntario a mediados de los ´90.
La casi totalidad de los sistemas de armas adquiridos por Chile para sus FF.AA. estará operativo antes de fines del 2008: 8 fragatas misilísticas (1 clase 22 y 3 clase 23 británicas, dos clase M y dos clase L holandesas), 2 submarinos Scorpene franco-españoles, se adquirirán 2 buques petroleros (uno de los cuales se podría fabricar en Chile junto a 2 Patrulleras navales), un lote de aviones de patrullaje marítimo (el modelo Fokker es el principal candidato), 28 aviones de combate F-16 CD (provenientes de los EE.UU.) y F-16 AB (modernizados en Bélgica y con un costo de 185 millones de dólares), interés en radares 3D de uso militar (posiblemente Ericcson), y 100 tanques pesados Leopard II de Alemania (más la posibilidad de adquirir 100 a 200 más) . (nota: a esto se agrega otra partida de 18 aviones F-16 comprada a Holanda, totalizando 46 aviones F-16).
La decisión del gobierno chileno de adherir a la Corte Penal Internacional, ha derivado en negociaciones con el Pentágono y el Departamento de Estado de los EE.UU. con el objeto de limitar las sanciones que sufriría Chile por no garantizar la inmunidad de los militares estadounidenses. El Ministerio de Defensa de Chile afirmó que las sanciones se limitaran a trabas en la venta de material bélico usado y financiamiento. Estos dos puntos, no resultan críticos para Chile dada la disponibilidad de fondos en efectivo y la compra de material nuevo tales como los F-16CD y misiles Harpoon II. También en lo respectivo a la relación entre Chile y la principal superpotencia, a partir del 2005 se han reforzado comentarios acerca de la eventual designación del país trasandino como "Aliado Mayor Extra OTAN" (categoría asignada a la Argentina en 1998 por su rol en Operaciones de Paz"). Asimismo, además de los crecientes flujos de sistemas de armas estadounidenses de última generación hacia Santiago al menos una unidad de la Armada chilena opera desde hace meses integrada a un grupo de batalla naval de los EE.UU. que opera en el Atlántico.
Venezuela, petrodólares, confrontación y rearme
La Casa Blanca formalizó en el 2006 el embargo de armas, piezas y repuestos de uso militar para las FF.AA. y de seguridad de Venezuela. Asimismo, se informó del interés de Washington en lograr que otros países de la región y de Europa, Asia e Israel se sumen al embargo. Países como Suecia e Israel afirman adherir. En Mayo 2006 los EE.UU., Holanda y Gran Bretaña desarrollan el mayor ejercicio naval en la zona del Caribe desde la crisis de los misiles de Cuba en 1962. Esta acción, fue considerada por Caracas como una amenaza directa y H. Chávez ordenó llevar a cabo ejercitaciones militares con hipótesis en un eventual desembarco de fuerzas extranjeras.
En Agosto 2006 se crea en el ámbito de la Dirección Nacional de Inteligencia (agencia creada post 11-9, y con la tarea de coordinar la tarea de las 16 agencias de inteligencia civil y militar que operan en los EE.UU.) un cargo especial para tareas de inteligencia y operaciones especiales para Cuba y Venezuela (cargo que será ocupado por un veterano agente con 32 años de servicio en la CIA y en temas latinoamericanos). Ello es un reflejo de la creciente atención que genera Chávez y su eje con Cuba. Formalmente hasta el momento solo dos países tenían este tipo de "mesas especiales de seguimiento" en la estructura de inteligencia de los EE.UU., uno Corea del Norte y el otro Irán.
No obstante esta escalada verbal y política, un informe del GOA (organismo estatal e independiente de control) de los EE.UU. del año 2006 afirma que la dependencia del petróleo de Venezuela por parte de la economía de los EE.UU. se ha acentuado en los últimos años. La interrupción de las exportaciones de Caracas aumentaría el precio del petróleo internacional en al menos 11 dólares. Según el Departamento de Comercio de los EE.UU., las exportaciones de Venezuela a los EE.UU. (entre otras, el 65% del total de las exportaciones de petróleo de ese país sudamericano) pasaron de 15200 millones de dólares en el 2001 a 34 mil millones en el 2005 (básicamente por el aumento del precio del petróleo). Pero agrega, que en casi todos los otros rubros también se vienen incrementando las exportaciones e importaciones. Las exportaciones de los EE.UU. a Venezuela aumentaron de 5600 millones a 6400 millones. Durante el 2006, Venezuela ha sido el tercer exportador de petróleo hacia los EE.UU. con un total de 1,5 millones de barriles diarios (sobre una producción total de 2,4 millones de barriles diarios). Desplazando de ese puesto a Arabia Saudita. Los dos principales exportadores al mercado estadounidense son actualmente Canadá y México.
Venezuela está avanzando también en las negociaciones para adquirir, por un total de 290 millones de dólares, baterías de misiles antiaéreos de corto y mediano alcance rusos M1 Tor. Actuarían de manera combinada con tres radares chinos de largo alcance y por 16 . Más de 52 mil de los fusiles 100 mil AK-103 fueron entregados a Venezuela antes de fines del 2006. Se busca reemplazar a los 60 mil fusiles de asalto FAL de origen belga y que datan de la década del ´50 y otros de los años ´70. Uno de los resquemores que se generan es que el calibre 7,62.39 que usa el AK103 es el mismo que en su mayoría utilizan las FARC y otros grupos armados en Colombia17 .
Un común denominador desde el ascenso al poder de Chávez en 1999 es la inexistencia por parte de las agencias federales de los EE.UU. ligadas a temas de seguridad y Defensa de acusaciones directas a Caracas por un eventual respaldo material a las FARC18. En este sentido, a comienzos del 2007 el Canciller colombiano afirmó que a pesar "de ser Chávez un referente político e ideológico fundamental para la guerrilla" de su país no existen evidencias de ayuda a las mismas desde el gobierno bolivariano. Colombia destina desde hace casi un lustro poco más del 3,5% de su PBI a Defensa (similar al caso de Chile), a lo cual cabe agregar los más de 3000 mil millones de dólares en asistencia militar que ha recibido a partir del 2001 con el denominado Plan Colombia y Plan Patriota19 .
Las compras venezolanas acordadas o con posibilidad de concretarse en el corto y mediano plazo son: 24 aviones cazabombarderos SU-30 MK2 de fabricación rusa (comenzarían a llegar a fines del 2006), 30 helicópteros de transporte y de ataque rusos incluyendo los modernos Mi-35, 100 mil fusiles de asalto rusos AK 103 y 104 (30 mil ya habrían llegado y los otros 70 mil serían armados en Venezuela en una fábrica a ser montada en el país, junto a otra destinada a fabricar municiones), media docena de corbetas y una docena de aviones de transporte de fabricación española y la reparación y modernización de 3 submarinos U209 alemanas que hace dos décadas están en servicio en la Armada venezolana. Voceros de Rusia y Venezuela han destacado la posibilidad de adquirir medio millar de vehículos a rueda para las FF.AA. así como 4 a 5 submarinos Clase Amur.
El único país de Sudamérica que está inmerso en un proceso equiparable es Chile. Tanto Venezuela como Chile se han visto beneficiados por el aumento de casi el 350 al 400% del precio del petróleo desde el 2001 y del 500% en el caso del cobre (en el mismo período productos como la soja solo aumentaron un 50%).
Reflexiones finales
El caso del rearme y modernización del poder bélico de Venezuela parece comenzar básicamente en el 2005 y acelerarse agudamente en el 2006, en tanto que en el caso de Chile es un proceso macizo pero gradual y que data desde hace por lo menos 15 años (si bien con una fuerte aceleración a partir del 2003-4, año de comienzo del auge en el precio del cobre). Si en el caso venezolano, las adquisiciones más importantes se han centrado en Rusia, España, China e Irán (en ese orden), el sector de la Defensa chileno parece haber logrado un pleno o casi pleno acceso a los mejores sistemas de armas de los arsenales convencionales de los EE.UU. y sus aliados de la OTAN.
O sea, material que solo es vendido o transferido a países aliados y considerados confiables a la estrategia de seguridad de la superpotencia. Si bien la autorización de la Casa Blanca para que la empresa Lockheed Martin se presentara con sus F-16 CD Block 50 en la licitación para aviones de combate y superioridad aérea lanzado por la Fuerza Aérea de Chile data de 1997-98, el salto cualitativo se da más recientemente por medio de un vía libre para la adquisición por parte Santiago de sistemas armas de última generación para equipar estos aviones así como unidades navales. En este sentido, de destacan los casos de los misiles aire-aire de alcance intermedio AMRAAM, misiles aire-aire de corto alcance Sidewinder X, los misiles antibuques Harpoon II con 140km de alcance, tierras aire-tierra Maverick guiadas por láser, bombas GBU también por direccionadas por láser y misiles mar-aire Standard de largo alcance (únicas en su tipo en la región), son un claro ejemplo en este sentido.
Como veremos posteriormente, países de la OTAN como el Reino Unido, Holanda, Bélgica y Alemania también se erigen en proveedores claves del reequipamiento militar chileno y en especial de su Marina y Ejército. Si bien los montos invertidos por Chile y Venezuela en la compra de armamentos en los últimos años resultan similares e impactantes para la media regional, el origen de sus sistemas de armas no podría ser más opuesto. Tal como vimos, el primero se nutre básicamente de los países de la "Alianza Occidental" en tanto que el segundo de aquellos países que parecen tener posturas de contención o directamente de confrontación con las políticas de Washington en materia de seguridad internacional.
De los vecinos de Chile, al parecer solamente Perú ha demostrado abierta preocupación por el flujo de armamento sofisticado del país trasandino. Ello se ve complementado por las tensiones generadas a partir de la decisión unánime del Parlamento peruano, en el año 2004, de rechazar la demarcación marítima existente entre los dos países y amenazar con elevar la cuestión a la Corte de la Haya. Asimismo, ligó las eventuales exportaciones de gas a Chile a una solución de ese litigio.
Por su parte, Lima ha impulsado la modernización de su poder aéreo por medio de acuerdos con Rusia y Francia, ha adquirido unidades de superficie italianas para la marina y busca potenciar la interacción y cooperación con los EE.UU. en materia de lucha contra el narcotráfico, terrorismo y la estabilidad regional (o contención del flujo bolivariano). Cabe destacar, que si el Perú logra estabilidad política en el mediano es posible que pueda hacer valer en Washington su eventual relevancia en mejorar la posición relativa de los intereses de la superpotencia en una zona andina signada por regímenes vistos como muy hostiles (Venezuela) y hostiles (Bolivia y Ecuador) así como por la crítica situación en materia de lucha contra el narcotráfico.
Artículo original
sábado, junio 14, 2008
Pay attention to little Chile
One of the world's foremost women leaders is visiting Canada this week -- Chile's President Michelle Bachelet. Freshly elected as the first president of UNASUR, the recently founded South American Union of Nations, Ms. Bachelet, a quatrilingual pediatrician improbably specialized in strategic studies, is one of the most popular and internationally well-known of the new generation of Latin American leaders who have taken the region by storm.
Chile is the most distant country from Canada in the hemisphere, located finis terrae, cut off from the rest of the subcontinent by the Andes on the east and the driest desert in the world on the north. Smaller than most South American countries, and without the flamboyant image of a Brazil, an Argentina or even a Peru, Chile's style is low-key. Yet, it has come a long way, becoming, as one foreign correspondent put it, "the country other Latin Americans would like to be when they grow up."
Chile exported $67 billion U.S. last year; it ranks among the most attractive destinations for foreign direct investment anywhere; it has been clocking fiscal surpluses of four to five per cent of GDP a year, and is building up a sovereign wealth fund. It has the highest per capita income in the hemisphere after Canada.
Institutional stability and a democratic tradition recovered after the ghastly descent into dictatorship under Augusto Pinochet (1973-1990), and are flourishing now under President Bachelet.
In a meteoric ascent that led her from anonymity to the presidency in a scarce six years, she has undertaken many initiatives to strengthen Chile's social safety net. Despite strikes by students, teachers and workers eager to get "a piece of the action" (i.e., a share of the considerable foreign exchange reserves, projected to reach $30 billion U.S. by year's end), she has negotiated responsibly the first half of her term. Her approval rating is 50 per cent.
Canada signed a free-trade agreement with Chile in 1996, and is the third-largest investor in Chile today - mostly in mining, but increasingly in banking as well. Chile's natural resources-based economy has some parallels with Canada's (fishing, forestry and agriculture are also important foreign-exchange earners), and there is much that Chile can learn from Canada. Yet, there are at least two areas where the reverse is true.
With 54 signed FTAs (more than any other country), Chile has gained privileged, duty-free access to the world's main markets (including the U.S., the EU, China and Mexico, among others): this has been a key driving force for its export-led development, which has it now exporting more than 5,000 products to some 180 markets. In a country like Canada, where on a TV show a participant was laughed out of the room for suggesting an FTA with India (Chile has a preferential trade agreement with the latter, and trades more with it than Canada), there is a lesson.
The other is infrastructure development: a public private partnership model applied over the past 15 years has given Chile the best public infrastructure South of the Rio Bravo, although its roads were a public embarrassment as recently as 1990. Some $8 billion U.S. in private (mostly foreign) capital was invested in the country's highways, bridges, tunnels and airports, so that vast stretches of Chile's Panamerican highway today look like a German Autobahn. North America's crumbling infrastructure could do with a dose of the inventive public policies that made such an astonishing reversal possible.
There is more to Chile than meets the eye.
Chile is the most distant country from Canada in the hemisphere, located finis terrae, cut off from the rest of the subcontinent by the Andes on the east and the driest desert in the world on the north. Smaller than most South American countries, and without the flamboyant image of a Brazil, an Argentina or even a Peru, Chile's style is low-key. Yet, it has come a long way, becoming, as one foreign correspondent put it, "the country other Latin Americans would like to be when they grow up."
Chile exported $67 billion U.S. last year; it ranks among the most attractive destinations for foreign direct investment anywhere; it has been clocking fiscal surpluses of four to five per cent of GDP a year, and is building up a sovereign wealth fund. It has the highest per capita income in the hemisphere after Canada.
Institutional stability and a democratic tradition recovered after the ghastly descent into dictatorship under Augusto Pinochet (1973-1990), and are flourishing now under President Bachelet.
In a meteoric ascent that led her from anonymity to the presidency in a scarce six years, she has undertaken many initiatives to strengthen Chile's social safety net. Despite strikes by students, teachers and workers eager to get "a piece of the action" (i.e., a share of the considerable foreign exchange reserves, projected to reach $30 billion U.S. by year's end), she has negotiated responsibly the first half of her term. Her approval rating is 50 per cent.
Canada signed a free-trade agreement with Chile in 1996, and is the third-largest investor in Chile today - mostly in mining, but increasingly in banking as well. Chile's natural resources-based economy has some parallels with Canada's (fishing, forestry and agriculture are also important foreign-exchange earners), and there is much that Chile can learn from Canada. Yet, there are at least two areas where the reverse is true.
With 54 signed FTAs (more than any other country), Chile has gained privileged, duty-free access to the world's main markets (including the U.S., the EU, China and Mexico, among others): this has been a key driving force for its export-led development, which has it now exporting more than 5,000 products to some 180 markets. In a country like Canada, where on a TV show a participant was laughed out of the room for suggesting an FTA with India (Chile has a preferential trade agreement with the latter, and trades more with it than Canada), there is a lesson.
The other is infrastructure development: a public private partnership model applied over the past 15 years has given Chile the best public infrastructure South of the Rio Bravo, although its roads were a public embarrassment as recently as 1990. Some $8 billion U.S. in private (mostly foreign) capital was invested in the country's highways, bridges, tunnels and airports, so that vast stretches of Chile's Panamerican highway today look like a German Autobahn. North America's crumbling infrastructure could do with a dose of the inventive public policies that made such an astonishing reversal possible.
There is more to Chile than meets the eye.
Jorge Heine is a distinguished fellow at the Centre for International Governance Innovation (CIGI) in Waterloo.
Artículo originalviernes, junio 13, 2008
El crecimiento económico del Perú no se refleja en baja de pobreza
Así lo señaló el director nacional de Oxfam, Martín Beaumont, a raíz del Informe Anual sobre Pobreza 2007-2008
(EFE).- Los niveles de crecimiento económico en el Perú no corresponden con los de reducción de la pobreza, pues no muestran un impacto en la sociedad, declaró este jueves el director nacional de Oxfam, Martín Beaumont, a propósito de la presentación de su Informe Anual sobre Pobreza, Desigualdad y Desarrollo 2007-2008.
En entrevista con EFE, Beaumont manifestó que "el tema de fondo no es una discusión sobre cuántos puntos ha disminuido la pobreza en el Perú, sino que los niveles de crecimiento económico que hay en este momento no se corresponden con los niveles de reducción de la pobreza que deberían generarse".
Perú tuvo un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 8,9 por ciento en 2007 y el porcentaje de la población en situación de pobreza cayó a 40 por ciento, desde 44,5 por ciento en 2006, según las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Si se deseara reducir la pobreza a solo el 20 por ciento de la población, se necesitaría un crecimiento anual a una tasa de 6 por ciento por 20 años más, sin variación en el modelo ni la orientación de las políticas públicas, afirmó el economista Efraín González Olarte en el informe anual.
El análisis realizado por expertos invitados por Oxfam señaló que el crecimiento económico peruano enfatiza la apertura de la economía nacional a la inversión extranjera y disminuye la capacidad del Estado para controlar factores exógenos como, por ejemplo, el alza de los combustibles.
Uno de los comentaristas invitados, el sociólogo Sinesio López, afirmó que el Estado peruano no funciona bien para garantizar los derechos económicos y sociales de la población, como sí lo hace para garantizar y atraer las inversiones.
Beaumont comentó que, en su artículo, López cita el informe anual del World Economic Forum en el que se sitúa a Perú en el puesto 15, a nivel mundial, en cuando a protección de las inversiones, pero la nación andina baja a la casilla 131 en calidad de la educación primaria.
Por su parte, la economista Roxana Barrantes, otra de las analistas invitadas por Oxfam, llamó la atención sobre el lugar importante que ocupa el pago de la deuda externa en el presupuesto público, a diferencia de los recursos destinados a la educación y la salud.
El presupuesto público de 2007 ascendió a 51.322 millones de nuevos soles (más de 17.697 millones de dólares), de los cuales alrededor de 11.000 millones de nuevos soles (3.793 millones de dólares) fueron destinados a administración y planeamiento, y 6.000 millones de nuevos soles (2.000 millones de dólares) ejecutados para defensa y seguridad nacional.
Los recursos destinados a educación y salud ascendieron a unos 15.000 millones de nuevos soles (5.000 millones de dólares), según cifras oficiales citadas por Barrantes.
Otro tema evaluado por los expertos, en torno a la pobreza y la desigualdad, es el de la seguridad ciudadana, visto por el ex viceministro del Interior Carlos Basombrío.
Según Beaumont, Basombrío subrayó la necesidad de entender la seguridad ciudadana como una manifestación de los derechos humanos y el estar en capacidad de gozar de ese derecho.
"Señala que no estamos en un nivel equivalente al que están otros países como México o El Salvador, pero que sin embargo hay un conjunto de factores que pueden contribuir" a que Perú se dirija por ese camino de violencia ciudadana, agregó el representante de Oxfam-Gran Bretaña.
Beaumont resumió que el informe señaló "algunos de los problemas del modelo de crecimiento económico y la necesidad de un rol más activo por parte del Estado peruano para disminuir la desigualdad que hay entre los distintos sectores y distintas regiones en el país".
Artículo original
(EFE).- Los niveles de crecimiento económico en el Perú no corresponden con los de reducción de la pobreza, pues no muestran un impacto en la sociedad, declaró este jueves el director nacional de Oxfam, Martín Beaumont, a propósito de la presentación de su Informe Anual sobre Pobreza, Desigualdad y Desarrollo 2007-2008.
En entrevista con EFE, Beaumont manifestó que "el tema de fondo no es una discusión sobre cuántos puntos ha disminuido la pobreza en el Perú, sino que los niveles de crecimiento económico que hay en este momento no se corresponden con los niveles de reducción de la pobreza que deberían generarse".
Perú tuvo un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 8,9 por ciento en 2007 y el porcentaje de la población en situación de pobreza cayó a 40 por ciento, desde 44,5 por ciento en 2006, según las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Si se deseara reducir la pobreza a solo el 20 por ciento de la población, se necesitaría un crecimiento anual a una tasa de 6 por ciento por 20 años más, sin variación en el modelo ni la orientación de las políticas públicas, afirmó el economista Efraín González Olarte en el informe anual.
El análisis realizado por expertos invitados por Oxfam señaló que el crecimiento económico peruano enfatiza la apertura de la economía nacional a la inversión extranjera y disminuye la capacidad del Estado para controlar factores exógenos como, por ejemplo, el alza de los combustibles.
Uno de los comentaristas invitados, el sociólogo Sinesio López, afirmó que el Estado peruano no funciona bien para garantizar los derechos económicos y sociales de la población, como sí lo hace para garantizar y atraer las inversiones.
Beaumont comentó que, en su artículo, López cita el informe anual del World Economic Forum en el que se sitúa a Perú en el puesto 15, a nivel mundial, en cuando a protección de las inversiones, pero la nación andina baja a la casilla 131 en calidad de la educación primaria.
Por su parte, la economista Roxana Barrantes, otra de las analistas invitadas por Oxfam, llamó la atención sobre el lugar importante que ocupa el pago de la deuda externa en el presupuesto público, a diferencia de los recursos destinados a la educación y la salud.
El presupuesto público de 2007 ascendió a 51.322 millones de nuevos soles (más de 17.697 millones de dólares), de los cuales alrededor de 11.000 millones de nuevos soles (3.793 millones de dólares) fueron destinados a administración y planeamiento, y 6.000 millones de nuevos soles (2.000 millones de dólares) ejecutados para defensa y seguridad nacional.
Los recursos destinados a educación y salud ascendieron a unos 15.000 millones de nuevos soles (5.000 millones de dólares), según cifras oficiales citadas por Barrantes.
Otro tema evaluado por los expertos, en torno a la pobreza y la desigualdad, es el de la seguridad ciudadana, visto por el ex viceministro del Interior Carlos Basombrío.
Según Beaumont, Basombrío subrayó la necesidad de entender la seguridad ciudadana como una manifestación de los derechos humanos y el estar en capacidad de gozar de ese derecho.
"Señala que no estamos en un nivel equivalente al que están otros países como México o El Salvador, pero que sin embargo hay un conjunto de factores que pueden contribuir" a que Perú se dirija por ese camino de violencia ciudadana, agregó el representante de Oxfam-Gran Bretaña.
Beaumont resumió que el informe señaló "algunos de los problemas del modelo de crecimiento económico y la necesidad de un rol más activo por parte del Estado peruano para disminuir la desigualdad que hay entre los distintos sectores y distintas regiones en el país".
Artículo original
jueves, junio 12, 2008
Que no se enoje Chile
Nota: Lo absurdo de este artículo y la discusión dentro de Perú, es que se basa en un asunto absolutamente INVENTADO dentro de Perú. Hace unos días, Alan García manifestó que Perú debería exportar gas a Chile porque de no hacerlo, Chile se podría molestar y expulsar a los 100.000 peruanos residentes o podría dejar de comprar a Perú 1.000 millones de dólares que Perú exporta a Chile (Chile sólo vende 300 millones anuales a Perú). Lo extraño, es que esas supuestas represalias NUNCA han salido de la boca de una autoridad chilena, sino que fueron hipótesis lanzadas y discutidas dentro de Perú..... pero por arte de mágia, parece que esa autoamenaza los peruanos terminaron convirtiéndola en supuestas amenazas reales y ya algunos se plantean contrarepresalias a Chile (¿? ¡Chile NUNCA participó de esta discusión! ni amenazó a nadie, ¡peruanos absurdos! ¿cómo es eso que ahora nos insultan por discusiones y amaneazas que se plantean SOLOS!?).
Parece que Chile se ha convertido en una obsesión gubernamental. Primero fue la admiración. Era el ejemplo, el modelo a seguir. Luego fue la emulación. La aspiración a igualarlo y superarlo. Cada paso, cada aparente o real avance, cada éxito era comparado minuciosamente con Chile y festejado con alegría casi infantil. Ello acompañado de un trato excesivamente suave, cauteloso y hasta permisible; no solo a las inversiones del país sureño, sino en lo diplomático, comercial, financiero y hasta militar; tratarlos con guante blanco, aunque su comportamiento no fuera de lo más deseable, aun cuando hubieran groserías, agresividad, impertinencia, hasta tratos despectivos.
Hoy parece que es el temor, el miedo o el autochantaje. ¡Qué Chile no se enoje! Es el lema escrito en el estandarte del gobierno. ¿Y por qué se enojaría? ¿Por que no hacemos lo conveniente a sus intereses, ambiciones, expectativas?, ¿Por que pretendemos defender lo nuestro (territorio, productos industriales u originarios) de su loca carrera de apropiación ilícita?
Suponemos que los chilenos, en este caso el gobierno y los empresarios, estarán realmente encantados de tener un presidente peruano rendidamente enamorado, a tal punto de dejar de pensar en los suyos para pensar en ellos. Además, ¿No hacen los empresarios chilenos ping¸es negocios en el Perú?. Que lo digan sus intereses en las AFP, los supermercados, los bancos, la energía eléctrica, la agroexportación, transportes aéreos, farmacias... ¿Se enojarán, liarán sus millonarios bártulos y nos abandonarán dejándonos en la tristeza? Vaya manera extraña de razonar sobre las relaciones con países vecinos, y más extraña manera de conceptuar la defensa aparente de lo nuestro.
No pretendemos que los gobiernos actúen sin tener en cuenta intereses, opiniones, conductas de países fronterizos o los que no lo son, así como de empresas extranjeras o multinacionales. Pero otra cosa es actuar bajo presión, amenaza, chantaje, o por propia vocación para no hacer cosas que a otros podrían molestar, aunque a nosotros sí nos molestan o nos hagan daño.
¿Qué será más grave? ¿Que se enojen los extraños o se enojen los peruanos?. Claro, lo ideal sería que ninguno se enoje. Pero a veces hay que escoger, y escoger bien.
¿Hasta cuándo viviremos pendientes de lo que otros hacen, más que de lo que hacemos nosotros? ¿Hasta cuándo nos gobernaremos mirando más hacia fuera que hacia dentro?
Artículo original
Parece que Chile se ha convertido en una obsesión gubernamental. Primero fue la admiración. Era el ejemplo, el modelo a seguir. Luego fue la emulación. La aspiración a igualarlo y superarlo. Cada paso, cada aparente o real avance, cada éxito era comparado minuciosamente con Chile y festejado con alegría casi infantil. Ello acompañado de un trato excesivamente suave, cauteloso y hasta permisible; no solo a las inversiones del país sureño, sino en lo diplomático, comercial, financiero y hasta militar; tratarlos con guante blanco, aunque su comportamiento no fuera de lo más deseable, aun cuando hubieran groserías, agresividad, impertinencia, hasta tratos despectivos.
Hoy parece que es el temor, el miedo o el autochantaje. ¡Qué Chile no se enoje! Es el lema escrito en el estandarte del gobierno. ¿Y por qué se enojaría? ¿Por que no hacemos lo conveniente a sus intereses, ambiciones, expectativas?, ¿Por que pretendemos defender lo nuestro (territorio, productos industriales u originarios) de su loca carrera de apropiación ilícita?
Suponemos que los chilenos, en este caso el gobierno y los empresarios, estarán realmente encantados de tener un presidente peruano rendidamente enamorado, a tal punto de dejar de pensar en los suyos para pensar en ellos. Además, ¿No hacen los empresarios chilenos ping¸es negocios en el Perú?. Que lo digan sus intereses en las AFP, los supermercados, los bancos, la energía eléctrica, la agroexportación, transportes aéreos, farmacias... ¿Se enojarán, liarán sus millonarios bártulos y nos abandonarán dejándonos en la tristeza? Vaya manera extraña de razonar sobre las relaciones con países vecinos, y más extraña manera de conceptuar la defensa aparente de lo nuestro.
No pretendemos que los gobiernos actúen sin tener en cuenta intereses, opiniones, conductas de países fronterizos o los que no lo son, así como de empresas extranjeras o multinacionales. Pero otra cosa es actuar bajo presión, amenaza, chantaje, o por propia vocación para no hacer cosas que a otros podrían molestar, aunque a nosotros sí nos molestan o nos hagan daño.
¿Qué será más grave? ¿Que se enojen los extraños o se enojen los peruanos?. Claro, lo ideal sería que ninguno se enoje. Pero a veces hay que escoger, y escoger bien.
¿Hasta cuándo viviremos pendientes de lo que otros hacen, más que de lo que hacemos nosotros? ¿Hasta cuándo nos gobernaremos mirando más hacia fuera que hacia dentro?
Artículo original
lunes, junio 09, 2008
Mano a mano
Nota: Lo que los peruanos no consideran, es que la prensa chilena es manejada por la derecha económica del país. Haciendo lucir el crecimiento peruano y el desafío planteado por García (de superar a Chile), Perú ha dado munición a la derecha chilena para golpear al gobierno de Bachelet y presionar por reformas que hasta ahora el gobierno socialista chileno había evitado (flexibilidad laboral, incentivos tributarios, etc). También, el desafío planteado por García, debería remecer a la Concertación, que producto de largos años de crecimiento económico y éxisto, se ha quedado dormida en los laureles. En todo caso, esto de que Chile se ha ido quedando, es relativo, porque aun crece a tasas de 4% o 5%, que no son malas. Crecer al 6% es muy bueno y 7% es excelente. De hecho, ese crecimiento demuestra solidez por parte de la economía chilena, si se considera que el país está sufriendo desde hace varios años una severa restricción energética (con un costo de 1,5% en el crecimiento anual. Es decir, si no fuera por el asunto de la energia, se podría estar creciendo a tasas cercanas al 6% o más).
"Ganarle a Chile" se ha convertido en la frase de moda. El presidente Alan García la repite cada vez que puede en discursos, conferencias de prensa y cuanta aparición pública tiene. La meta, afirma, debe ser alcanzar y, luego, superar al país de la estrella solitaria. El sólido crecimiento económico peruano le ha inyectado saludable optimismo. Buscar la hegemonía en el Pacífico Sur es la consigna.
Su discurso es estimulante, no hay duda. Después de todo, García quiere fijar un derrotero, una misión nacional. Esta pasa por dejar atrás, en la carrera hacia el éxito, a un país considerado desde siempre un rival histórico.
La pregunta que debemos hacernos inmediatamente es si el Perú está en condiciones de dar ese gran salto y tomar la punta en esta singular competencia de a dos que se nos plantea desde Palacio de Gobierno.
Si hablamos de cifras macro, la cosa viene bien. Economistas de tendencias disímiles como Alan Fairlie y Elmer Cuba coinciden: las inflaciones de ambos países son muy parecidas y, en términos de PBI absoluto, el Perú podría darle alcance a Chile, no mañana, definitivamente, pero sí en unos años, siempre y cuando las tendencias actuales se mantengan.
Esto es, una economía nacional en continuo auge y una chilena siempre a un ritmo más lento. Difícil, aunque no necesariamente imposible.
Lo que ocurre, sin embargo, es que el PBI es apenas un indicador más que habla del tamaño de la economía de un país, mas no de la calidad de vida de su gente. Y es en este aspecto donde la carretera empieza a lucir cuesta arriba para el Perú.
"Lo del PBI no es el punto central, porque si se agravan nuestros problemas de distribución de la riqueza, si el problema de la educación no se aborda, si el acceso a la salud sigue siendo limitado, estaríamos frente a un crecimiento espurio, no sostenible en el tiempo", declara Fairlie. Y tiene razón.
Lo cierto es que los indicadores sociales peruanos andan muy por detrás de los chilenos. "Por donde lo veas, en ningún rubro estamos mejor que ellos, ni en calidad de vivienda, acceso a la educación y servicios básicos o mortalidad", sostiene, por su parte, un realista Cuba.
Que en términos de calidad de vida Chile nos lleva una muy considerable ventaja se demuestra en el último Informe sobre Desarrollo Humano, elaborado por el PNUD. En él, Chile aparece en el bloque "Desarrollo Humano Alto" ocupando el puesto 40 entre todos los países del mundo. ¿Y Perú? Aparece más abajo, en el bloque "Desarrollo Humano Medio", en el lugar 87.
Revisando al detalle este documento tenemos que Chile nos supera en (casi) todos los indicadores: esperanza de vida al nacer (78.3 años contra 70.7), tasa de alfabetización de adultos (95.7% contra 87.9%) y ni hablar del PBI per cápita (US$ 12,027 contra US$ 6,039).
Es verdad que los indicadores peruanos han mejorado en comparación del informe anterior. Aún así, nuestro promedio general de desarrollo (0.773) sigue siendo inferior al promedio latinoamericano (0.781). En cambio, Chile supera esa barrera sin mayores problemas (0.867).
Dicho lo anterior, es válido preguntarse si antes de plantearse competir con Chile en materia de cifras macroeconómicas y atractivos para inversiones extranjeras no deberíamos apuntar a superarlo en otros aspectos tanto o más cruciales. Sin ir más lejos, el porcentaje de pobreza en Chile es de un 15% aproximadamente, mientras que en el Perú –polémica incluida a raíz de la metodología empleada por el INEI– bordea el 40%. Y eso que las condiciones en las zonas rurales casi no han mejorado.
"Nosotros no debemos vivir en función de cómo nos califican afuera", sostiene Fairlie, haciendo directa alusión al celebrado grado de inversión obtenido por la clasificadora de riesgo Fitch Ratings en abril pasado. "La prioridad debe ser mejorar las condiciones de vida de la población del país", añade.
Hay que ganarle a Chile, todos de acuerdo. Pero esa victoria no puede limitarse a crecimiento económico o PBI absoluto . El factor humano es, al final, el más importante, vital. Lamentablemente, sobre eso no se dice mucho.
EL PÁNICO CHILENO
Ahora bien, más allá de nuestros desfavorables índices de desarrollo humano, sí es innegable que el Perú atraviesa una etapa económica de crecimiento saludable y estable, a tal punto que todas las alarmas han empezado a encenderse en el sur. De hecho, las reiteradas declaraciones del presidente García y su deseo de arrebatarle a Chile su liderazgo regional han originado en ese país una serie de reacciones muy sugerentes.
Recientemente la revista ‘Qué Pasa’ publicó un artículo titulado: "Por qué Perú nunca alcanzará a Chile". Allí se dice: "Hoy por hoy, cada vez que a una empresa chilena se le ocurre cruzar la frontera peruana, o cada vez que un rating de desempeño económico habla de las virtudes del Perú, cunde una especie de pánico.
Sí, pánico, porque a un país que se acostumbró a pensar que sería la copia latina de Finlandia, decirle que ahora Perú le puede ganar, es el peor escenario posible. ¿Tan mal estamos?".
En resumen, y tal como se desprende del titular, ‘Qué Pasa’ cree improbable que Chile ceda su lugar de privilegio al Perú. Para que ello ocurra, dice la revista, nosotros deberíamos mantener, y por un largo periodo de tiempo, tasas de crecimiento elevadas, "lo que es literalmente imposible".
Otros medios, como ‘El Mercurio’, también se han ocupado del buen desempeño de la economía nacional "factor de atracción de nuevas inversiones, que incluyen importantes capitales chilenos", de acuerdo con un editorial publicado a fines de mayo. Y se pregunta, no sin sorpresa: "¿Por qué Perú ha logrado desplazar a Chile como principal foco de atracción económica en esta zona?". La respuesta, según ‘El Mercurio’, descansa en las reformas internas que nos han puesto en un ritmo ascendente mientras Chile demuestra "señales de fatiga" que lo estarían colocando en un "segundo plano" en la competencia por convocar nuevos negocios. "Se hace difícil revertir la tendencia", admite el diario.
Días antes, el mismo ‘Mercurio’ informó que el grupo chileno LarraínVial había optado por el Perú para levantar un fondo inmobiliario, asociándose con la subsidiaria Colliers por US$ 525 millones. "Perú nos pisa los talones. ¿Qué pasa que todos se van rumbo al norte?", se lee en la presentación de un extenso informe que exuda preocupación por todos los poros. Una carta de un lector con el encabezado "Perú nos golpea el orgullo" sugiere, no sin sorna, que a la luz de los nuevos tiempos "habría que pensar en devolver el Huáscar".
Ciertamente, Perú ha sido materia de constante y detallado análisis chileno. ‘La Tercera’ le dedicó dos páginas a la siguiente noticia: "Wall Street ve a Perú con la mejor perspectiva de crecimiento en la región para el 2008". Eso fue el 17 de mayo. Un día después, titulaba en un editorial: "Pesimismo y pérdida del impulso económico en Chile". Y en el artículo "El vecino más astuto", se podían leer párrafos tan reveladores como este: "Cuando el presidente peruano propone a su público superar a Chile, toca una fibra delicada del gobierno de Bachelet. Para decirlo en breve, toca la conciencia inexpresada, reprimida y enojosa de que las cosas no van bien".
Todavía hay más. "Perú desplaza a Chile como la segunda economía con el menor riesgo país de América Latina" (‘El Mercurio’); "Perú lidera baja de riesgo país en 2008 y queda con el mejor índice en Sudamérica" ("La Tercera"); "Las claves del crecimiento del mercado financiero en Perú" (otra vez "El Mercurio").
Podríamos seguir, pero en vez de festejar es mejor pisar tierra. ¿Exageran los chilenos con tanta preocupación? ¿Se justifica tanta tinta y papel? "Perú está todavía lejos de amenazar la autoridad chilena en la región", advierte Elmer Cuba. Esa distancia sin embargo se reduce cada día. No sabemos si al ritmo necesario para alcanzarlos en una década. Lo que nos demoremos en ello es un tema aparte. Si el presidente García ha lanzado el reto de superar al vecino deberíamos conocer en dónde nos gana por goleada. La respuesta es concluyente: en desarrollo humano. Hacia ahí es donde deberían apuntarse todos los esfuerzos, e incluso todas las retóricas.
"Ganarle a Chile" se ha convertido en la frase de moda. El presidente Alan García la repite cada vez que puede en discursos, conferencias de prensa y cuanta aparición pública tiene. La meta, afirma, debe ser alcanzar y, luego, superar al país de la estrella solitaria. El sólido crecimiento económico peruano le ha inyectado saludable optimismo. Buscar la hegemonía en el Pacífico Sur es la consigna.
Su discurso es estimulante, no hay duda. Después de todo, García quiere fijar un derrotero, una misión nacional. Esta pasa por dejar atrás, en la carrera hacia el éxito, a un país considerado desde siempre un rival histórico.
La pregunta que debemos hacernos inmediatamente es si el Perú está en condiciones de dar ese gran salto y tomar la punta en esta singular competencia de a dos que se nos plantea desde Palacio de Gobierno.
Si hablamos de cifras macro, la cosa viene bien. Economistas de tendencias disímiles como Alan Fairlie y Elmer Cuba coinciden: las inflaciones de ambos países son muy parecidas y, en términos de PBI absoluto, el Perú podría darle alcance a Chile, no mañana, definitivamente, pero sí en unos años, siempre y cuando las tendencias actuales se mantengan.
Esto es, una economía nacional en continuo auge y una chilena siempre a un ritmo más lento. Difícil, aunque no necesariamente imposible.
Lo que ocurre, sin embargo, es que el PBI es apenas un indicador más que habla del tamaño de la economía de un país, mas no de la calidad de vida de su gente. Y es en este aspecto donde la carretera empieza a lucir cuesta arriba para el Perú.
"Lo del PBI no es el punto central, porque si se agravan nuestros problemas de distribución de la riqueza, si el problema de la educación no se aborda, si el acceso a la salud sigue siendo limitado, estaríamos frente a un crecimiento espurio, no sostenible en el tiempo", declara Fairlie. Y tiene razón.
Lo cierto es que los indicadores sociales peruanos andan muy por detrás de los chilenos. "Por donde lo veas, en ningún rubro estamos mejor que ellos, ni en calidad de vivienda, acceso a la educación y servicios básicos o mortalidad", sostiene, por su parte, un realista Cuba.
Que en términos de calidad de vida Chile nos lleva una muy considerable ventaja se demuestra en el último Informe sobre Desarrollo Humano, elaborado por el PNUD. En él, Chile aparece en el bloque "Desarrollo Humano Alto" ocupando el puesto 40 entre todos los países del mundo. ¿Y Perú? Aparece más abajo, en el bloque "Desarrollo Humano Medio", en el lugar 87.
Revisando al detalle este documento tenemos que Chile nos supera en (casi) todos los indicadores: esperanza de vida al nacer (78.3 años contra 70.7), tasa de alfabetización de adultos (95.7% contra 87.9%) y ni hablar del PBI per cápita (US$ 12,027 contra US$ 6,039).
Es verdad que los indicadores peruanos han mejorado en comparación del informe anterior. Aún así, nuestro promedio general de desarrollo (0.773) sigue siendo inferior al promedio latinoamericano (0.781). En cambio, Chile supera esa barrera sin mayores problemas (0.867).
Dicho lo anterior, es válido preguntarse si antes de plantearse competir con Chile en materia de cifras macroeconómicas y atractivos para inversiones extranjeras no deberíamos apuntar a superarlo en otros aspectos tanto o más cruciales. Sin ir más lejos, el porcentaje de pobreza en Chile es de un 15% aproximadamente, mientras que en el Perú –polémica incluida a raíz de la metodología empleada por el INEI– bordea el 40%. Y eso que las condiciones en las zonas rurales casi no han mejorado.
"Nosotros no debemos vivir en función de cómo nos califican afuera", sostiene Fairlie, haciendo directa alusión al celebrado grado de inversión obtenido por la clasificadora de riesgo Fitch Ratings en abril pasado. "La prioridad debe ser mejorar las condiciones de vida de la población del país", añade.
Hay que ganarle a Chile, todos de acuerdo. Pero esa victoria no puede limitarse a crecimiento económico o PBI absoluto . El factor humano es, al final, el más importante, vital. Lamentablemente, sobre eso no se dice mucho.
EL PÁNICO CHILENO
Ahora bien, más allá de nuestros desfavorables índices de desarrollo humano, sí es innegable que el Perú atraviesa una etapa económica de crecimiento saludable y estable, a tal punto que todas las alarmas han empezado a encenderse en el sur. De hecho, las reiteradas declaraciones del presidente García y su deseo de arrebatarle a Chile su liderazgo regional han originado en ese país una serie de reacciones muy sugerentes.
Recientemente la revista ‘Qué Pasa’ publicó un artículo titulado: "Por qué Perú nunca alcanzará a Chile". Allí se dice: "Hoy por hoy, cada vez que a una empresa chilena se le ocurre cruzar la frontera peruana, o cada vez que un rating de desempeño económico habla de las virtudes del Perú, cunde una especie de pánico.
Sí, pánico, porque a un país que se acostumbró a pensar que sería la copia latina de Finlandia, decirle que ahora Perú le puede ganar, es el peor escenario posible. ¿Tan mal estamos?".
En resumen, y tal como se desprende del titular, ‘Qué Pasa’ cree improbable que Chile ceda su lugar de privilegio al Perú. Para que ello ocurra, dice la revista, nosotros deberíamos mantener, y por un largo periodo de tiempo, tasas de crecimiento elevadas, "lo que es literalmente imposible".
Otros medios, como ‘El Mercurio’, también se han ocupado del buen desempeño de la economía nacional "factor de atracción de nuevas inversiones, que incluyen importantes capitales chilenos", de acuerdo con un editorial publicado a fines de mayo. Y se pregunta, no sin sorpresa: "¿Por qué Perú ha logrado desplazar a Chile como principal foco de atracción económica en esta zona?". La respuesta, según ‘El Mercurio’, descansa en las reformas internas que nos han puesto en un ritmo ascendente mientras Chile demuestra "señales de fatiga" que lo estarían colocando en un "segundo plano" en la competencia por convocar nuevos negocios. "Se hace difícil revertir la tendencia", admite el diario.
Días antes, el mismo ‘Mercurio’ informó que el grupo chileno LarraínVial había optado por el Perú para levantar un fondo inmobiliario, asociándose con la subsidiaria Colliers por US$ 525 millones. "Perú nos pisa los talones. ¿Qué pasa que todos se van rumbo al norte?", se lee en la presentación de un extenso informe que exuda preocupación por todos los poros. Una carta de un lector con el encabezado "Perú nos golpea el orgullo" sugiere, no sin sorna, que a la luz de los nuevos tiempos "habría que pensar en devolver el Huáscar".
Ciertamente, Perú ha sido materia de constante y detallado análisis chileno. ‘La Tercera’ le dedicó dos páginas a la siguiente noticia: "Wall Street ve a Perú con la mejor perspectiva de crecimiento en la región para el 2008". Eso fue el 17 de mayo. Un día después, titulaba en un editorial: "Pesimismo y pérdida del impulso económico en Chile". Y en el artículo "El vecino más astuto", se podían leer párrafos tan reveladores como este: "Cuando el presidente peruano propone a su público superar a Chile, toca una fibra delicada del gobierno de Bachelet. Para decirlo en breve, toca la conciencia inexpresada, reprimida y enojosa de que las cosas no van bien".
Todavía hay más. "Perú desplaza a Chile como la segunda economía con el menor riesgo país de América Latina" (‘El Mercurio’); "Perú lidera baja de riesgo país en 2008 y queda con el mejor índice en Sudamérica" ("La Tercera"); "Las claves del crecimiento del mercado financiero en Perú" (otra vez "El Mercurio").
Podríamos seguir, pero en vez de festejar es mejor pisar tierra. ¿Exageran los chilenos con tanta preocupación? ¿Se justifica tanta tinta y papel? "Perú está todavía lejos de amenazar la autoridad chilena en la región", advierte Elmer Cuba. Esa distancia sin embargo se reduce cada día. No sabemos si al ritmo necesario para alcanzarlos en una década. Lo que nos demoremos en ello es un tema aparte. Si el presidente García ha lanzado el reto de superar al vecino deberíamos conocer en dónde nos gana por goleada. La respuesta es concluyente: en desarrollo humano. Hacia ahí es donde deberían apuntarse todos los esfuerzos, e incluso todas las retóricas.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.