sábado, septiembre 30, 2006
Nuestro molibdeno se va para Chile
Sin embargo, la exportación a Chile del molibdeno sin procesar -que la Asociación de Exportadores (Adex) considera “producto estrella”-, no es una operación provechosa para el Perú.
La pregunta para entender esta situación sería la siguiente: ¿Por qué Chile, a pesar de ser el principal productor de molibdeno en el mundo, con reservas del orden de 2.5 millones de TM (13.2% del nivel mundial) le compra al Perú la mayor cantidad de su producción? La respuesta podría ser que la industria minera chilena pretende mantener sus altas reservas sobre la base de adquirirnos molibdeno sin procesar a precios muy bajos, para que luego la Corporación Nacional del Cobre (Codelco) o la empresa minera Molymet lo sometan a un proceso de tostado en hornos múltiples, eliminándole el azufre, para convertirlo en “óxido de molibdeno grado técnico” (OMT). En esta forma lo exportan a diferentes países, especialmente a China, Europa y EE UU, como un insumo indispensable para la fabricación de aceros especiales e inoxidables, utilizados en la construcción, en piezas de aviones y automóviles, y en las industrias petrolera, electrónica, de lubricantes y química. Además, el precio de este producto procesado ha aumentado en el mercado internacional desde US$ 5 por kilo el 2000, a US$ 66 por kilo el 2006. Del mismo modo, tanto Codelco como la empresa Molymet forman parte y han presidido la Asociación Internacional de Molibdeno (IMOA), punto focal de las actividades estadísticas, técnicas y tendencias de este recurso, y cuyo objetivo principal es promocionarlo como material de futuro a escala global.
Según el Ministerio de Energía y Minas nuestra producción de molibdeno ha aumentado de 7,193 TM el 2000 a 17,325 el 2005, colocándonos como el cuarto productor mundial y el segundo en América Latina.
En este contexto, considerando la gran demanda mundial y la creciente cotización internacional del molibdeno, la minería nacional, que es meramente productora de materias primas, debería promover la inversión en hornos de tostación u otras alternativas para darle valor agregado a ese y otros recursos mineros y así, generar más trabajo y mayores divisas para el país.
martes, septiembre 26, 2006
Entre 70 países, los salarios argentinos se encuentran Nº 60
Los apologistas de la devaluación afirman que es un mecanismo para, a través de los salarios bajos, generar más empleo vía exportaciones. En ese caso, la Argentina es casi el paraíso aunque ¿Aumentaron tanto las exportaciones no tradicionales?
Un ranking de la revista The Economist revela las limitaciones del modelo.
Un ranking que realizó la revista británica “The Economist”, afirma que Noruega es el país que mejor paga la hora, a US$ 33,54.
En Noruega nadie está afirmando que hay sobrevaluación de la moneda, ni pidiendo una devaluación. Y su calidad de vida es excelente. Noruega es uno de los países ejemplares del mundo en capacidad de consumo, seguridad, educación, salud, justicia, con un enorme predicamento entre las naciones desarrolladas.
Noruega supera en mucho a esta Argentina devaluada, caótica, insegura, sin capacidad de asegurar a su población la educación suficiente ni la prestación sanitaria más conveniente y que para permitir que miles de familias ingresen al mercado de consumo más elemental, debe distribuir planes Jefas y Jefes de Familia, bolsones de alimentos y otras asistencias sociales.
¿Por qué Noruega puede pagar buenos salarios y competir con éxito entre las naciones? Por la calificación de sus recursos humanos y la competitividad de sus procesos de producción. Los industriales argentinos y en especial el Estado en sus múltiples manifestaciones, desprecian la meritocracia. Quieren la burocracia, el empleo sin competitividad, la corrupción, la prebenda y otras formas irregulares de generar negocios.
Ahora, pagando tan poco por los salarios, ¿La Argentina ha aumentado tanto sus exportaciones no tradicionales, o es que la Argentina exporta más gracias a una mejora en los precios de los commodities agrícolas?
En ese caso, ¿Quién se quedó con la plusvalía que surge de la desvalorización del salario? Ésta es la pregunta más importante de la Argentina contemporánea, y debería convocar a un debate profundo antes que las generaciones futuras odien a los argentinos que empobrecieron el país para que unos pocos acumulen riqueza en forma descomunal, pero básicamente ineficiente e improductiva.
Muy barato
Entre los países donde la mano de obra es más barata se destacan la Argentina (US$2), Perú (US$1,28), Rusia (US$1,00), China (US$0,92), India (US$0,74) e Indonesia (US$0,47). USA ocupa el lugar Nº 10 (US$21,83), Canadá (US$18,47) en el puesto 15, España (US$14,94) en el 17 y Corea del Sur (US$10,41).
Comparación salarial de mano de obra
Ciudad US$ x hora
1. Zurich 25,70
2. Copenhague 25,50
3. Basilea 25,10
4. Oslo 24,40
5. Ginebra 23,40
6. Lugano 21,70
7. Nueva York 21,70
8. Chicago 21,20
9. Los Ángeles 18,60
10. Frankfurt 18,00
11. Luxemburgo 17,90
12. Tokio 17,60
13. Bruselas 17,50
14. Londres 16,90
15. Estocolmo 16,60
16. Amsterdam 16,60
17. Berlín 16,40
18. Dublín 16,30
19. Miami 16,00
20. Helsinki 15,00
21. Viena 14,30
22. París 13,70
23. Toronto 13,50
24. Montreal 12,90
25. Milán 11,40
26. Sydney 10,30
27. Barcelona 9,80
28. Roma 9,50
29. Madrid 9,10
30. Atenas 8,90
31. Auckland 8,90
32. Tel Aviv 8,40
33. Taipei 8,30
34. Hong Kong 8,00
35. Seúl 7,90
37. Dubai 6,80
38. Lisboa 6,10
39. Manama 5,90
40. Liubliana 5,40
41. Johanesburgo 4,90
42. Estambul 4,60
43. Budapest 4,20
44. Kuala Lumpur 3,70
45. Varsovia 3,40
46. Shanghai 3,30
47. Riga 3,20
48. Tallin 3,20
49. Santiago 3,20
50. Praga 3,10
51. Vilna 2,90
52. Moscú 2,90
53. Sao Paulo 2,70
54. Lima 2,60
55. Bratislava 2,50
56. Caracas 2,30
57. Ciudad de México 2,30
58. Bogotá 2,10
59. Río de Janeiro 2,10
60. Buenos Aires 2,00
61. Bangkok 1,80
62. Bucarest 1,80
63. Yakarta 1,70
64. Manila 1,40
65. Sofía 1,40
66. Lagos 1,30
67. Kiev 1,30
68. Nairobi 1,10
69. Karachi 0,90
70. Bombai 0,80
Otro artículo antichileno, de la prensa peruana
El vergonzoso entreguismo a Chile
Una brillante columna de César Hildebrandt, publicada el último domingo en el diario La Primera, me obliga a escribir nuevamente sobre el tema Chile. No por un afán chauvinista como podría decir algún analista que forma opinión por encargo. Tampoco por un sentimiento antichileno, que en verdad no existe. Sino por una cuestión de dignidad, de vergüenza ajena, al ver como gracias al presidente Alan García Pérez, nuestro país se entrega al capital chileno, con una velocidad inexplicable, con una tremenda irresponsabilidad de la que él y su partido serán culpables.
Hace poco empresarios chilenos dijeron que están a la espera de la ratificación del TLC con el Perú para hacer grandes compras de tierra en nuestro país. Se esforzaron en declarar que lo que cultiven en esas tierras no sería para venderse en nuestro país sino en las lejanas tierras de la China, país con el que ya tienen firmado un TLC. Es decir las grandes ganancias se irían para Chile producto de frutos cultivados en nuestro país. Como consecuencia de este entreguismo en el Perú hasta en los mercados populares hoy se venden pescados congelados en Chile cosa inimaginable hace dos meses. El presidente García, que habló de un TLC interno, copiando una frase del profesor Eduardo Morón, ha optado por el facilismo sabe Dios por qué razones. No hace ninguna reforma de fondo que mejore la competitividad de las empresas peruanas. Sólo fuegos artificiales, generalidades.
Mientras Chile se prepara para invadirnos literalmente con sus empresas y servicios el presidente García nos distrae discutiendo la pena de muerte, la Ley de Talión y hasta el Código de Hammurabi. Todo esto con la complicidad de una prensa que silencia esta intromisión atrevida chilena por temor a perder el avisaje.
Soy de los que piensa que la economía va de la mano de la política. Y que la presencia chilena en la economía peruana es tan fuerte que ya tiene influencia en la política. Basta recordar el penoso papel del anterior Congreso que no hizo nada cuando Lan Chile paso un video atentatorio contra la imagen del Perú. Y basta recordar algo más reciente cuando el actual Congreso, presidido por la militante aprista Mercedes Cabanillas claudicó de su función constitucional y permitió que se firmara el TLC Con Chile sin siquiera conocerlo. Fue tan penoso el asunto que mientras los políticos chilenos que asistieron a la firma del Tratado conocían el texto, los pobres políticos peruanos ni siquiera conocían el texto y ante ello ni siquiera se inmutaban.
Ojalá algún día mejore la calidad de la política peruana, que empiece por conocer a profundidad la Historia del Perú. Ojalá que llegue el día en que un conjunto de políticos peruanos se dedique a luchar por los intereses del país y no cedan ante las tentaciones que les ofrecen los mercaderes del sur. La lucha recién ha empezado. Tendremos que unirnos los que deseemos un país digno y fuerte. Con empresarios peruanos emblemáticos que piensen primero en el Perú y con políticos con solidez nacional que hoy por hoy son un elemento escaso.
Ing. Juan Sheput (Perú)
Ex consejero Presidencial en Asuntos Políticos y ex ministro de Trabajo y Promoción del Empleo durante el gobierno de Alejandro Toledo.
Nota: Me parece ridiculo, se quejan de que los empresarios chilenos planean comprar tierras improductivas, porque van a crear miles de empleos (que es lo que demanda un mercado tan gigantesco como el chino), porque van a pagar impuestos, pagar por servicios de transporte, portuarios, comunicaciones, etc. Es absurdo. Y por cierto, famoso video de Lan Chile... no era tal, era un programa de la BBC de Londres, del programa Lonely Planet... que fue exhibido en decenas de aerolineas, sin que ninguna recibiera reclamo alguno. Pero no solo eso, el programa fue transmitido por la television por cable de EEUU, Europa, Asia... de todo el mundo. Asi que quejarse porque una aerolinea chilena paso un programa empaquetado, sobre turismo, que mostraba algunas realidades que a los peruanos no les gustan.... bueno, es bastante ridiculo, creo yo.
lunes, septiembre 25, 2006
Chile sigue de compras
No obstante estos encomiables anuncios, el miércoles 20 de septiembre El Mercurio informaba que “en uno de los hitos más importantes del proceso de modernización de la Armada y de la aviación naval”, la marina chilena decidió adquirir en EE.UU. un total de 10 misiles aire-mar del tipo Harpoon Block II para equipar a sus aviones de patrullaje marítimo Lockheed P-3 Orion, por un total de US $ 45 millones; es decir, sólo esta compra representa casi un tercio de lo que nuestro país gastará anualmente en los próximos 5 años para recuperar y repotenciar los equipos y el armamento de las FF.AA.
Es cierto que Chile compra armas porque es un Estado soberano, porque tiene la plata y por último, porque le da la gana, pero el timing en el que anuncian esta compra es, por decir lo menos, inoportuno.
Surge entonces la pregunta: ¿cómo y qué vamos a homologar? Según el Diccionario de la Lengua Española, “homologar” quiere decir “equiparar, poner en relación de igualdad dos cosas”.
¿Vamos a homologar sus Leopard-II con nuestros T-55? (Seis de los cuales desfilaron el año pasado en la parada militar, plantándose dos, lo que constituyó un verdadero papelón. Al menos este año tuvieron el buen tino de presentarlos montados sobre camiones-grúa).
¿Nuestras fragatas Lupo italianas de segunda mano, compradas a US 15 millones la unidad, con sus fragatas multipropósito holandesas, también de segunda mano, compradas a US $ 90 millones la unidad, además dotadas de 10 misiles RGM-84L Harpoon?
¿Nuestros submarinos alemanes 209 con sus Scorpene, que además de torpedos de última generación tendrán misiles Exocet SA-39? ¿Nuestros cazas –que por falta de mantenimiento y repuestos– no vuelan o se caen solos, con sus flamantes F-16?
Pasando a un tema conexo, en la parada militar chilena del martes 19 se dio un hecho (y un gesto) que no considero casual e inocente, sino todo lo contrario: mal intencionado y muy torpe. Me refiero al desfile del Regimiento Chacabuco vistiendo uniformes de la Guerra del Pacífico.
Para mí, el torpe –pero directo– mensaje, en un desfile en el que se exhibió poco armamento, fue muy claro: “En aquella ocasión no necesitamos de armas sofisticadas para vencerlos.
Imagínense lo que pasaría hoy, con todo lo que estamos comprando.” Si algunos en Lima no captaron bien el mensaje, entonces sí que estamos en verdaderos problemas.
domingo, septiembre 24, 2006
Reivindicando a las Fuerzas Desarmadas
Tomado de diario La Primera, Lima - Peru
El doctor Alan García, presidente de la República, tiene todo el derecho de proteger a las Fuerzas Armadas. Pero si quisiera hacerlo de verdad no sólo debería poner bajo el paraguas del Estado a los militares acusados de parecerse a los senderistas que combatieron.
También podría, por ejemplo, ser menos prochileno de lo superlativamente prochileno que es.
Porque eso de congraciarse con los militares encausados y de someterse, al mismo tiempo, a los intereses chilenos en nombre de la integración –tan bien expresada en la guerra que Chile libró para impedir la unión del Perú y Bolivia– sería gracioso si no fuera sublevante.
En estos momentos Chile es el Israel de Sudamérica. Su ejército es el más potente de la región –incluida Argentina– y su único propósito, anunciado por el jefe de su ejército el mes pasado, es garantizarse, con su potencia de fuego, que “las posibles fricciones que en el futuro pueda haber con el Perú” –palabras del general chileno Oscar Izurieta, jefe del Ejército- tengan el mismo o mejor desenlace –para ellos– que el de 1883.
Hay una larga tradición de chilenismo arrastrado en nuestras clases dirigentes.
Ayer hablamos de Piérola. Hoy podríamos hablar de Gamarra, instrumento del sur para destruir a la Confederación peruano-boliviana, uno de los hombres que hizo del general chileno Bulnes destinatario de miles de pesos y de todos los honores por haber combatido en la infausta batalla de Yungay, la que puso punto final a la unión del Alto y Bajo Perú. Gamarra y muchos otros militares y civiles sirvieron, directamente, a la causa de Diego Portales, el creador del frío expansionismo de Chile.
Lo que la historia del Perú no nos suele recordar es que en 1832, cinco años de que Chile nos declarara la primera de sus guerras, el país de Portales había intentado que Bolivia se nos viniera encima aprovechando las tensiones que ese año,1832, hubo entre Bolivia y Perú (Correspondencia entre P. Antonio de La Torre y el general Agustín Gamarra, 26 de octubre de 1862).
Y en 1860 –como lo reseña Mariano Felipe Paz Soldán– el embajador chileno en La Paz, Aniceto Vergara, propuso al presidente boliviano que Bolivia se desprendiera de su litoral hasta Mejillones bajo la promesa de que Bolivia ocuparía la costa peruana hasta el morro de Sama.
Chile fingía alborozo por el triunfo del 2 de mayo de 1866 mientras seguía tramando en contra de Perú, el hermano que había derramado –las palabras son de Paz Soldán– “sus caudales y su sangre para vengar el ultraje que Chile había sufrido (ante España) en Valparaíso”.
Dos años después de la agresión de España, Chile firmó con la monarquía ibérica un convenio por el cual pudo adquirir dos corbetas: la Chacabuco y la O’Higgins. Era 1868 y Chile ya había decidido ser invencible en el Pacífico.
Ya había decidido hundir en la peor de sus crisis al país que envidió y odio desde sus orígenes. Ese convenio chileno-español fue uno de los capítulos más encarnizados de la hipocresía internacional.
El embajador peruano en Washington recordó a la cancillería de Lima que Chile había mentido repugnantemente para extraer de los astilleros ingleses sus nuevas corbetas, a pesar de que el tratado firmado con el Perú establecía que ninguno de los signatarios podía negociar con España a espaldas del otro. Para cumplir su cometido Chile adujo que Perú le había dado su consentimiento, cosa que jamás ocurrió.
Podría citar decenas de ejemplos semejantes. Podría llenar este periódico y el de mañana sólo contando las veces en que Chile se ha burlado del Perú. Podría llenar las ediciones de este periódico hasta fin de año contando al detalle las felonías chilenas que los historiadores cuentan de pasada y que el pueblo peruano ignora, como ignoran su historia los pueblos condenados a reincidir en la calamidad.
¿Por qué hago esto? ¿Por qué soy un antichileno primitivo?
No soy antichileno. Amo el Chile pacífico y socialista de las Lucila Godoy y los Salvador Allende, el Chile fuerte de sus campesinos y el brillante de los Neruda. Pero también soy peruano.
Y mientras el Chile arrogante de sus políticos y militares no renuncie al uso de las armas que le sobran, no creeré en sus promesas integradoras ni en sus presuntos ánimos de equidad. En todo caso, la historia respalda mi desconfianza.
¿Será el futuro distinto?
Espero que sí. Pero mientras el Chile oficial nos siga tratando como a país menor y mientras tengamos traidores a la memoria en la Cancillería y presidentes emocionalmente extranjeros, tengo pleno derecho a denunciar el entreguismo.
El doctor García cree, como Leguía, que haciendo muchísimas concesiones logrará algunas ventajas. Se equivoca: Chile huele la debilidad como huelen la sangre los más astutos cazadores.
Hoy un patán funge de embajador chileno y nos acaba de conceder el origen peruano de la chirimoya. Este señor cree que todos los peruanos somos como nuestro canciller, que se lanza sobre el primer hueso meridional que le caiga.
Yo no amo más al Perú que otros peruanos.
Amo al Perú sintiéndome cosmopolita, ciudadano del mundo y consciente del carácter global de nuestros intereses contemporáneos. Pero la relación con Chile siempre será especial y siempre requerirá la inteligencia, la firmeza y el coraje que demostró, hace poco, Manuel Rodríguez Cuadros.
Gracias a gente como él, quien esto escribe no se siente tan solo. De los que hablan “del trapo del nacionalismo” no es prudente ocuparse por ahora. Sólo cabe reemplazar la palabra nacionalismo por el término dignidad para saber de qué quieren carecer para siempre estos cluecos analistas.
Homologación o complementación
El verbo homologar es empleado, por políticos y funcionarios, para referirse a igualar gastos en defensa con otros países; sin embargo, la Real Academia de la Lengua lo define como “asentir tácitamente las partes al fallo de los árbitros, dejando pasar el termino legal sin apelar”. Como ven, nada tiene que ver una cosa con otra.
Refiriéndonos a la mal llamada HOMOLOGACION en los gastos de defensa, es conveniente analizar brevemente algunos puntos. Comencemos por Chile.
En 1998, según el Internacional Institute of Strategic Studies (IISS), gastó en defensa el 3.7% de su PBI, el porcentaje más alto de la región, seguido por Brasil con el 3.2%.
En el 2002 (fuente IIEE) gastó 3 veces más que el Perú, y en los últimos años sus gastos de defensa, sin considerar adquisiciones de armamento, se sitúan entre los $2,100 y $3,000 millones, incluyendo a los carabineros que aún pertenecen al Ministerio de Defensa.
Sobre el tan discutido canon-cobre, el aporte a sus FFAA es del 10% de las ventas anuales del mismo, con un piso mínimo de $ 260 millones; el alto precio del metal otorgó en adición a estos $260 millones anuales, sólo en los 2 últimos años, más de $800 millones, siendo el gasto militar per capita en Chile de $160 contra $33 en el Perú.
Estos montos son los que le dan autonomía y soberanía para adquirir todo lo que ya es de público conocimiento: 8 fragatas, 2 submarinos, 10 aviones F-16 nuevos, más 18 de segunda, y tanques Leopard, lo que a grosso modo implica un gasto en adquisiciones de $1,600 millones.
Perú: el saliente gobierno adquirió, ante la insistencia de los Comandantes Generales de la Marina de entonces, y la renuncia sacrificada de un Ministro de Defensa, 4 fragatas italianas, construidas en la década del 70, por un monto total de $60 millones. hasta donde se sabe, esta es la compra más grande realizada por nuestras FF.AA.
Al disponer Chile de armamento más avanzado tecnológicamente, rompió el statu quo que teníamos en la región con el armamento obsoleto, desencadenando, quiérase o no, un espiral de compras en sus vecinos.
La gran incógnita que tenemos los peruanos es: ¿cómo van a “homologar” nuestros representantes $ 1,600 millones con $60 millones? El que hace compras por esos millones necesita, necesariamente, gastar en mantenerlo y es no menos del 20% de lo invertido.
Ojo: el plan de adquisiciones estratégico de Chile finaliza el 2010.
El que logre “homologar” tamaña diferencia de cifras tiene asegurado el premio Nobel de Economía. El esfuerzo vale, sin duda alguna, pero pisando tierra.
El equilibrio bélico se analiza bajo el aspecto cualitativo y no cuantitativo; no es lo mismo una fragata peruana construida en 1974 que una chilena construida en 1990.
Lo que el Perú tiene que proponer es COMPLEMENTARNOS, participando con los chilenos en operaciones conjuntas internacionales, de paz, ayuda humanitaria y lucha contra el terrorismo.
Eso lo paga la ONU, y muchas FFAA se apoyan o sobreviven presupuestalmente gracias a ello. Si logramos esto, será un buen avance.