Con uvas (94,2 millones de dólares en 2009), manzanas (29,2 millones de dólares), cerezas (24,9 millones de dólares), carne de aves (20,6 millones de dólares) y kiwis (5,19 millones de dólares) y con su producto estrella, el vino (55 millones de dólares), Chile logró aumentar la diversificación de sus ventas, que encabeza el cobre (9.394 millones de dólares).
"La uva, el vino y ahora la cereza ya están en el imaginario del consumidor chino", dijo hoy a Efe el embajador de Chile en China, Fernando Reyes Matta.
"Fue una gran idea negociar el TLC y ser el primer país del continente en firmarlo. Abrió las puertas a nuestros productos y permite contemplar la expansión del mercado, pues las condiciones existen", manifestó.
Desde la experiencia de ver la puesta en marcha en el gigantesco mercado chino de un TLC que en abril fue ampliado a los servicios (la entrada en vigor en este aspecto depende de un trámite en el Senado), Reyes Matta destacó la calidad de los productos agrícolas chilenos.
"El consumidor chino es cada día más exigente y cada vez pide más calidad. Si Chile quiere ser una potencia alimentaria en China, apoyándose en que le favorece la Geografía al tener estaciones opuestas, el TLC le permite entrar en uno de los mercados potenciales más fuertes del mundo", añadió.
Según Reyes Matta, "contar con un clima mediterráneo cuando Europa está cubierta de nieve y el trabajo continuo con las autoridades chinas de la Administración de Supervisión de la Calidad y Cuarentena y las visitas de delegaciones del Servicio Agrícola y Ganadero, han abierto un espacio a los productos con posibilidades.
En los últimos tres años, el vino chileno, logró posicionarse y avanzar en prestigio en China, "además de impulsar el sector productivo al aprovecharse más terrenos para cultivar viñas que abastezcan también , entre otros, a EEUU, el Reino Unido o Japón, su otro gran mercado en Asia".
Aunque Chile mantenga sus exportaciones a China de minerales, principalmente de cobre, concentrados o cobre refinado y otras importantes como pasta de papel o harina de pescado, "no hay duda de que el cambio hacia la calidad en la alimentación del consumidor chino va abriendo espacios a nuestra agroindustria".
Tras avanzar en situar al vino chileno entre los de prestigio en China, disminuyendo las ventas a granel (una bajada del 27,6 por ciento en 2009) y aumentando las de embotellado (67,40 por ciento), y con el trabajo de la consejería agrícola de la embajada "logramos sortear barreras y atraer la atención hacia la calidad de nuestros productos", añadió Reyes Matta.
Con China como primer socio comercial de Chile (ventas por 12.790 millones de dólares en 2009) y sin sectores mayoritariamente perjudicados por las exportaciones chinas (4.928 millones de dólares, descenso del 20,34 por ciento), es decir un superávit de 7.862 millones de dólares (aumento del 57,68 por ciento), Chile puede felicitarse, según su embajador en Pekín.
"Ha quedado claro que nuestras economías son altamente complementaras. Pero, todavía hay mucho que caminar en venderles productos, por ejemplo en el área láctea", concluyó Reyes Matta.
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