Artículos Destacados

martes, marzo 23, 2010

Hernán Gamonal: Reflexiones tras la tragedia

Quizás es verdad lo que escribió un autor italiano, quien dijo que “la vida hay que vivirla peligrosamente”. Millones de chilenos conocieron de cerca el fenómeno derivado después del terremoto y posterior tsunami que provocó más que “sangre, sudor y lágrimas”, la muerte de cerca de un millar de compatriotas y miles y miles perdieron el trabajo de toda una vida.

Lo ocurrido el sábado 27 de febrero nos permite hacer algunas reflexiones:

1.- Chile es un país de volcanes y de temblores. Eso lo saben los chilenos y los extranjeros que viajan a nuestro país, pues se indica en folletos turísticos antes y ahora. Es lo que distingue a nuestra naturaleza. Sin embargo, Chile y los chilenos carecemos de una cultura frente a esos fenómenos de la naturaleza. Por años se hacía en colegios y escuelas la llamada “Operación Daise”, que hoy se conoce como “Cooper” en recuerdo de una chilena fallecida en playas del Asia, a consecuencia de un tsunami. Esos ejercicios eran casi la nada, porque en un verdadero sismo nadie se pone en fila para abandonar su casa o departamento. Es normal que apenas se mueve un poco la tierra la gente clame por “pilas para la radio”, por velas y posteriormente por agua o algún alimento. Es muy raro el chileno que esté preparado para enfrentar un fenómeno de la naturaleza. No tenemos cultura sísmica.

2.- A consecuencias del fuerte terremoto –uno de los más grandes que ha sufrido Chile y quizás también el mundo– se produjo un tsunami de grandes proporciones y aquí es preciso reflexionar sobre la responsabilidad que le cabe al organismo dependiente de la Armada Nacional, y que se encarga de monitorear esos fenómenos. Allí se produjo una serie de equivocaciones, pues se dio la alarma de un posible tsunami y minutos después se dejó sin efecto. La segunda información llegada a la Onemi produjo el mal entendido y la afirmación de la Presidenta por radio y televisión que no existía peligro de tsunami, sino de algunas olas algo más altas que las normales. A esa misma hora, ya habían desaparecido caletas pesqueras en las regiones séptima y octava, además del pueblo que estaba en Juan Fernández, azotado con fuerza por la furia del mar. La alerta de maremoto fue captada por las oficinas metereológicas de Hawai y también en Japón, pero no en nuestras costas quizás por un error humano muy lamentable.

3.- ¿Por qué el Gobierno no se apresuró en dictar medidas para mantener el orden? Tardíamente dictó un decreto limitando las garantías que la Constitución establece. Por ese decreto se declaró estado de catástrofe a dos regiones y se logró enviar efectivos militares que al llegar a Concepción y otras ciudades eran objeto de manifestaciones de júbilo y la gente aplaudió a los soldados que entraban a los lugares afectados por el sismo en carros militares, tanquetas y otros vehículos. Las Fuerzas Armadas actuaron por presencia, evitando desmanes que se produjeron horas después del terremoto, cuando aparecieron vándalos atacando a centros comerciales, quemando tiendas y amenazando a la población, que debió organizar patrullas de defensa de la propiedad privada. Ese caso terminó con la llegada de las fuerzas militares y cuando esas zonas estaban bajo control de las Fuerzas Armadas.

El decreto del Gobierno fue positivo, aunque pudo ser dictado antes, pero aquí nos da la impresión que jugó en contra el recuerdo de otras actuaciones de las Fuerzas Armadas ocurrida hace más de 30 años, pero que tuvieron ese telón de fondo como “el peso de la noche”;

4.- Terminado el momento de las ayudas preliminares a la gente que sufrió los efectos del sismo tendrá que venir el tiempo de la reconstrucción. Las pérdidas en todo el país son elevadísimas: carreteras, edificios públicos y privados, terminales aéreos, apostadero naval de Talcahuano, Asmar de esa misma ciudad y más de 600 mil casas destruidas, edificios agrietados imposibilitados de habitar, aeródromos, etcétera.

Aquí es preciso señalar la responsabilidad de las empresas constructoras, sin generalizar por cierto, porque edificios nuevos han caído o están agrietados sin poder utilizarse. Agregar que los municipios responsables de recibir esas construcciones tampoco cumplieron con sus obligaciones en los casos mencionados.

Ahora se prepara la transmisión del mando, que tendrá que ser un acto sobrio, porque el nuevo Gobierno tendrá que implementar cambios en su programa y dedicar sus esfuerzos de inmediato a la obra de reconstrucción que quizás sea tarea al menos de dos administraciones.

El país tendrá que levantarse con optimismo y realismo. Evitar gastos superfluos y dedicar todos los esfuerzos a mejorar la condición de los afligidos compatriotas que deberían recordar las palabras de Simón Bolívar, quien dijo cuando Caracas fue destruida por un terremoto en 1812: “Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”. (En las ruinas del Monasterio de San Jacinto).

Artículo original

1 comentario:

  1. Anónimo4:12 p.m.

    La respuesta es muy simple en Chile los más tontos de la clase se meten a funcionarios porque no sirven para para ganarse la vida en la empresa privada, además está el cuoteo de los partidos que colocan de funcionarios a sus militantes, y con esos ingredientes solo se pueden hacer chambonadas.

    ResponderBorrar

ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.