A las 10 de la mañana, hora chilena, un hipotético terremoto de 7,5 grados en la escala de Richter sacudirá la costa de Massachusetts, en la costa atlántica de EE.UU. Eso disparará la alarma de maremoto en todas las áreas costeras del este, incluyendo zonas como Nueva York, Miami y Puerto Rico.
Cuatro horas después, otro hipotético movimiento telúrico, esta vez de 9 grados en la escala de Richter, se producirá en Alaska. Nuevamente la alarma de maremoto llegará a todas las zonas costeras del Pacífico, como California y Hawai.
El Programa Nacional de Mitigación de Riesgo de Tsunamis de EE.UU. por primera vez pondrá a prueba todos los sistemas de comunicación y emergencia de las zonas del país que podrían ser arrasadas por un maremoto. El plan estaba trazado antes del que azotó a Chile, pero las autoridades aseguran que nuestra experiencia reforzó la necesidad de realizar el simulacro.
El objetivo del ejercicio "es asegurarnos de que la comunicación con todas las instituciones de emergencia en las zonas costeras del país sea expedita y sin problemas", cuenta Susan Buchanan, encargada de comunicaciones de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Todos los estados con costa son parte de este programa de alerta. Cada uno decidirá a qué nivel realizará el simulacro. En algunos casos sólo se trabajará al interior de la institución, definiendo quién hace qué, y en otras zonas incluso sonarán las sirenas de bomberos y la alerta se emitirá por televisión y radio.
"En tres condados del norte de California y Alaska, las comunidades participarán activamente evacuando por las zonas indicadas", dice Buchanan. Lo que todos los centros de emergencia -equivalentes a nuestra Onemi- están obligados a hacer es confirmar que la alerta de maremoto llegó a la entidad de cada zona.
"Las alertas del NOAA son sólo una parte de la ecuación. Para sobrevivir a un maremoto, los residentes de las zonas costeras y sus visitantes deben saber reconocer el peligro de este fenómeno y cómo llegar a un lugar seguro rápidamente", dice en la página web de la institución su directora, Jane Lubchenco.
Este simulacro se enmarca en toda una semana de actividades de educación. El martes, una escuela de Hawai recibió al gobernador del estado para conocer cómo actuar frente al peligro y por dónde evacuar.
Lubchenco asegura que EE.UU. está tan expuesto como Chile a este tipo de desastres, que sólo dan unos 20 minutos para evacuar. "Un megaterremoto es una alerta natural de maremoto. En ese momento, la gente debe saber que debe ir con su familia a zonas altas lo más rápido posible", advierte.
Buchanan asegura que este ejercicio busca identificar falencias y corregirlas antes de que ocurra una emergencia real.
Puerto Rico ensaya pensando en Juan Fernández
Aunque el terremoto hipotético no se sentirá en la isla caribeña, ésta sí estará bajo alerta de maremoto. Nueve municipios recibirán el anuncio una hora después de producido el sismo. La zona de Aguadilla sería la más afectada, con siete metros de inundación. Mientras que en Mayagüez las olas llegarán a los dos metros.
A diferencia de otros simulacros, cuenta Christa von Hillebrandt al diario El Nuevo Día de Puerto Rico, "en éste no sentiremos el terremoto, al igual que en la isla de Juan Fernández, en Chile, que no tuvieron esa alerta natural. La falla en el sistema que activa la alerta de maremoto ocasionó muertes y pérdidas de propiedad que pudieron evitarse", asegura. "Queremos averiguar si tenemos alguna deficiencia similar".
El año pasado, 28 de los 44 pueblos costeros participaron en otro simulacro. Para hoy necesitan más participantes, para lograr entrar a la red preventiva de maremotos estadounidense, la que pide una organización determinada para evitar muertes.
Además, hoy y por primera vez, los medios digitales de la isla utilizarán los códigos reales de alerta de maremotos. El sistema busca evitar que alguna radioemisora quede fuera del aire, reforzando su señal con una digital alterna. Lo que informarán será la transmisión del NOAA en una mejor calidad, lo que evitará distorsiones, especialmente en las zonas montañosas.
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