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lunes, noviembre 23, 2009

Diario El Espectador de Colombia: Guía rápida de Santiago de Chile

Colaboración de Jaime

Una metrópoli llena de vida y buena comida al lado de los Andes.

“La primera vez que vine a Santiago cambié mi verano por un invierno, pero valió la pena. Es una ciudad enorme. Esta es mi tercera visita”, decía uno de los cientos de turistas que en un día cualquiera se agolpan en la entrada del funicular del cerro de San Cristóbal para apreciar algunas de las mejores vistas de Santiago de Chile, una ciudad que parece abarcar todo el horizonte, como si el mundo se acabara allá donde termina Santiago.

Pero el viajero no debe temer por su imponente tamaño. La ciudad se deja navegar fácilmente a través de un metro limpio, organizado y rápido. Aquellos que la visitan por primera vez descubrirán que buena parte de los atractivos turísticos de primera línea, todos los sitios reseñados en cualquier guía de viaje, se encuentran a la distancia de una breve caminada desde casi cualquier punto del centro de Santiago. Un viaje en metro y desde ahí, a caminar.

En primer lugar se encuentra la Plaza de la Constitución, cuyo principal atractivo es el Palacio de La Moneda, un bello edificio bombardeado por tanques y aviones el 11 de septiembre de 1973, día en el que los militares se tomaron el poder. En el interior del Palacio el presidente Salvador Allende, metralleta en mano, libraría la última de sus batallas para, al final de la jornada, suicidarse. En una de las esquinas de la Plaza, su estatua se levanta como tributo a su idea de país y a un pasado que aún hoy es un tema conflictivo para muchos chilenos.

Por entre calles llenas de edificios gubernamentales, entre los que resalta la sede de los tribunales de la ciudad, se llega a la Plaza de Armas, que alberga toda suerte de artistas que ofrecen desde la clásica artesanía hasta retratos improvisados en el momento. La Plaza es dominada por la Catedral de Santiago, una iglesia soberbia con un aire gótico en su interior que, además de piedad, logra inspirar una especie de terror.

La siguiente parada puede ser el cerro de Santa Lucía, un intento de montaña en la mitad de la ciudad en cuya cima se encuentra el Castillo Hidalgo, una pintoresca construcción que sirve de sede para fiestas o eventos de beneficencia. En un lado del cerro se puede ver la cara más urbana de Santiago y, en el otro, los Andes, imponentes y con sus escarpadas cumbres cubiertas de nieve. Descansar y admirar la vista durante un buen tiempo es un sabia decisión.

Si se siente desfallecer por culpa del hambre siempre está la opción de entrar a un café cualquiera con la seguridad de encontrar algo que le devuelva una parte del alma. Sin embargo, la recomendación, si es la primera vez que está en Santiago y no dispone de mucho tiempo, es apurar el paso y dirigirse sin vacilar al Mercado Central, en donde encontrará buena comida a precios razonables. La especialidad de casi todos los lugares del Mercado es comida de mar. Los frutos del Pacífico abundan en este sitio y su frescura y sabor es, sin duda, algo que vale la pena probar.

Para terminar la tarde hay varias opciones, todas las cuales prometen llenar el corazón del viajero de buenos recuerdos. Ya sobre el borde del día es muy recomendable subir hasta el cerro de San Cristóbal para observar cómo las últimas luces de la tarde tiñen de rojo fuego los Andes. También existe la posibilidad de perderse por las callecitas de Bellavista, un barrio famoso por ser el hogar de artistas, músicos y escritores (La Chascona, una de las residencias de Neruda, queda en este sector) que han dotado al lugar de una atmósfera muy especial, mitad bohemia, mitad chic. Sobre las vías principales hay bares y cafés, por si el apetito clama por un café o una cerveza de último minuto.

Cuando ya la luz se ha ido, otra parte de Santiago despierta, llena de restaurantes para todos los paladares y presupuestos: clubes, discotecas, bares, cafés y en general toda suerte de lugares para satisfacer los apetitos y pecados de turistas y locales que salen a disfrutar de una ciudad bella que cuenta con una sólida oferta para entretener los días, los meses y la vida.

Artículo original

10 comentarios:

  1. Anónimo3:17 p.m.

    LO QUE NO CUENTA EL DIARIO ES LA MISERIA QUE SE VIVE EN LA REPUBLIQUETA DE SUDAMERICA; chili

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  2. Anónimo3:18 p.m.

    VIVA la repùbliqueta de Pinochet y sus asesinos..........

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  3. Jajajaja... si CHile es republiqueta, ¿QUE LE QUEDA A PERU?

    Jajajaja... cuiden sus palabras, cholitos resentidos!

    Jajajaja

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  4. Anónimo4:46 p.m.

    lo k falta k les diga a estos mapochos es k les digan. Si si están muy superados Santiago es como Nueva York o Madrid, y fácil se la creen los webos,xDDDD

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  5. claro, asi como los giles de los peruanos se creen que "ya alcanzaron a Chile"..... jajajajajajaja

    Aunque tienen un PBI nacional menor que Chile y el doble de la poblacion!!!

    JAJAJAJAJAJA... hay que ser muy gil o credulo para creerse semejantes frasecitas populistas!!

    Jajajaja.. bueno, no por nada Peru es gobernado por Alan Garcia y antes lo fue por Toledo y antes por Fuji-tivo y antes por una larga lista de vagonetas ladrones y populistas..... sin mencionar las decenas de golpes militares que salpican la historia "republiquetana" de Peru.

    Dato: Desde que Peru es republiqueta, ha tenido casi 40 golpes de Estado.... plop! (40 golpes en como 180 años, todo un record mundial).

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  6. Anónimo8:09 p.m.

    Vivir y/o morir en una zona ocupada de Santiago

    Juan Pablo Figueroa, Jorge Sullivan y Matías Fouillioux, CIPER Fotos: Alejandro Olivares | 20 de Julio de 2009 | Enviar por Correo | Imprimir


    Más de 660 mil santiaguinos viven alejados de los servicios básicos y en medio de traficantes, asaltos, riñas y balaceras. CIPER cotejó estudios e investigó a fondo en las zonas más pobres y vulnerables de la capital y detectó que en al menos 80 poblaciones, policías, ambulancias, bomberos, carteros y técnicos de las empresas que suministran agua, luz y teléfono no se atreven a ingresar. Las bandas y grupos de narcos dominan, mientras los vecinos deben vivir con miedo y hacinados en sus casas. Muchos se quieren ir. Pocos pueden. Así vive el sector más desprotegido de la sociedad chilena.

    Después de cinco años en la cárcel, al “Peto” lo mataron. Lo acribillaron en el Pasaje 32, frente a la sede comunitaria de la población Cuatro de Septiembre, en la comuna de El Bosque.
    Un informe de la Policía de Investigaciones (PDI) identificó a la Cuatro de Septiembre como una de las 171 poblaciones con mayores índices de delitos graves y tráfico de drogas de la Región Metropolitana. Según los registros de Gendarmería, homicidios, secuestros, robos, hurtos, tráfico de drogas, porte de armas y lesiones son los principales delitos por los que han sido encarcelados algunos de sus moradores. Al 3 de marzo de este año, había 32 personas de esa población privadas de libertad (19 reincidentes). Ello muestra que la gran mayoría de sus pobladores son trabajadores, dueñas de casa y estudiantes. Por ello, los vecinos acusan: “esa minoría es la que decide las reglas de nuestra vida cotidiana”.

    Para ellos, la muerte del “Peto” no fue algo extraordinario. La junta de vecinos tiene empadronadas las 615 casas de la población donde viven poco más de 4.000 habitantes. La mayoría –dicen sus dirigentes- ya está acostumbrada a refugiarse en sus hogares por las balaceras que estallan sorpresivamente; a que cada noche los traficantes transen su mercancía en las esquinas; a los asaltos de los propios vecinos; a que los niños tengan que pasar el día encerrados y a que sus juegos y canciones estén relacionados con las drogas. Pero sobre todo, a que nadie haga nada para cambiar la situación.

    En muchas de las zonas ocupadas, los vecinos deben convivir con basurales, sitios eriazos y perros vagos.
    CIPER investigó lo que ocurre en las zonas más vulnerables de la capital y descubrió que a esta población, y al menos a otras 79 de Santiago (ver Mapa), son muy pocos los extraños dispuestos a ingresar. En medio de basurales, jaurías de perros vagos y animitas dispersas, lejos de colegios, centros de salud, comercio, farmacias y bancos o centros de pago, estos sectores se han convertido en las “zonas rojas” de los servicios básicos. No hay teléfonos públicos en las calles porque las empresas se cansaron de reponerlos. Las numerosas redes de cables clandestinos de electricidad son un peligro permanente para niños y adultos, y las filtraciones de cañerías no se reparan porque a los contratistas de la compañía sanitaria los apedrean al entrar. Las cartas no llegan porque a los carteros los asaltan y muchos vecinos mueren simplemente porque no llegan ni ambulancias ni bomberos ni policías.

    -Vivimos en una villa donde tenemos toda la gama de adicciones: marihuana, pasta base, cocaína y alcohol. No tenemos farmacias, pero sí un récord de botillerías. Hay mucho microtráfico y violencia. Uno llama a Carabineros y dicen que no tienen carros o bencina o personal, que los vecinos hagamos algo. ¡Pero qué vamos a hacer, si los tipos andan armados! La gente vive con miedo… Da rabia tener que estar encerrados en nuestras casas mientras esos tipos andan libres por nuestras calles. Estamos completamente olvidados –dice José Manuel Aliaga, dirigente de la junta vecinal de la población Cuatro de Septiembre.

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  7. Anónimo8:10 p.m.

    Vivir y/o morir en una zona ocupada de Santiago
    Juan Pablo Figueroa, Jorge Sullivan y Matías Fouillioux, CIPER Fotos: Alejandro Olivares | 20 de Julio de 2009 | Enviar por Correo | Imprimir


    El último ranking de The Economist Intelligence Unit ubicó a Santiago como la segunda mejor ciudad de Latinoamérica para vivir. Pero para un sector de su población la realidad es muy distinta. Más de 660 mil santiaguinos viven alejados de los servicios básicos y en medio de traficantes, asaltos, riñas y balaceras. CIPER cotejó estudios e investigó a fondo en las zonas más pobres y vulnerables de la capital y detectó que en al menos 80 poblaciones, policías, ambulancias, bomberos, carteros y técnicos de las empresas que suministran agua, luz y teléfono no se atreven a ingresar. Las bandas y grupos de narcos dominan, mientras los vecinos deben vivir con miedo y hacinados en sus casas. Muchos se quieren ir. Pocos pueden. Así vive el sector más desprotegido de la sociedad chilena.

    Un informe de la Policía de Investigaciones (PDI) identificó a la Cuatro de Septiembre como una de las 171 poblaciones con mayores índices de delitos graves y tráfico de drogas de la Región Metropolitana. Según los registros de Gendarmería, homicidios, secuestros, robos, hurtos, tráfico de drogas, porte de armas y lesiones son los principales delitos por los que han sido encarcelados algunos de sus moradores. Al 3 de marzo de este año, había 32 personas de esa población privadas de libertad (19 reincidentes). Ello muestra que la gran mayoría de sus pobladores son trabajadores, dueñas de casa y estudiantes. Por ello, los vecinos acusan: “esa minoría es la que decide las reglas de nuestra vida cotidiana”.

    Para ellos, la muerte del “Peto” no fue algo extraordinario. La junta de vecinos tiene empadronadas las 615 casas de la población donde viven poco más de 4.000 habitantes. La mayoría –dicen sus dirigentes- ya está acostumbrada a refugiarse en sus hogares por las balaceras que estallan sorpresivamente; a que cada noche los traficantes transen su mercancía en las esquinas; a los asaltos de los propios vecinos; a que los niños tengan que pasar el día encerrados y a que sus juegos y canciones estén relacionados con las drogas. Pero sobre todo, a que nadie haga nada para cambiar la situación.

    En muchas de las zonas ocupadas, los vecinos deben convivir con basurales, sitios eriazos y perros vagos.
    CIPER investigó lo que ocurre en las zonas más vulnerables de la capital y descubrió que a esta población, y al menos a otras 79 de Santiago (ver Mapa), son muy pocos los extraños dispuestos a ingresar. En medio de basurales, jaurías de perros vagos y animitas dispersas, lejos de colegios, centros de salud, comercio, farmacias y bancos o centros de pago, estos sectores se han convertido en las “zonas rojas” de los servicios básicos. No hay teléfonos públicos en las calles porque las empresas se cansaron de reponerlos. Las numerosas redes de cables clandestinos de electricidad son un peligro permanente para niños y adultos, y las filtraciones de cañerías no se reparan porque a los contratistas de la compañía sanitaria los apedrean al entrar. Las cartas no llegan porque a los carteros los asaltan y muchos vecinos mueren simplemente porque no llegan ni ambulancias ni bomberos ni policías.

    -Vivimos en una villa donde tenemos toda la gama de adicciones: marihuana, pasta base, cocaína y alcohol. No tenemos farmacias, pero sí un récord de botillerías. Hay mucho microtráfico y violencia. Uno llama a Carabineros y dicen que no tienen carros o bencina o personal, que los vecinos hagamos algo. ¡Pero qué vamos a hacer, si los tipos andan armados! La gente vive con miedo… Da rabia tener que estar encerrados en nuestras casas mientras esos tipos andan libres por nuestras calles. Estamos completamente olvidados –dice José Manuel Aliaga, dirigente de la junta vecinal de la población Cuatro de Septiembre.

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  8. jaja.. me da risa como estas piltrafas humana hacen propaganda antichilena en este blog chileno...


    ya lo hemos dicho hasta el cansancio.. cualquier intento por desprestigiara a Chile por parte de un peruano.. es ridiculo..

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  9. Anónimo12:28 a.m.

    Alexander de USA:

    Plop!
    Cuando lei el post que el anonymous peruanis pense estaba hablando de una ciudad de USA: Chicago, Detroit, Nueva Orleans, Philadelphia, Oakland,Los Angeles Baltimore, etc, etc.
    Lo que describe el articulo es parte de la realidad de las grandes ciudades. Yo e estado en todas esas ciudades y realmente tienen barrios peligrosos.
    Asi que una ciudad de 6 millones como Santiago que solo tiene el 10% de areas "malas" no me parece mal. Claro 0% seria mucho mejor pero dudo que eso suceda.
    Ahora, yo e estado en Lima varias veces y diria aue alla solo el 10% es seguro y el otro 90% bueno mas vale ni hablar de eso.

    Finalmente hice un Google search para buscar el articulo (gratis) mas reciente de The Economist Intelligence Unit y el que encontre era del 2005. Chile en calidad de vida #1 en Latinoamerica y Peru, nuevamente ustedes ya se imaginan.

    PD: Yo recibo The Economist semanalmente y en la ultima edicion hay un articulo sobre 2 projectos entre Brazil y Peru, 1 es una planta hydroelectrica y la otra es una carretera entre Brazil y Peru. El articulo dice que la pavimentacion de la carretera va super bien y rapido y que cuando la planta hydroelectrica este lista van a inundar una seccion de esa area que incluira unos 120 kilometros de camino ya con asphsalto....no pude contener mi risa. A eso le llamo ingenieria a lo Peruano un paso adelante y dos atras...disculpenme (amigos peruanos) no me estoy riendo de ustedes, me estoy riendo con ustedes.

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  10. Anónimo12:58 a.m.

    jajaja en todo caso, te encontre toda la razon Alexander de USA, pero bueno, qué se puede esperar de una sociedad tan atrasada como la peruana, nada.

    En fin, encontre super bueno el reportaje del amigo colombiano, sabe valorar lo bueno....

    Y por ultimo, Santiago de Chile no tiene nada que envidarle a ninguna ciudad del primer mundo, es cosa k se peguen una vuelta amigos peruanos, solos se callaran las bocas.... les recomiendo vitacura!!! chauzzz

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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.