Quienes frecuentemente son menos susceptibles ante situaciones demandantes, sólo necesitan unas semanas de descanso para crear nuevas células nerviosas en su cerebro capaces de "aprender" de la tensión anterior y resistir mejor las futuras.Hasta hace sólo unos años se creía que los seres humanos nacían con una cantidad determinada de neuronas que lo acompañarían toda la vida. Pero en 1998 se descubrió que se generan nuevas células nerviosas durante la adultez. ¿Cómo? Estudios dicen que el ejercicio físico y mental ayuda a su creación y, por el contrario, que el estrés o la depresión la impide.
Pero qué pasa con aquellas personas sometidas a trabajos o situaciones estresantes. Un grupo de científicos de la universidad de Texas, en Estados Unidos, analizó el cerebro de ratones expuestos a situaciones prolongadas de tensión y descubrió que tras un mes de descanso, varios no sólo lograban generar nuevas neuronas, sino que más resistentes al estrés.
El estudio revela que esta nueva camada de células antiestrés se produjo en el hipocampo, zona del cerebro ligado a la memoria y al aprendizaje en el ser humano, lo que podría explicar por qué son resistentes a la tensión: nacen aprendiendo de la situación de estrés pasado, lo que permitiría a las personas adaptarse de mejor manera a contextos demandantes futuros como el trabajo, pérdidas emocionales o situaciones peligrosas, como el reciente terremoto.
Según explica a La Tercera Amelia Eisch, psiquiatra de la U. de Texas y parte de la investigación, este descubrimiento demuestra que no sólo el descanso, sino que otras cosas como la actividad física y mental generan nuevas neuronas (ver recuadro), aunque no en todos los casos sirven para enfrentar el estrés.
SOBRERREACCIÓN
Y es que no en todos los ratones sometidos a estrés el descanso generó la misma respuesta. Se pudo observar que un grupo de roedores desarrolló un aumento exagerado de neuronas en la región del hipocampo, que lejos de otorgarle beneficios, provocó que éstos fueran más antisociales y huraños.
¿Por qué? La neuróloga de Clinica Las Condes, Gisela Kuester, dice que es probable que cuando hay crecimiento exagerado de células nerviosas, "éstas establezcan conexiones neuronales anómalas", lo que llevaría por ejemplo, a sobrerreaccionar o acumular más miedo de lo normal.
Eso, explica, no sería una condición al azar. Tal cómo en el estudio, los ratones que generaron explosivamente nuevas neuronas después del estrés, fueron también los más afectados por él, volviéndolos más depresivos y aislados.
En el caso de las personas, aquellas que son más susceptibles al estrés o tienen una historia familiar ligada a episodios, por ejemplo, de depresión, ansiedad o angustia pasaría lo mismo: lejos de generar nuevas neuronas resistentes al estrés, sólo empeoran su situación.
Eisch suma otro dato: los ratones más afectados por la presión solían recordar constantemente la situación estresante, lo que provocó que a la hora de descansar para que su cerebro se reciclara, generaran una sobreproducción de células que no lograron protegerlos. Los que parecían no recordar demasiado los traumas, en cambio, crearon las neuronas necesarias para resistir de mejor forma el estrés en el futuro.
Ejercicio también ayuda
Un estudio realizado por la U. de Princeton reveló en 2009 que hacer ejercicio regularmente no sólo mejora el estado anímico, sino que promueve la creación de nuevas neuronas. No es todo: éstas células nerviosas son resistentes al estrés. En tanto, otra investigación, de la U. de Houston, demostró que la actividad física protege contra los efectos oxidativos del estrés, es decir, impide que las sustancias químicas dañinas que se producen en situaciones de tensión destruyan las neuronas.
En ambos trabajos los investigadores concluyeron que se necesitaban al menos seis semanas de ejercicios para ver resultados.
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