Para muchas personas, esto puede ser una ostentación o un jugoso negocio, sin embargo más vale el apreciable significado que ello tiene, que un estimado o considerable valor comercial. ¿Y usted, qué piensa al respecto?
A decir verdad, no se con certeza cual debió ser el verdadero origen de los huevitos de pascua, o pascua de los conejos, algunos afirman que esta costumbre nació allá por el siglo 16, otros se atreven a decir que es una tradición que nació mucho antes de Cristo y que por lo tanto en un principio fue un evento de carácter pagano que con el correr del tiempo se fue mezclando con diversas creencias, religiones y costumbres. Pero creo que esto no es tan importante al momento de querer plasmar en el recuerdo aquellas vivencias inolvidables que a muchos de nosotros los adulto nos tocó vivir.
En tal sentido, recuerdo aún cuando vivía en Osorno, una ciudad ubicada al sur de Chile, lugar hermoso en vegetación y entorno natural allá por los años 1950, en donde existía entonces tan solo uno o dos negocios o tiendas que vendían estos huevitos. Uno de ellos estaba ubicado en el costado norte de la plaza de armas, justo ahí en donde existen hoy algunos locales de óptica en calle Eleuterio Ramírez, casi al llegar a Matta...
A falta de huevos de chocolate, posiblemente por costumbres tradicionales proveniente de los colonos alemanes, se confeccionaban y se vendían entonces huevos de gallinas hermosamente adornados, pintados de colores y arreglados con cintas de regalos (por supuesto que solo la cáscara del huevo) y se rellenaban en su interior con pequeños caramelos o dulces de distinta clase.
Así logré conocer los famosos “huevitos de pascua”, que servían ya en ese entonces para celebrar la “pascua de resurrección”, costumbre que cuando me vine a la capital de Chile, indudablemente la eché de menos, porque sencillamente acá en Santiago esa tradición, aún no estaba instalada, no existía ese feroz comercio del huevo de chocolate, pequeño, mediano y grande que hoy se ve en todos los supermercados.
Respecto a esta tradición y a su significado, sin duda ello tiene que ver con la “resurrección de Cristo”, simbolizando la vida, la resurrección de Jesús, al igual como lo simboliza “la luz” triunfando sobre “las tinieblas”.
Discúlpenme mis estimados lectores por la vivencia personal que quiero agregar, y que me fuera heredada de mis propios padres y que quise seguir imponiendo en mi familia tan significativa y hermosa costumbre.
Ese sencillo pero significativo evento que sucedía después de concurrir a la misa de “Pascua”, en Domingo de Resurrección.
Entonces al volver al hogar, dábamos una reveladora alegría a los hijos, instándoles a que busquen los niditos de pascua que nosotros mismos, sus padres, habíamos confeccionado previamente con toda delicadeza, amor, cariño y mucho de fantasía, ubicándolos en algunos lugares estratégicos de la casa, detrás de una puerta, debajo de una escalera, al lado de la chimenea del hogar, debajo de un ventanal, en fin, y para darle mayor énfasis, emoción y significado, hasta dibujábamos las huellas de unas patitas de conejo utilizando talco o harina.
Sin duda una experiencia que para ellos, nuestros hijos fue inolvidable, y que hasta hoy sigue vigente, ahora con sus propios hijos.
Así la alegría que simboliza la pascua de resurrección, el triunfo de “La vida”, por sobre “la muerte” se ve hermosamente reflejada en la carita de los niños, en donde sin duda “Jesús debe estar presente”, instancia que representa la victoria de Jesús al levantarse con vida desde su sepultura, dentro de una extraña pero hermosa instancia de amor y fe, mezcla de simbolismo y fantasía.
Los niños creen que el Conejo de Pascua son los que traen los huevitos de chocolate.
“Cuenta la historia que una mujer que pintaba huevos para sus hijos en la Pascua, decidió esconderlos en el jardín en distintos nidos. Cuando los niños encontraron los huevos, un conejo saltó del nido. Entonces, ellos pensaron que el conejo les había traído los huevos y así comenzó la historia”.
Hoy en día, esta es ya una costumbre arraigada y tradicional. No hay negocio o supermercados en donde no se vendan huevitos de chocolate, inclusive conejos de chocolate y hasta cestos de mimbre y paja para ponerlos dentro de ellos.
Para muchas personas, esto puede ser una ostentación o un jugoso negocio, sin embargo más vale el apreciable significado que ello tiene, que un estimado o considerable valor comercial. Al menos esa es mi opinión personal.
¿y usted mi estimado lector que piensa al respecto?
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
Puro negocio!!!!!...la gente no sabe por que regala huevitos....además, que no les importa nada el motivo de la semana santa...
ResponderBorrarEl consumo genera fuentes de trabajo. Muchas de las celebraciones hoy en dia son producto de la necesidad de crear consumo, para si crear fuentes de trabajo. Mayor consumo mas fuentes de trabajo asi de simple. Asi es que no se sorprendan si maniana alguien promueve una fiesta o celebracion que estaba tal vez un poco olvidada, y que tiene probabilidades de ser una celebracion con buenas opciones de consumo.
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo contigo, el de las 10:14
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