Artículo peruano: Réplica en La Haya

Chile, como es de dominio público, presentó su contramemoria en La Haya. En consecuencia al Perú le corresponde presentar ahora su réplica, luego de lo cual Chile haría lo propio con su dúplica.

Inicialmente, y por alguna desinformación, se pensó que para la presentación de la réplica peruana se disponía de un plazo de seis meses. Sin embargo, y a tenor del propio reglamento de la Corte Internacional, no existe un plazo definido, lo cual es lógico, habida cuenta de que, tanto la réplica del país demandante como la dúplica del país demandado, son piezas documentarias clave para que los magistrados adopten –todo indica que luego de algunos años de análisis– la decisión final. Mientras esta decisión se forja, la Corte puede pedir información adicional a los países en litigio con base, precisamente, en la réplica y dúplica mencionadas.

Es por esta consideración que el Perú debe tomarse todo el tiempo que sea necesario para elaborar su réplica, haciendo las consultas e interpretaciones que fuera menester hasta tener la certeza de que en el documento se expresan, a cabalidad, todos los argumentos presentados en la memoria con su respectivo desarrollo, además de las respuestas jurídicas, diplomáticas y conceptuales a las tesis chilenas fundamentadas en su contramemoria.

El proceso de La Haya ha sido seguido por el Perú con escrúpulo y detenimiento, favoreciendo no sólo el análisis de la situación histórica –y de nuestra propuesta– sino el más amplio consenso político y ciudadano alrededor de un tema de imprescindible unidad nacional. En esa línea, no cabe otra cosa que mantener el rigor y cuidado en el tratamiento de una causa que es histórica (nota: Esto es mentira, Perú apenas planteó este asunto en 1986. De hecho, cuando Pinochet acordó con Banzer de Bolivia una salida al mar por Arica, donde se encuentra el mar que Perú ahora reclama, Perú no planteó que se tratase de un mar en disputa, lo que demuestra que en 1975 los peruanos ni siquiera se habían planteado que ese mar les podía corresponder a ellos. De histórico, el reclamo peruano no tiene ¡nada! Sólo la desinformación de los políticos populistas peruanos, apoyados por periodistas inescrupulosos o desinfirmados, han convencido a los peruanos de que su reclamo es "histórico". Esas jugarretas podrán tener efectos internos en Perú, pero van a pesar a favor de Chile en el fallo. Chile tiene muchas maneras de demostrar que este es un INVENTO RECIENTE de los peruanos), y cuyas consecuencias alcanzarán a las presentes y futuras generaciones.

Tomémonos, pues, el tiempo que fuere necesario para realizar un trabajo prolijo y exhaustivo. Nos asiste la razón y contamos con historiadores, geógrafos y diplomáticos muy enterados en la materia. Asimismo, el Estado ha contratado a un equipo de abogados internacionales de enorme prestigio, para orientarlo en las prácticas que la judicatura consagra en casos como el de nuestra demanda.

Nuestra línea de análisis, manejo y difusión respecto a la demanda se ha mantenido estable, cimentando nuestra posición y proyectándola sólidamente al exterior. No ha sucedido lo mismo con Chile que, al parecer, estaría introduciendo cambios significativos en su estrategia, los que se habrían de reflejarse en la presentación de la dúplica que le corresponde. Mayor razón aún para abocarnos con celo y dedicación extrema al estudio de la contramemoria chilena y a su refutación.

El Perú no debe escatimar tiempo ni recursos en el proceso que –por su iniciativa– sigue ante La Haya. Está en juego nuestra soberanía. Nos asisten los argumentos de la historia y el derecho. A trabajar, pues, convencidos de que La Haya nos dará la razón y la fuerza.

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