La tragedia se vio reflejada también en la economía chilena. Los daños generados por el sismo alcanzan los 30.000 millones de dólares, lo que representa un 12% de su Producto Bruto Interno.
Esta mañana les proponemos volver a Chile. Vamos a conocer de primera mano cómo viven los chilenos un mes después y cómo están sufriendo estas réplicas, que incluso esta mañana ocurrió una. El contacto es con el periodista Rodrigo Álvarez, editor general de Radio Duna en Santiago.
JAE – ¿El sismo de esta mañana cuyo epicentro se dio en el sur tuvo efectos ahí en Santiago?
RODRIGO ÁLVAREZ:
Es que fueron dos. Uno a las 4.30 de la mañana, de 5,3 grados, que tuvo su epicentro muy cerca de Santiago, a algo más de 90 kilómetros, en la región de O’Higgins que es una de las afectadas. Y el otro que fue un poco antes, cerca de la medianoche, de 4,8 grados, que volvió a estremecer la zona más sensible, la más devastada, la más tocada por las últimas réplicas y el terremoto del 27 de febrero. Con esos dos temblores amanecimos hoy día, justo cuando se cumplen 17 días desde que el presidente Sebastián Piñera está en el poder y que el sábado se cumplió un mes de este terremoto de 8,8 grados escala Richter que sacudió gran parte de nuestro país.
JAE – ¿Y cómo afectan estas réplicas? Por ejemplo cuando sentiste en la noche el temblor, ¿qué pasó contigo?, ¿te despertaste, te volviste a dormir, cómo es eso?
RA – Lo que pasa es que desde el 27 de febrero, cuando ocurrió esto, la serie de réplicas ha sido constante. Yo creo que particularmente en Santiago, la capital del país, si en un mes hemos tenido dos días sin una réplica fuerte a lo mejor exagero.
Todos los días hemos tenido una que otra réplica, muy temprano en la mañana o al final del día. Lo que pasa es que para el ciudadano común y corriente lo que se sintió el 27 de febrero fue tan fuerte que quizá estas réplicas de 5,3 grados ya pasan a ser parte del común y corriente de la vida de cada uno, particularmente a mí me ocurre así, no me genera mayor pánico, no me genera mayor preocupación.
Pero hay otra gente que tiene un problema sicológico bastante fuerte. Gran parte de la población de las zonas más afectadas por este terremoto vive constantemente muy preocupada, con sistemas de emergencia, sistemas para sacar las cosas lo antes posible de su casa, cuando ve que hay una réplica por sobre los 5,5 grados de la escala de Richter.
Esa es la sensación que se vive hoy por hoy con el tema de las réplicas, efectivamente han sido tan constantes, tan seguidas... Tú decías que han ocurrido más de 370 desde el 27 de febrero; yo me atrevería a decir que son cerca de 400 ya las que hemos sentido en este mes desde que ocurrió el terremoto, y es tan normal ahora que cuando uno siente una de 5 grados no hay mayor diferencia, en cuanto al temor, de lo que ocurrió el pasado 27 de febrero.
JAE – Claro, el asunto es, mientras ocurre, cómo saber que es una réplica de esa intensidad y no es otro terremoto, ¿no?
RA – Sí, claro, eso ocurre particularmente. Me pasó anoche a las 4.30, me senté en la cama para ver qué tan largo y tan fuerte iba a ser, pero a medida que va pasando el tiempo y ves que ya son 10 segundos, 20 segundos, como que uno tiende a calmarse. Es lo que me pasa a mí, puede que otra gente –y estoy seguro de que a otra gente le ocurre de una manera diferente– a lo mejor se desvela y ya no puede dormir porque obviamente el temor está latente. Los sismólogos lo han dicho en forma reiterada, a pesar de que tuvimos dos réplicas fuertes el 11 de marzo cuando el cambio de mando en nuestro país –una cercana a 6,9, la otra cercana a 6,8 grados Richter– se espera que como el terremoto del 27 de febrero liberó tanta energía exista en el corto tiempo, en un período de 60 días, una réplica que podría llegar a los 7 grados. Puede que ocurra como que no, pero llaman a estar alerta.
JAE – ¿Cómo ubicarías los efectos sicológicos y los daños materiales en términos de preocupación y de efecto constante a un mes del terremoto?
RA – Yo decía que hoy se cumplen 17 días del gobierno de Sebastián Piñera, que tenía que hacer frente en tres áreas: preocuparse de la población más afectada con las políticas que ya se han implementado. Hoy día se supone que van a dar un plan de reconstrucción, cuándo va a partir, cuándo va a terminar y cómo se va a financiar. Pero la primera etapa del gobierno de Piñera, que tenía que ver con la urgencia, con enviar agua, con limpiar campaña, hospitales modulares para las zonas más afectadas ya se está cumpliendo, no en un 100% pero sí en un 70-75%.
La segunda prioridad tiene que ver con la misma gente, con los problemas sicológicos que afectan a la gente que está en ese sector, con la posibilidad de contar con los suministros básicos de agua potable y de electricidad. Recién este fin de semana se está tratando de volver a la normalidad con el agua potable en la región de Concepción, que es la más afectada y una de las más grandes. En la otra región, la del Maule, también se estaba llegando al 90% de los suministros básicos. Estas son las dos áreas que tiene en mente el gobierno en el más corto plazo. Y ahora viene una semana clave en el sentido de cómo se financia esto. Treinta mil millones de dólares es el costo que detalló hace poco rato en nuestra radio el subsecretario de Hacienda: una parte tiene que ver con el Estado, otra parte tiene que ver con las viviendas que fueron destruidas, una parte tiene que ver con el patrimonio del país que fue afectado y también hay una parte privada. Una de las alternativas es el alza de impuestos a las grandes empresas, otra es endeudarse en el exterior –nuestro país está en condiciones económicas como para pedir un préstamo a entidades internacionales–. Son los tres focos que está mirando ahora el gobierno de Piñera en virtud de lo que ha sido ya más de un mes desde el terremoto del 27 de febrero.
JAE – Hablando de efectos privados, el viernes también se manejó por ejemplo que las aseguradoras tenían un costo para enfrentar de 8.000 millones, ¿no?
RA – Claro que sí.
JAE – Que tienen que hacer frente a sus clientes que se vieron afectados por este terremoto. Te hago la última pregunta a propósito del rol de los militares, porque se anunció que hay un acuerdo para que los militares continúen en la zona de catástrofe, ¿cómo se vive esto?
RA – Más que un acuerdo es una petición de las autoridades locales, que han visto que la presencia de funcionarios militares, particularmente del ejército, con este decreto de estado de excepción que fue abordado durante el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, que lo continuó haciendo el gobierno del presidente Sebastián Piñera, y que todavía sigue... Hay dos jefes de plaza. El jefe de plaza es un general militar que está haciéndose cargo de todo lo que tiene que ver con seguridad en las dos regiones más afectadas: la del Maule y la del Bío-Bío. La parte administrativa de esas provincias está en concordancia de lo que determine el jefe militar con las autoridades civiles, en este caso la intendenta o los gobernadores, que son los que toman determinaciones. Son ellos los que han pedido al gobierno central, al gobierno de Piñera, que mantenga a los militares en la zona. Hasta la semana pasada se había implementado el toque de queda desde las 21.00 horas hasta las 6.00 de la mañana; eso ya no está funcionando porque se está volviendo un poco a la normalidad. Pero a pesar de eso todavía hay algunos sectores que no tienen los insumos básicos y eso ha llevado a que todavía persistan los saqueos en algunas zonas de esas regiones más complejas. Por eso es que la autoridad local está pidiendo que se mantengan los militares en la zona por un tiempo indeterminado, entre 15 a 20 días más.
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