Más firmas chilenas llegan a invertir en Colombia

Bogotá. Chile es un referente en América Latina, para el que no fue obstáculo el quiebre democrático sufrido en 1973, fecha en la que se produjo el golpe de Estado que acabó con el gobierno de Allende, y que instauró la dictadura de Augusto Pinochet.

Una nación que ostenta un crecimiento envidiable. Así lo reflejan las cifras: para el próximo año, se prevé que la economía crecerá más de 6 por ciento.

Mañana, 18 de septiembre, cuando se cumplen 200 años de su independencia, se puede decir de Chile que es una economía consolidada. Sus 43 tratados comerciales así lo demuestran.

Y para fortuna de Colombia, la nación del Cono Sur es uno de sus socios estratégicos.

Un día antes de la celebración del bicentenario, el embajador de Chile en Bogotá, Gustavo Ayares Ossandón, conversó con LA REPUBLICA sobre el intercambio comercial entre ambos países, el TLC y la ola inversionista que ha vivido el territorio nacional por la instalación de empresas chilenas.

¿Cómo van a celebrar el bicentenario?

En Chile va a realizarse una gran fiesta ciudadana, compuesta por desfiles populares. Aquí nosotros empezamos una semana de actividades culturales y deportivas, que inició el lunes y terminan el próximo 22 de septiembre.

¿Cuál ha sido el mayor logro de Chile?

Pasamos de ser una capitanía general dentro del reino de España a construir un país homogéneo y pujante. Hemos edificado una economía capaz de desarrollarse.

¿Cuáles con los proyectos más importantes de los últimos años?

Me atrevería a decir que entre los años 40 y 50 se hicieron grandes obras de conexión, de conectividad, así como las primeras hidroeléctricas. Posteriormente, lo que se logró fue desarrollar el sector servicios en el sentido que tenemos una banca de primer orden, universidades y nuestra minería pasó a ser de interés de los norteamericanos.

¿Qué ofrece Chile ahora?

Chile tiene la mejor conectividad de América Latina. Nuestros puertos son modernos, lo que nos ha permitido pasar de ser un país aislado del mundo a un lugar con una visión de futuro, por eso, hemos penetrado en la cuenca del Asia Pacífico.

¿A qué se deben los avances?

Creo que hemos tenido liderazgo. Nuestra población ha estado comprometida con las políticas públicas que se han adoptado en su momento. El futuro se construye con trabajo, educación e innovación, y en eso todos los gobiernos han invertido gran parte de su capital.

¿A cuánto asciende el intercambio comercial?

Es cercano a los 2.000 millones de dólares. Este año creemos que vamos a andar sobre los 2.100 millones de dólares, porque se está produciendo una gran avalancha de iniciativa y proyectos conjuntos.

¿Cómo están las relaciones Colombia-Chile?

Estamos en algo que calificaría un ciclo virtuoso, después de una circunstancia vinculada a nuestras propias realidades y la crisis que nos golpeó fuerte el año pasado. Hoy tenemos una dinámica extraordinaria, hemos generado una nueva avalancha de inversionistas en Colombia, entre las que se puede mencionar La Polar, Arauco y la adquisición de Terpel Colombia (compra de Copec). En noviembre se instalará un a gran manufacturera de papel y cartón de Chile (CMPC, que pertenece al grupo Matte), cuya inversión es cercana a los 70 millones de dólares.

¿Y la inversión de empresas colombianas en Chile?

Tenemos algunas importantes, por ejemplo el tema de ISA que es el mayor actor en el ámbito de las concesiones. También aparecen en el listado Juan Váldez y Manuelita y Prisa, de propiedad de Rodrigo Restrepo Pérez, el mayor proveedor de papelería para el estado chileno.

¿Cuáles son los beneficios del TLC Chile - Colombia?

Ya hemos cumplido un año del lanzamiento del TLC. Creo que vamos bastante bien. En cuanto a los beneficios, considero que todos los sectores productivos de ambos países son viables de ser parte de esta nueva dinámica. El TLC no es sólo un intercambio de bienes y servicios, sino que también es un instrumento que permite tener una mirada distinta de lo que es el gran desarrollo del mundo. Si América Latina no se sube a esa locomotora, el desarrollo se quedará atrás. Los TLC son sinónimo de riqueza y educación.

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