Chile-Argentina: "Si hay guerra usted manda las FFAA", Pinochet
El ex integrante de la Junta Militar y ex jefe de la Fuerza Aérea de Chile, general en retiro Fernando Matthei, aseguró hoy que el ex dictador Augusto Pinochet le dijo en 1978 que en caso de guerra con Argentina por la zona del Beagle "usted manda a todas las Fuerzas Armadas, y yo mando el país". Era diciembre de 1978, evocó Matthei en entrevista con el vespertino La Segunda.
"Yo estaba plenamente de acuerdo con Pinochet, y lo admiro por lo que hizo", añadió.. "Más aun, prosiguió el ex jefe aéreo, tan de acuerdo estábamos que me dijo: "Mire Matthei, si hay guerra, usted manda a todas las Fuerzas Armadas, y yo mando el país". Cuatro años más tarde, cuando se produjo el conflicto de Argentina con Gran Bretaña por las Islas Malvinas, "nuestra diplomacia se iba a cuadrar, como los otros países latinoamericanos, con Argentina". Pero junto con el entonces jefe de la Armada, y también integrante de la Junta Militar de Gobierno, el almirante José Toribio Merino, "sostuvimos que Chile no podía hacer causa común con Argentina". "Le dijimos, que si aceptábamos que Argentina cometiera una agresión en las Malvinas, mañana cómo íbamos a impedir una posible agresión militar en las islas de Chile", rememoró hoy Matthei, de 84 años.
Artículo original
Su relación con Bachelet, Leigh y Pinochet...
Sale a recibir acompañado de una pastor alemán que no se le despega, cuyo nombre revela a muy contadas personas.
-Se llama Dina, así la inscribieron. Pero yo no puedo andar llamándola "Dina, venga", así es que le decimos Linda... y entiende.
Es la primera sorpresa que da el miembro de la Junta de Gobierno Militar que pasó a la historia como el primero en reconocer públicamente el triunfo del NO a la continuación de Pinochet, en el plebiscito de 1988.
La segunda también tiene sexo femenino y aparece en el hall de su residencia. Se llama Luz Valenzuela y él le dice "Ichy". Es que el general (R) Fernando Matthei Aubel, 84 años, quien enviudó en 2004, se casó hace seis meses con una enfermera de 50 años. Fue en abril, en ese mismo living, y ofició el matrimonio el jefe del Registro Civil de la comuna. A la boda sólo asistieron la madre, las hermanas y el hijo de la novia, Hugo, de 18 años.
La tercera sorpresa está en el segundo piso de su casa, ubicada en un sector próximo a San Carlos de Apoquindo. Ahí tiene un notable mundo propio.
En esa amplia sala-escritorio hace gimnasia diaria al ritmo de marchas militares que tiene en un compact disc. Lee, y también es el taller donde crea verdaderas obras de arte en miniatura...
Los estantes lucen soldaditos de plomo con trajes militares de distintas épocas y lugares del mundo. Son impresionantes por el cuidado de los detalles y, principalmente, porque los hace él. Las espadas, por ejemplo, resultan de clavos martillados, recortados y pulidos. Hay, también, gladiadoras con perfecta anatomía. El, cuenta Luz, dice que se inspiró en Naomi Campbell...
-Los intereses propios y los hobbies los tuve desde niño. Entonces, además de leer, hacía figuras de greda y modelos de aviones. Nadie me enseñó...
Y nadie le sugirió que se ganara la vida como piloto, ni tampoco imaginó que un día llegaría a convertirse en el último sobreviviente de la Junta Militar de Gobierno.
Dando prueba de una memoria privilegiada, Fernando Matthei revela episodios históricos del régimen militar, en la época en que fue actor protagónico. En lo personal, cuenta que decidió ser feliz hasta el último día de su vida.
Pinochet me dijo: "Si hay guerra, usted manda a las FF.AA. y yo mando el país"
Aquello ocurrió en diciembre de 1978, durante el conflicto del Beagle.
Lo del general Leigh con el Presidente de la Junta de Gobierno ''era una pelea de perros grandes, y yo era un quiltro no más''.
Amante del campo, de la soledad, de la lectura y de los aviones, la FACh fue para el general del Aire (r) Fernando Matthei "una aventura maravillosa. Todo lo que había soñado, pero mucho más".
-¿Alguna vez imaginó que llegaría a ser miembro de la Junta Militar de Gobierno?
-Jamás. Mi ambición era ser el mejor piloto, no más. Por eso me ejercité, para tener buenas condiciones físicas.
-Cuando reemplazó al general Gustavo Leigh como comandante en jefe de la Fuerza Aérea, justo le tocó el conflicto del Beagle...
-Ahí, diciembre de 1978, yo estaba plenamente de acuerdo con Pinochet, y lo admiro por lo que hizo. Más aún, tan de acuerdo estábamos, que me dijo: "Mire Matthei, si hay guerra, usted manda a todas las Fuerzas Armadas, y yo mando el país".
Cuatro años más tarde vino lo de las islas Malvinas.
-Ahí, nuestra diplomacia se iba a cuadrar, como los otros países latinoamericanos, con Argentina. Pero el almirante Merino y yo sostuvimos que Chile no podía hacer causa común con Argentina. Le dijimos a Pinochet que si aceptábamos que Argentina cometiera una agresión en las Malvinas, mañana cómo íbamos a impedir una posible agresión militar en las islas de Chile.
-¿Le sorprendió enterarse acerca de las cuentas de Pinochet en el extranjero?
-Yo no me sorprendo de nada en el mundo. No tengo mucha capacidad de ser sorprendido. Creo que el general Pinochet fue una gran persona, un patriota, que cometió errores porque es humano y no es Dios. Tiene mi más alto respeto. Yo fui a su funeral, y estuve todas las horas de pie, y no me senté, porque ante la memoria del general Pinochet me cuadro. Nunca voy a renegar de ese gran hombre. Y no siempre, por eso, uno tiene que estar de acuerdo.
"El general Bachelet era un encanto, así como es Michelle"
Ingresó a la Fuerza Aérea antes del término de la II Guerra Mundial, en 1945.
-Allí conoció al padre de la Presidenta Bachelet, ¿cierto?
-Bachelet era más antiguo que yo, dos grados más. Y no era piloto, era oficial contador, de administración. Era un hombre al que todos queríamos, un encanto de persona, así como es Michelle hasta el día de hoy. El era muy abierto, muy franco, llegaba fácil a la gente. No había quién no lo apreciara, que no tuviera una altísima opinión de Alberto Bachelet. Ejercía liderazgo en materia intelectual. Le gustaba leer mucho. Era masón, entonces se cultivaba.Yo me hice amigo de él porque tenía muchos intereses que a los demás no movían y que nosotros compartíamos.
-¿Hablaban de política?
-Sí, era inevitable. Y en muchas cosas estábamos de acuerdo, y en otras no. Pero cada vez estuvimos menos de acuerdo, a partir del momento en que Allende optó por una revolución al estilo cubano, pero con empanadas y vino tinto.
Durante los dos últimos años del gobierno de Salvador Allende, Matthei fue destinado a Londres.
-¿Dónde estaba cuando murió el general Bachelet?
-Yo había regresado a Chile 10 o 15 días antes. Volví a fines de enero de 1974.
-¿Cómo encontró Chile a su regreso?
-No lo entendí, ni Chile me entendió. ¿Sabe?, yo puedo tener una diferencia de opinión con otro, pero no soy un hombre que tenga odios. Sencillamente, nunca he sentido odios. Y me encontré con un país con odio destilado. Claro que yo no había sufrido ni las colas ni todos los problemas de la UP. Cierto, yo había estado en otra circunstancia, y entonces tuve que andar con mucho cuidado, porque no pertenecía, estaba ajeno. No había estado aquí para el glorioso 11 de septiembre de 1973, no era de los liberadores, pero era un profesional. Me dediqué a ser un buen profesional y a meterme lo menos posible en asuntos políticos.
-Y, sin embargo, lo nombraron ministro de Salud. ¿Por qué?
-Eso tendría que preguntárselo al general Leigh, que me propuso, y al general Pinochet, que me aceptó. Yo estaba en lo más profesional de la FACh, como chancho en el barro. Y finalmente estuve tres años fascinado como ministro de Salud, los años 76, 77 y hasta fines del 78. Igual que se puede fascinar el ministro Vidal o Michelle Bachelet con Defensa, ¿por qué yo no podría fascinarme con salud? Los problemas de política de salud son muy fáciles de captar. Yo había dado doctorados en organización, y me fascinó.
-¿Qué partido tomó usted cuando Leigh se peleó con Pinochet?
-Yo traté de estar lo más lejos posible. Traté de advertirle al general Leigh que no tenía la capacidad de echar al general Pinochet, y que esto iba a afectar a la Fuerza Aérea y al país, en un momento en que estábamos casi en guerra con Argentina.
-¿Cómo reaccionó él?
-En forma muy educada, no aceptó. El tenía sus propias ideas y había gente que lo apoyaba. Yo me alejé .Esa era una pelea de perros grandes, y yo era un quiltro, no más.
-¿Cuál era el problema de fondo entre Leigh y Pinochet?
-Era un problema de personalidad, desde el primer día que se conocieron. Cada uno de los dos creía que su idea debía prevalecer, y los dos veían las cosas con prismas completamente distintos y tenían personalidades que no podían llevar a la larga a un buen resultado. El, muchas veces en mi presencia, se vanagloriaba de ser considerado el más duro de la Junta. Le gustaba ese papel de extirpar el cáncer marxista y todas esas cosas.
-¿Y qué impresión tenía usted de Pinochet?
-Nunca he visto a nadie, en toda mi vida, trabajar tan convencido y tan intensamente por el país como el general Pinochet. El conocía lo que pasaba mucho más que cada uno de los ministros. ¡Si el viejo sabía todo, tenía una memoria de elefante! Era él, claramente, el hombre de las decisiones, el que tenía más ideas, quien ponía más energía y visión en todo. Mis oficiales de repente me preguntaban cómo era realmente, y yo les contestaba: "Miren, al general Pinochet lo voy a definir en una sola frase: tiene todos los días los cojones que yo quisiera tener un domingo. Sabe dónde va, y toma las decisiones para llegar a donde quiere ir". Y sigo pensando igual.
Su máximo peligro
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
Menos mal que el 78 estaba Matthei, que viejo tan choro, maximun respect.!!
ResponderBorrarLa opiniòn y evaluaciòn del general Matthei demuestra a un caballero y profesional del aire.
ResponderBorrarMis respetos a su hijo, Robert Matthei F. gran amigo y colega mio.
Saludos mi general.
Pedofilo
BorrarEs un facista de tomo y lomo , un cobarde por antonomasia ; q no reconoce los actos de cobardia y vejaciones a los derechos humanos , cometidos en dictadura .
ResponderBorrarY más encima , no tiene una respuesta clara respecto a la muerte del general Bachelet... Asesino ...