—La proyección de la CEPAL para el crecimiento de Chile en 2010 está en el lado bajo de lo que proyecta el mercado local. ¿En qué se sustenta esto?
—Pensamos que es un crecimiento alto, ya que el año pasado la economía cayó 1,5%. Creemos que la economía chilena estaba en franca recuperación, pero el terremoto de fines de febrero hizo que las regiones del centro-sur, que representan el 16% del PIB y el 9% de las exportaciones, tuvieran una caída muy fuerte. También vemos que los gastos de reconstrucción demandarán un esfuerzo de desembolso público muy fuerte. Por ende, fuimos cautos en cuanto al tema de la expansión, y reconocemos que hay un dinamismo muy fuerte a partir del segundo semestre de 2009, sobre todo por una demanda creciente de parte de China.
—¿De qué factores dependerá que se materialice la proyección o la supere?
—Creemos que efectivamente es probable que Chile crezca más, pero hemos sido moderados porque no quisimos proyectar un crecimiento mayor hasta no saber cómo se orienta el tema de la reconstrucción. Obviamente, para Chile un sector importantísimo son las exportaciones de cobre, que lógicamente no está en las zonas afectadas por el terremoto. Sin embargo, también vemos las otras áreas de la productividad, como la construcción, en donde se deben entregar los insumos a la industria. De todas maneras, insisto en que fuimos moderados.
—En Chile se reveló un aumento de la pobreza hasta el 15,1% en 2009. ¿A qué cree que se debe esto y cuánto se empobreció la región, en paralelo?
—Hemos visto que hubo un aumento de la pobreza y la pobreza extrema en la región en su conjunto. Entre 2008 y 2009 hubo un alza desde 180 millones de pobres, a 189 millones. Es decir, 9 millones más. Eso lo explicamos por razones como el aumento en los precios de los alimentos, y también al alza del desempleo desde 7,4% a 8,3% en 2009.
De todos modos, es importante recalcar que el país que más avanzó en la disminución de la pobreza a nivel regional es Chile, ya que pasó desde un 38,6% en 1990, a 15,1% en 2009. La última cifra está representada en gran medida por el incremento en el precio de los alimentos. Aumentaron los ingresos, pero no fueron suficientes.
—Por otra parte, ¿qué efectos puede tener para la región la incertidumbre que vive hoy el mundo por la coyuntura europea y estadounidense?
—Proyectamos muy buenas perspectivas para este año, basándonos en aspectos concretos como el comercio, donde vemos una reactivación en China e India, por ejemplo.
De todos modos, hay incertidumbre respecto a lo que va a pasar con la economía de Estados Unidos, pero se tiene claro que ésta va a avanzar, a diferencia del año pasado donde cayó. Se espera que crezca un 3%, lo cual dinamizaría a México y Centroamérica, por lo menos. No sabemos el 2011, ahí es donde está la gran incertidumbre.
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