La coyuntura ha activado al gobierno chileno, el que a pocas semanas del desastre natural dispuso un paquete de medidas en distintas etapas que tienen como norte, primero, asistir a los damnificados y restablecer la infraestructura dañada y, en segundo término, reconstruir lo que quedó en el suelo. De esta forma, la autoridad se ha visto en la necesidad de adecuar su programa, el que, sin embargo, contempla cumplir a cabalidad durante su administración.
En ese contexto, las estimaciones para el crecimiento han sufrido recortes desde enero a esta parte. El golpe asestado por el cataclismo se dejó sentir en el Imacec de marzo (-2,8%), y también lo habría hecho en abril y mayo. Así, las proyecciones para el ejercicio declinaron desde una expansión prevista de 5,1% en enero a una de 4,5% en la encuesta que ESTRATEGIA realizó la semana pasada.
Con todo, lo que se espera para la demanda interna devela un panorama alentador. La variable escalaría en torno a 9,5%; 14 puntos porcentuales superior a lo anticipado en marzo. La inversión, a su vez, ascendería 15,8%; 13 puntos más que lo pronosticado en la consulta anterior, al tiempo que el consumo lo haría en 5,1% (frente al 4,4% estimado hace dos meses), con alzas de 4,9% en su componente privado y de 5,5% en aquel gubernamental.
Ello, se condice con un desembolso público elevándose por sobre lo planteado originalmente, situación que, sumado a una batería de cambios tributarios, confluiría en un déficit fiscal de 2% del PIB.
El país aceleraría el tranco sustancialmente en 2011, fenómeno que sería protagonizado por un buen comportamiento tanto del consumo como de la formación bruta de capital fijo (FBKF).
IMPACTO EN EL IPC
Si bien en su última reunión de política monetaria (RPM) el Banco Central optó por la cautela ante la inquietud foránea, manteniendo la tasa de interés en 0,50%, el sesgo es al alza. Anunció el inicio de la normalización en los tipos, en atención al cierre de brechas y, con esto, eventuales riesgos de desbordes inflacionarios en el horizonte de 24 meses.
Sobre el particular, los agentes sondeados consideran que el nivel de precios aumentaría 3,6% a diciembre; en línea con la estimación promedio del reporte precedente.
Por lo pronto, a estas alturas, la inexorable ruta hacia un incremento en las tasas ha motivado correcciones en tal expectativa, llevando las predicciones a una media de 2,8% al finalizar 2010 y a 5% el año venidero.
COBRE FIRME
Por otra parte, lo que se prevé para la cotización del cobre amerita ser destacado. El principal generador de divisas chileno permanecería en rangos más que favorables de US$3,10 la libra, en tanto que para el petróleo se proyecta un precio cercano a los US$80 el barril. En definitiva, las exportaciones registrarían una subida marginal respecto de 2009, en sintonía con lo esperado para las importaciones.
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