Ya lo había advertido la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su último informe acerca de la necesidad de agilizar los trámites para cerrar una empresa declarada en quiebra. Y ahora que Chile forma parte de esas 31 economías más sólidas del planeta, el cambio a la normativa se vuelve imperativo.
Por ello, en su cuenta pública del 21 de mayo, el Presidente Sebastián Piñera lo señaló como una de las principales medidas que pretende desarrollar en el corto plazo, y anunció el pronto envío al Congreso de un texto legal que permita agilizar los trámites.
Dicha propuesta fue ampliamente apoyada por economistas de distintas tendencias, quienes calificaron la actual normativa como un impedimento para la creación de nuevas empresas, por eso se debe asimilar a la regla de los países desarrollados.
El primero en abordar el tema fue Hernán Frigolett, académico de la Universidad Central, quien indicó que de todas las medidas anunciadas por el Presidente, hay dos que se deben destacar: “Reformular la Ley de Quiebras, para que así el emprendedor no quede marcado de por vida y pueda seguir con nuevos intentos de negocios; y lo otro es la modificación que se hará a la Ley de Bancos, donde todavía no se saben los detalles, aunque estos temas tomarán su tiempo”.
Por su parte, Víctor Valenzuela, académico de la Universidad Andrés Bello, agregó que “son medidas bastante ambiciosas y es de esperar que ahora se cumplan. Chile es uno de los países en el mundo donde más cuesta ser emprendedor, pues tiene costos de entrada, como son los trámites de inicio de actividades, y los de salida, donde cuesta cerrar una firma”.
Al ser consultado sobre cómo debería ser la nueva Ley de Quiebras, Frigolett planteó que “el proceso de liquidación de una firma tiene que ser mucho más corto y deben quedar establecidos los pasos para dicho proceso, así el emprendedor podría quedar libre y tener la opción de crear otra empresa”.
El experto explicó que la idea principal es que si a un emprendedor le va mal, no quede marcado de por vida y pueda seguir incursionando en otros negocios.
Mientras, Luis Eduardo Escobar, economista de la Fundación Chile 21, aseguró que “es tremendamente engorroso iniciar y cerrar empresas, siendo mucho más caro este último punto. Si se compara internacionalmente, hay países en los cuales uno se demora tres días y en Chile, con ayuda de abogados, un mes”.
Por eso, Escobar indicó que lo mejor de la idea planteada por Piñera es “tener una ventanilla única para crear firmas, donde quedarán todos los trámites registrados en el Servicio de Impuestos Internos, lo que abarata enormemente armar empresas. El mayor problema en el país es que de cada diez empresas que se forman, sólo una tiene éxito, y en caso de quiebra se debe facilitar la liquidación de los activos”.
Por lo anterior, el experto consideró importantes estas iniciativas del gobierno y así la gente pueda generar nuevas compañías.
“Uno en cerrar una empresa se demora un año, pero hay casos de empresas que no terminan de cerrar, debido a que en muchas ocasiones los síndicos son lentos para hacer el cierre”, comentó Escobar.
ACCESO A FINANCIAMIENTO
Con respecto a los procedimientos que deben pasar los emprendedores para acceder al crédito bancario, los economistas coinciden en que es una tarea compleja.
En este punto, Escobar argumentó que “es muy difícil acceder al crédito, no te quieren abrir ni una cuenta corriente”.
Al preguntarle qué pasos se debieran seguir, detalló que “hay que incorporarles más competencias a los bancos comerciales por la vía del BancoEstado”.
Por su parte, Frigolett confía en que el perfeccionamiento a la Ley de Bancos anunciado por Piñera, “posiblemente permitirá la entrada de nuevos actores, lo que por ese lado aumentaría la competitividad del sector”. Además, indicó que en el ranking de competitividad, donde Chile cayó del lugar 25 al 28, “uno de los puntos que se le critican al país es la banca”.
Respecto a la entrada de más actores al tema bancario, Valenzuela afirmó que “en Chile, al ser pocos habitantes, se tiende a los oligopolios. Por eso se deben incorporar elementos de competitividad, aunque la banca es excesiva en su rigurosidad con los clientes, lo que es una traba para el emprendimiento, porque es sabido que si un emprendedor necesita capital, es muy raro que se lo otorgue un banco”.
Para el académico, “debiera haber alguna posibilidad de dónde sacar capital; si no se tienen recursos, la idea murió. El Estado debiera hacer un esfuerzo en ese sentido, pero hasta el momento nunca ha funcionado bien”.
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