Si para Sebastián Piñera el triunfo de ayer no es todavía el fin del comienzo, puesto que deberá volver a calificar en enero, para la Concertación su mediocre votación podría ser el comienzo del fin. Mientras a Piñera sólo le faltan seis puntos porcentuales para alcanzar la mayoría, lo que le falta a Frei es el triple y esa diferencia hace improbable que la Concertación pueda retener el poder. Piñera tuvo ayer un buen desempeño. La votación que consiguió no solamente responde a una demanda ciudadana por cambio de rostros, de énfasis, de prioridades y de formas de gobernar. También habla de un candidato que se preparó con tiempo y serenidad, con profesionalismo y dedicación, para correr la demoledora maratón que en Chile son las campañas presidenciales.En el curso de la campaña, Piñera evolucionó de menos a más. Lo pudo hacer no obstante ser millonario -lo cual es complicado en una sociedad que no tiene las cuentas en paz con el éxito económico-, no obstante que la última encuesta CEP volvió a ponerlo muy a la derecha y no obstante tener poco carisma en televisión. Pero aprendió a conectar mejor con la gente y a hablarle relajadamente a su público; se sintió cómodo paseándose micrófono en mano sobre el escenario de las concentraciones y mitines. Y comenzó a hacerse patente que lo hacía bien porque se sentía bien. También manejó con sensatez las cosas en su comando. Ni muy adentro que te quemes ni muy afuera que te hieles. Zanjó las divergencias que pudo, trató de neutralizar las que no pudo, corrió riesgos respecto de los asuntos que le parecían relevantes y evitó quemarse en peleas chicas. Al revés de Frei, no hizo nada que estuviera a contrapelo de su carácter o ADN. Supo vencer, además, la tentación de radicalizarse, en la que era fácil caer cuando el gobierno comenzó a intervenir la campaña oficialista. Pero nada lo sacó del equilibrio ni de la moderación. Es cierto: su campaña no tuvo épica ni tampoco un gran relato. Tal vez él no lo tiene. Pero tuvo rasgos que fueron muy suyos: mensajes claros, comparaciones reveladoras, propuestas concretas y un discurso optimista.
Piñera, uno de los políticos más aporreados de la escena política chilena en mucho tiempo, es optimista por naturaleza y tal como siente que en los 90 Chile dio mucho, cree que en el futuro debería volver a dar más. Ahora el candidato llega a la segunda vuelta con viento a favor y con márgenes auspiciosos. Pero su camino no está despejado. Todo indica que la pelea en la segunda vuelta va a ser dura. Ayer mismo desde el oficialismo comenzaron a soplar vientos de guerra. Eso no es todo. La jornada también dejó plantadas algunas sombras. La derrota de nombres emblemáticos de la UDI -Lavín en la V Costa, Forni en la V Cordillera, Alvarez en Providencia, entre otros- va a complicar las cosas y poner a prueba la consistencia no sólo de las lealtades, sino también de las afecciones dentro de la centroderecha. La política -se sabe- es un juego duro. Sin llorar, dicen. Eso lo supo Nixon, cuando perdió la Casa Blanca el año 60, por las que muchos consideran malas razones.
Dos años después volvió a ser derrotado cuando se presentó a la gobernación de California. Nadie hubiera apostado un peso que tiempo después iba a ser Presidente. Otro cuento es lo que pasó con posterioridad con él.
Quiéralo o no, Piñera tendrá que hacerse cargo de las tensiones de la coalición. El compromiso de la UDI es vital para su victoria final. Tanto como la necesidad de ampliar la convocatoria de su campaña a partir hoy.
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me parece poco feliz o desacertada la frase. "vientos de guerra". No me parece un termino apropiado ni mucho menos inteligente. Como tampoco me parecen terminos propios de un democrata los del señor Ominami al decir: "el triunfo de Piñera seria un retroceso para el pais". Se ve que el candidato del futuro encima es futurologo. Primero hay que ver si gana Piñera y despues hay que esperar 4 años para hacer un analisis y decir "si, fue un retroceso" o decir "ha sido un gobierno exitoso". El candidato del futuro cae en una contradiccion porque invita a mirar al futuro, sin embargo con esa frase él mira al pasado.
ResponderBorrarBasta de esa campaña del miedo!!! La democracia es asi señores! me fastidia, me enferma todo este miedo que le inculcan a la poblacion si llega a ganar la derecha.
Soy una persona de 30años, y no quiero que cuando tenga 50 años nadie me diga andate para la casa porque ya no servis, eso es lo que percibi del señor Ominami. Hubo un tiempo en algun lugar, donde existian los consejos de anciano porque se los consideraba fuente de sabiduria. Nadie esta demas todos podemos ser utiles, jovenes y mayores, hombres y mujeres.
Soy un defensor de la obra de la concertacion, creo que jamas el pueblo estubo tan bien como en los gobiernos de la concertacion; jamás se avanzo tanto, social y economicamente. Seguramente se puede mejorar, gracias a Dios que asi es, pues entonces hay esperanza de un pais mejor. No hay duda que queda mucho por hacer, no hay duda que se cometieron errores ¿pero quien tiene la bola de cristal?. He escuchado muchas veces a la derecha escudarse en los casos de corrupcion, la verdad que la corrupcion existe en todos lados. Con esto no estoy justificando nada, simplemente quiero decir que en Chile la corrupcion no es un problema generalizado. Lo importante es minimizar, detectar y castigar los casos de corrupcion de manera ejemplar para que aquellos que se vean en la tentacion lo piensen infinitas veces. Pero hay que estar atentos, y en su momento la derecha hizo bien su papel( pero despues cayo en el error de poco menos que decir que los gobiernos de la concertacion eran corruptos).
La concertacion deberá analizar sus errores, entre ellos, la practicamente impuesta candidatura de Frei, la que para mi era la peor opcion de todas; sus peleas y roces internos; sus falta de acuerdos internos; sus deslealtades, aquellas que se dejaron ver con la presidenta Bachelet, porque caramba como le complicaron las cosas desde la misma concertacion a la presidenta(¿machismo?); esa lucha de poderes de algunos individuos dentro de la concertacion(esto le hace mucho daño a la democracia) la de aquellos que quieren el poder absoluto y que no soportan el triunfo del otro(uff me acuerdo del colorin traidor!).
La señora Bachelet sí que la tuvo dificil, no le dieron respiro, yo no confiaba en ella; le agradezco haberme demostrado que yo estaba equivocado. Gracias a Dios que me equivoqué!!! Si hasta el mismo pueblo se la complicó!!! que orgulloso que estoy de la Señora Bachelet, perdon Señora por no haber creido en sus capacidades.
Amo a mi pais, por eso solo me interesa que gane el mas capacitado, el mejor; si el mas capaz se llama Sebastian Piñera bienvenido sea, y si asi es, espero que todos los que predicen lo peor se equivoquen.
Al final el señor Piñera algunas virtudes tendrá.
Dios nos guie.
Dios bendiga, ilumine y dé sabiduria a quien resulte elegido!!!
VIVA CHILE!!!