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domingo, mayo 23, 2010

Los cruceros se alejan de Chile

Estadounidenses y europeos aman navegar por las aguas del sur. Pero les sale bastante más caro que en Argentina y Uruguay. Esa es la razón que explica que los armadores estén suprimiendo a nuestro país de sus rutas y que en dos años el número de pasajeros que recala en Valparaíso cayera a menos de la mitad. El Norwegian Sun, uno de los grandes buques que nos visitaba, se despidió de nuestras aguas en abril. Y no regresará más.

Son probablemente los turistas más cotizados. Viajeros de muy altos ingresos que en su mayoría provienen de Estados Unidos y Europa.

Y cada vez que ponen un pie en tierra firme contratan un tour por la ciudad, visitan sitios con historia y gustan de almorzar en el mejor restaurante del lugar en que están. Son los regalones de la industria turística de las ciudades puerto.

Pero se están alejando de Chile. Esa es la decisión que están tomando quienes aman embarcarse en cruceros, espantados por los altos precios que tienen que pagar por navegar en aguas chilenas.

Por ejemplo, si un pasajero desea hacer el trayecto de 15 días desde Buenos Aires a Valparaíso, puede terminar pagando fácilmente 500 dólares adicionales sólo por recalar en los puertos nacionales.

En la industria de cruceros, Valparaíso se le conoce como un puerto en el que se produce un gran recambio de pasajeros. Sin embargo, el movimiento que se ha registrado en las últimas temporadas confirma el fenómeno: los cruceros se están alejando de Chile.

En la temporada 2008-2009 -en el país, la temporada de cruceros va desde noviembre a diciembre- llegaron a este puerto 104.152 pasajeros, el peak desde que estos barcos incluyeron a nuestro país en sus rutas.

En la temporada 2009-2010, la que acaba de cerrarse, se estima que arribaron 68.030 turistas, cifra que representa una caída de 35% respecto al período anterior.

Para la temporada siguiente, que comenzará a fines de este año, la situación es mucho menos auspiciosa.

Las proyecciones indican que durante el período 2010-2011, el número de pasajeros que llegará a Valparaíso totalizará 45.000, lo que significa una caída de 34% en comparación al período anterior y de 53% en relación a la temporada 2008-2009, la temporada más exitosa para el principal puerto chileno.

Las cifras del número de naves y de las veces que recalan en Valparaíso reafirman esta tendencia. Entre noviembre de 2008 y abril de 2009 se contabilizaron 25 naves con 47 recaladas y en una temporada, una nave puede recalar varias veces en un mismo puerto.

Según la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante (Directemar), en el período 2009-2010 se registraron 22 naves con 36 recaladas y prevé que la próxima temporada cerrará con 18 naves y 28 recaladas.

Estas proyecciones representan una caída de 28% en el número de barcos y de 41% en el total de recaladas.

El fenómeno que registra el principal lugar de destino para los cruceros en Chile, se replica en el resto de los puertos.

Por ejemplo, en Coquimbo la empresa Ingservtur, operador de tours para pasajeros de cruceros, atendió a viajeros de naves que recalaron 22 veces en la temporada 2007-2008.

Mientras en la que acaba de cerrarse, el total se redujo a 15 y sólo uno de los barcos, el Star Princess, superaba los 2.000 pasajeros, cifra que hace dos temporadas alcanzaban ocho recaladas.

ADIÓS, NORGWEGIAN SUN

Quizás fue el golpe más duro para la industria turística que se mueve alrededor de los cruceros. Fue anunciado al cierre de esta temporada por la Norwegian Cruise Line (NCL), uno de los mayores operadores del mercado a nivel mundial.

Su decisión fue vender el crucero Norwegian Sun, la nave que desde hace cuatro temporadas atendía la ruta sudamericana -Buenos Aires-Valparaíso y viceversa- y que entre noviembre de 2009 y abril de este año realizó 48 recaladas en puertos chilenos, en los que desembarcaron cerca de 104 mil turistas.

NCL había sido uno de los armadores pioneros, hace ya 14 años, en incluir en su oferta las rutas entre los puertos del cono sur americano, poniendo a Chile en el mapa de la industria de cruceros.

Primero lo hizo con la nave Norwegian Crown, luego con el Norwegian Dream y últimamente el Norwegian Sun, que tenía una capacidad de hasta 2.400 pasajeros.

Este último crucero zarpó desde Valparaíso el domingo 11 de abril hacia el hemisferio norte. Fue la última vez que un crucero del gigante NCL se movió por las aguas chilenas.

El barco fue vendido a otro armador y se desconoce si NCL volverá alguna vez a incluir a Chile en sus rutas.

En un comunicado que la compañía envió a los operadores nacionales, expuso las razones de su decisión.

“NCL ha decidido sacar los barcos de este recorrido. Varios factores han influido en esta decisión, pero el gran problema es la congestión en los puertos y el alza de precios que han impuesto a las navieras. Algunos puertos han incrementado sus precios en 400% y otras compañías de cruceros también han sacado los barcos de esa ruta”, detalló la empresa.

Quienes conocen el mercado aseguran que son esas mismas razones las que están alejando a los cruceros de Chile.

Francisco Ghisolfo, presidente del Comité Marítimo Portuario de la Asociación de Ingenieros Consultores, explica que la congestión a la que hace referencia NCL se debe a la nula capacidad que existe en Chile para coordinar a los distintos armadores.

“El Norwegian Sun prácticamente en todos sus circuitos coincidía con el Infinity y en el puerto de Valparaíso se juntaban dos cruceros con más de 2.000 pasajeros. Eso genera un problema de congestión en el puerto y en los servicios que presta la ciudad. Debiéramos tratar de dosificar las llegadas, de manera de evitar que recalen dos o tres barcos simultáneamente y que después pase una semana sin que arribe ninguno”, plantea el experto.

CARA TRAVESÍA

Sin embargo, el problema más sensible para los armadores es el precio que deben pagar por traer a sus pasajeros a los puertos chilenos. Es su mayor queja y la razón por la cual está retirando de su oferta las rutas del cono sur.

Para recalar en puertos chilenos, los costos en que incurren los cruceros son de tres tipos: los derechos de navegación que cobra la autoridad marítima; los costos por utilizar los puertos y el tercero incluye otros permisos que requiere un buque, como, por ejemplo, la utilización de remolcadores. Los dos primeros son el principal reclamo de los operadores.

La Directemar cobra derechos que se componen del pago de derechos de faros y baliza, practicaje, pilotaje y despacho del buque en el puerto.

Una tesis de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de los Andes -y que es citada frecuentemente por los expertos chilenos en el área- analizó los costos en que incurre para una nave promedio de 1.000 pasajeros recalar en los puertos chilenos.

Según la investigación, un crucero de estas características debiera desembolsar en nuestras aguas un total de US$10.666 por derechos marítimos.

Si se compara con Uruguay y Argentina -nuestros principales competidores- ese monto es 16 y 17 veces más caro, respectivamente.

Ghisolfo advierte que frente a estos altos costos “hay que hacer la salvedad de que navegar en aguas chilenas es mucho más complejo. Por ejemplo, la navegación por los canales del sur requiere de pilotaje, que consiste en un marino asesor que lo provee la Armada”.

El presidente de la Corporación de Puertos del Cono Sur, Teodoro Wigodski, asegura que “las tarifas marítimas, por las características complejas del territorio marítimo nacional, están por sobre los estándares internacionales. Esta situación se hizo crítica con la crisis internacional, donde menos turistas pagando menores precios, inhibieron a las empresas de cruceros de visitar el país y prefirieron destinos como el circuito Argentina-Brasil-Uruguay y el circuito Nueva Zelandia-Australia, los que muestran menores costos para las naves e interesantes atractivos para los turistas”.

URUGUAY, NUEVE VECES MÁS BARATO

Dos son los cobros que se realizan en los puertos chilenos. Uno es el muellaje y que se mide por metros de eslora-hora. En Valparaíso, tanto en el Terminal 1 como en el Terminal 2 es de US$1,58 por metro-eslora-hora (un barco promedio tiene 210 metros).

El otro es el costo que se realiza por cada pasajero que desembarca, el que en Coquimbo cuesta US$1, mientras que en Valparaíso puede alcanzar los US$25 en el Terminal 1 y US$5,5 en el Terminal 2.

En el puerto de la Quinta Región, a esa cifra se debe sumar los US$7,35 por persona que se cobra por el uso del Terminal de Pasajeros.

A juicio de Wigodski, “las tarifas portuarias son muy competitivas y en varios puertos están bajo el estándar internacional”.

Sin embargo, según la misma investigación de la Universidad de los Andes, esos costos son dos veces más caros que en Buenos Aires.

Por ejemplo, para recalara en el principal puerto chileno, el Infinity debe desembolsar US$94.883 por los costos portuarios, mientras que en la capital Argentina apenas alcanza los US$48.510.

Si se consideran los costos totales, concluye la tesis de la Universidad de los Andes, para los armadores de cruceros Chile es tres veces más caro que Argentina y nueve veces más costoso que recalar en Uruguay. Esa es la razón por la que las grandes compañías del sector están disminuyendo sus recaladas en nuestros puertos o bien suprimiéndolos de sus rutas.

LA NO POLÍTICA DE LOS CRUCEROS

Los operadores turísticos están indignados. “Las compañías navieras se están retirando porque el global de los costos operativos es muy alto. Eso significa que hemos ido atacando esta industria cortándole un brazo, una pierna, sacándole un ojo y más encima queremos que sigan viniendo”, critica Claudio Nas, gerente general de DMC Destination Manage.

Ghisolfo explica que en Chile los puertos fijan sus tarifas “en forma monopólica. Aquí si un puerto sube las tarifas, el otro también lo hace. La solución para esto es que se pongan de acuerdo y bajen en conjunto las tarifas para volver a recuperar esa demanda que han perdido. Aquí debe formularse una política de Estado respecto a los cruceros. No puede ser que la Directemar y los puertos suban y bajen las tarifas cada vez que quieran”.

La principal crítica que hacen los expertos es la falta de una política clara respecto al turismo de cruceros.

Los dardos de los actores apuntan a los organismos públicos encargados de su coordinación. LND se contactó con los encargados de prensa de Sernatur y ProChile para conocer su visión sobre este mercado. Sin embargo, ninguna de las instituciones de gobierno entregó una respuesta.

EL CONO SUR EN UN CRUCERO: “ES UNA EPOPEYA”

Desde Buenos Aires a Valparaíso o viceversa. Ese es el recorrido que realizan los cruceros que recorren la ruta del Cono Sur y que recalan en los puertos de Talcahuano, Puerto Montt, Punta Arenas, el Estrecho de Magallanes, Ushuaia, Punta del Este y Montevideo. Por un viaje como este, de 14 días y 13 noches, el crucero Infinity -que tiene una capacidad para casi 2.000 pasajeros- cobra desde US$1.300 por persona hasta US$4.449 en suite.

Es una ruta que adoran los experimentados pasajeros de cruceros, casi todos mayores de 60 y con más de 20 travesías en el cuerpo: antes de optar por el sur de Chile, ya han navegado por las aguas de Alaska, las Bahamas, el Caribe, Hawaii y el Mediterráneo. Pero la travesía por el Cono Sur es relativamente nueva si se compara con la demás y no tiene más de 15 años. “Las otras son rutas que ya conocen, pero navegar por el sur de Chile, por Cabo de Hornos, es para ellos como una epopeya, una odisea. Ese es el atractivo”, afirma Tulio Hernández, gerente general de TMS Cruceros.

Según los operadores, cuando recalan en los puertos chilenos -siempre lo hacen sólo por un día-, cerca del 40% contrata excursiones organizadas por la ciudad, mientras que el 60% restante decide recorrerla por su cuenta. Cada pasajero gasta en promedio 96 dólares en tierra, moviendo de sobremanera la industria de servicios turísticos de esas ciudades, la que incluye taxis, operadores de tour, restaurantes, cafés, museos y comercio. “Además, el 30% de los tripulantes del barco también sale a gastar y puede desembolsar en promedio 80 dólares”, precisa Claudio Nas, de Destination Manage.

Si se considera que estos turistas -ya sea antes o después de abordar el crucero principalmente en Valparaíso- además realizan visitas destinos top de Chile, como Isla de Pascua, San Pedro de Atacama y, en especial, las rutas del vino, las cuentas para el turismo nacional eran bastante felices.

Artículo original

1 comentario:

  1. Y yo los entiendo, si tienen que pagar tantos impuestos entiendo que se retiren. Igualmente los impuestos a veces tienen sentido dependiendo del destino.
    Los MSC Cruceros están volviendo a las aguas chilenas porque dicen que Chile trata muy bien a los pasajeros.
    Todo se basa en la calidad de servicio.
    Es así, saludos
    Maru

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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.