Ambos países buscan transformar la crisis en una oportunidad, profundizando su alianza comercial en un TLC. Pero, las tensiones políticas pueden jugar en contra del acuerdo.
Santiago. El próximo 1 de marzo se pondrá fin al Acuerdo de Complementariedad Económica entre Chile y Perú para dar paso al Tratado de Libre Comercio (TLC), una apuesta por la complementación económica en línea con la recomendación de varios organismos multilaterales que promueven la cooperación (ver OMC alerta por medidas proteccionistas).
“Las dos naciones tienen una orientación ideológica similar: apuestan por un mercado ampliado y competitivo”, dice Arnoldo Rozenberg, académico de Centrum Católica en Lima. Efectivamente, Chile tiene esa política hace más de 20 años, coincidentemente con la vuelta a la democracia. En tanto, Perú adoptó dicha opción durante el Gobierno de Alberto Fujimori y se acentuó con el manejo económico de Alejandro Toledo. Esto se ha ratificado, además, en foros internacionales como el Apec.
“Ambas economías han hecho bien su tarea, ya que sacaron lecciones de crisis anteriores. Chile aprendió luego de la crisis bancaria de los años 80 y Perú luego de afrontar la crisis rusa y asiática” dijo Rozenberg a AméricaEconomía.com. En este momento, estos países cuentan con sólidos sistemas financieros. Chile ha administrado bien sus recursos en tiempos de bonanzas gracias a la decisión de ahorrar el 1% del superávit fiscal. Perú también tiene ahorros, lo que le permite tener un colchón importante para afrontar la coyuntura económica, agrega el economista de Centrum.
Dichos antecedentes hacen presagiar que existe una baja probabilidad de que se apliquen medidas proteccionistas para salvaguardar los mercados. Pero esto no quiere decir que las relaciones entre ambos países se mantendrán saludables. Temas pendientes en el plano diplomático están tensionando a Santiago y Lima.
Las dificultades pasan por la denuncia del Gobierno de Alan García, interpuesta en contra de Chile ante la Corte Internacional de La Haya, buscando zanjar el diferendo que existe sobre la frontera marítima entre ambos países. “El reclamo puntual sobre la demanda marítima está condicionando las relaciones diplomáticas”, dice Antonio Leal, diputado chileno. “Las relaciones están debilitadas, el clima político es malo y las relaciones van a seguir deteriorándose”, señala el legislador, presidente de la comisión de Economía de la Cámara de Diputados local a AméricaEconomía.com.
En opinión del congresista, si no existiera este clima político “podríamos estar destapando champagne”, sin embargo no está pasando nada extraordinario en ninguno de los dos países. (ver Vecinos en problemas).
La crisis como oportunidad. Paradójicamente, la puesta en marcha del TLC no podía llegar en mejor momento. La crisis financiera se está haciendo sentir cada vez con mayor intensidad, lo que ha llevado a los gobiernos a buscar fórmulas para capear el temporal. “En épocas de crisis se logran resultados que en tiempos de estabilidad se estancan”, dice Arnoldo Rozenberg, de Centrum Católica. “El escenario de crisis aumenta las posibilidades de acelerar las negociaciones y la voluntad de diálogo” añade el economista.
Y es que la implementación del acuerdo comercial genera altas expectativas. Para el analista, el TLC augura buenas perspectivas para el comercio bilateral, debido a que ambos países buscarán nuevos nichos de mercado para el envío de productos. “Hay mucha complementariedad y pocos sectores sensibles”, dice.
Rozenberg señala que el TLC es conveniente para ambos, pero “favorecerá más Perú que a Chile”. Puntualmente, hay buenas perspectivas para el sector de manufacturas, por ejemplo, el mercado textil peruano es amplio y sofisticado. El algodón es considerado de buena calidad, siendo uno de los productos que más se exportan a Estados Unidos y Venezuela, por lo que la crisis aumenta las posibilidades de enviar este tipo de productos al mercado chileno.
En todo caso, Rozenberg precisa que los flujos de inversión no serán iguales, ya que Chile tiene más inversión directa en Perú. Opinión que comparte el diputado Leal, quien además agrega que hay sectores que se verán afectados positivamente para Chile. “La generación y distribución de energía eléctrica, la complementación en materia energética, puntualmente el gas y el tema minero, con la importación de metales beneficiarán enormemente a Chile”.
Los entrevistados coinciden en que el acuerdo es un paso adelante en términos de integración, sobre todo en momentos en que las medidas proteccionistas han regresado como una solución a la crisis.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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