Elevan a 23% estimación de crecimiento de la Inversión en 2010

Si bien el ente emisor recortó levemente su proyección de PIB, los esfuerzos de reconstrucción, condiciones financieras favorables y las políticas macroeconómicas permitirían un alza de 14,5% en el gasto.

“Más allá de los efectos inmediatos y de mediano plazo de la catástrofe natural de febrero, los datos de los últimos trimestres muestran que la actividad sigue creciendo con vigor, las condiciones financieras se han ido normalizando progresivamente, el empleo está elevándose y la inflación va camino hacia la meta de 3%”, sostuvo ayer el presidente del Banco Central, José De Gregorio, al presentar el Informe de Política Monetaria (IPoM) ante la Comisión de Hacienda del Senado.

De esta forma, el organismo recortó en el margen su estimación para el PIB de este año, situándolo en un rango entre el 4% y 5%; con lo que, dijo, “no se alejará de modo significativo respecto de lo esperado en marzo”.

Acotó que la corrección descrita obedece a la menor expansión efectiva en el primer cuarto, precisando que el impacto del terremoto en sectores productivos clave restó 4 puntos porcentuales de avance, pero “los datos disponibles del segundo trimestre muestran que las disrupciones se han disipado con rapidez”.

En ese contexto, aunque se considera que el ritmo de la demanda podría atenuarse de julio en adelante, ya que “parte de su dinamismo actual corresponde a fenómenos de una sola vez”, se repara en que las perspectivas para el guarismo son más que favorables. La autoridad anticipa que el gasto subiría 14,5%, determinado por un notable incremento de 23% en la Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF) y de 7,8% en el consumo.

DEFICITS

El escenario para la demanda también se basa en el relevante “impulso de las políticas macroeconómicas de los últimos trimestres, que se ha reforzado con una progresiva normalización de las condiciones financieras domésticas”, subraya el IPoM. En particular, enfatiza que los esfuerzos para la reconstrucción jugarán un rol protagónico en el comportamiento de la inversión. De hecho, se anticipó que en términos reales tal variable culminaría el ejercicio en cerca del 30% del PIB.

Así las cosas, se prevé que “la evolución de la actividad y el gasto determinará que la cuenta corriente tenga un déficit de 1,2% del Producto este año”.

Medido a precios de tendencia, complementa, este saldo adverso “es alto en una perspectiva histórica, pero responde en parte a los efectos transitorios del desembolso en las faenas de recuperación y de reposición”.

En línea con lo anunciado por Hacienda, el Central espera que el balance estructural se alcance a fines de la actual administración. Por lo pronto, valoró la conducción en este ámbito durante los últimos ejercicios, sobre todo a la luz del difícil cuadro que enfrentan algunas naciones europeas. “La prudencia en el manejo de las finanzas públicas, entre otras cosas, nos permitió acumular fondos para, junto con una tasa de política monetaria (TPM) muy expansiva y un esfuerzo fiscal muy relevante, mitigar los efectos de la crisis internacional” de 2008 y 2009, afirmó De Gregorio.

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