En las próximas semanas el Ministerio de Economía enviará al Parlamento un proyecto de ley para autorizar el funcionamiento de salas de juego en los grandes cruceros que ingresan al país.
La actual Ley de Casinos del año 2005 obliga a las embarcaciones con bandera extranjera a cerrar sus salas de juego una vez que ingresan en aguas territoriales chilenas -12 millas (22,2 kms) desde la costa- y a permanecer en esa condición durante el tiempo que permanezcan atracadas.
Según el titular de Economía, Juan Andrés Fontaine, este factor ha sido fundamental en la tendencia a la baja que han registrado en los últimos dos años las recaladas de grandes cruceros en el país. Entre 2009 y 2011 esa cifra completará un descenso de 228 a 155, correspondiente a un 32%.
Competitividad
"No hay ninguna buena razón para mantener esa restricción cuando la embarcación se encuentra navegando. Creemos que es preocupante porque se trata de un factor clave de nuestra competitividad como país turístico, ya que estamos hablando de visitantes con un alto nivel de gasto", señala el titular de Economía.
Fontaine aclara que la modificación legal se circunscribirá a autorizar el funcionamiento de las salas de juego durante la navegación en mar chileno. Así, la restricción se mantendrá cuando el crucero se encuentre anclado.
"No es nuestra intención crear una suerte de casino flotante anclado, que podría transformarse en una competencia adicional a los casinos tradicionales", afirma Fontaine.
Añade que espera una buena recepción a las modificaciones legales, considerando que sus efectos no son inmediatos. "La demora en actuar es costosa porque las grandes compañías de cruceros hacen sus programación con mucha anticipación. Entonces, lo que hagamos hoy comenzará a tener efectos recién en 2012".
Entre el año pasado y el próximo, el número de pasajeros caerá 52%, desde 306 mil en 2009 a 144 mil en 2011, y el gasto de los turistas en el país bajará de US$ 19 millones a US$ 9 millones en el mismo período. Según el ministro de Economía, la cartera trabaja además en modificaciones adicionales para apuntalar la industria de cruceros.
La primera busca revisar los cobros por balizas, faros y prácticos que efectúa la Armada de Chile para efecto de la navegación de los cruceros en las aguas del país. "El propósito es que se cobre lo que corresponde por ese servicio, que ciertamente tiene un valor por sus complejidades. Queremos cerciorarnos que el cobro esté en niveles normales y no haya un sobrecosto", dice Fontaine.
Además, la cartera se encuentra analizando los actuales cobros por utilización de servicios portuarios y su correspondiente regulación. "Hemos comparado los costos en puertos chilenos versus los del exterior y en Chile son más altos", sostiene Fontaine.
Señala que en Valparaíso y San Antonio el costo portuario es cerca de un 30% más elevado que en países como Argentina. "Eso está asociado a que ambos han estado con su capacidad muy copada y hay precisamente un proyecto de expansión de ambos puertos, que se va a hacer cargo del problema", afirma el ministro de Economía.
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