Resulta bastante triste que, después de casi 20 años en el poder, la coalición chilena Concertación no haya logrado presentar un candidato más interesante que el ex presidente Eduardo Frei para las elecciones presidenciales del 13 de diciembre.
Esto no quiere decir que Frei sería un mal presidente. No lo hizo tan mal la primera vez que estuvo a cargo del país entre 1994 y el 2000, a pesar de la crisis asiática y su grave impacto en los mercados de exportación de Chile. Solamente es una pena que la Concertación no haya producido una nueva generación de líderes en dos décadas. Y, con todo el respeto que se merece el Sr. Frei, en realidad parece un personaje parco e incluso aburrido que, a juicio de muchos, llegó a la Presidencia en parte gracias a que su padre fue un muy respetado presidente y fundador de la Democracia Cristiana, el partido más grande de la Concertación.
Entonces, quizás no debiera sorprender que un rostro joven y nuevo en la persona del diputado Marco Enríquez-Ominami esté obteniendo tan buenos resultados en las encuestas con miras a las elecciones del domingo. Ex miembro del Partido Socialista, ME-O -como lo llaman- se desvinculó de la Concertación, pero políticamente aún está lo suficientemente cerca de esta como para poder asegurar que formó parte de su éxito. Pero, al mismo tiempo, puede representar una imagen de renovación, mientras que Frei ha luchado por aprovechar la extraordinaria popularidad que ostenta la actual presidenta Michelle Bachelet.
En tanto, el candidato derechista opositor, Sebastián Piñera, es, al igual que Frei, un "veterano" que ya ha intentado anteriormente convertirse en presidente. También es un multimillonario que muchos chilenos piensan que está más preocupado de sus negocios, entre los que se cuentan la línea aérea LAN y un importante canal de televisión, que del interés de la Nación. Durante uno de los últimos debates presidenciales, Frei cometió el error de citar un informe de Transparency International, señalando equivocadamente que Piñera había sido multado por uso de información privilegiada tras comprar acciones de LAN, algo que Piñera y su comando han aprovechado para recriminar al ex mandatario. Quizás tengan razón, pero prácticamente están discutiendo un tecnicismo, ya que si bien no fue multado por uso de información privilegiada, sí lo fue por participar en un ilícito infraccional por "omisión" y para la mayoría de las personas no hay mucha diferencia entre un delito y un acto ilícito. De todas maneras, el incidente solo sirve para manchar la imagen de Piñera y probablemente sus partidarios no debieran seguir recordándolo a la gente.
A pesar de ello, tanto Frei como Piñera son hombres altamente capaces que probablemente podrían ejercer el cargo de presidente con los ojos vendados, lo que, paradójicamente, incluso podría incrementar el atractivo de ME-O, hijo de un izquierdista revolucionario, como alguien joven y diferente.
ME-O pareciera estar robando votos a Frei más que a Piñera, ya que la adhesión de este último en los sondeos es prácticamente la que la oposición esperaría a estas alturas, independiente de quien sea su candidato, mientras que el voto de centro-izquierda está dividido. Entonces la interrogante es qué pasará con los votos de ME-O o los de Frei durante la segunda vuelta, cuando casi con certeza uno de los dos tenga que retirarse, junto con el candidato de extrema izquierda, Jorge Arrate (quien también fuera ministro de la Concertación).
Para ser justos, la Concertación ha logrado mucho en sus casi 20 años en el poder: fortalecimiento de la democracia luego de 17 años de dictadura, administración de un crecimiento real de la economía, impulsado por sensatas políticas fiscales y un régimen de inversión extranjera estable y justo que ha permitido que miles de millones lleguen a los sectores de minería, energía, aguas, telecomunicaciones, infraestructura y otros, así como por una economía abierta y una gran cantidad de acuerdos de libre comercio, lo que ha provocado una importante reducción de la pobreza, un mejoramiento de los servicios de salud, la reevaluación de un sistema legal anacrónico y arcaico, y la garantía de niveles de corrupción relativamente bajos, entre muchas otras cosas. Estos logros culminarán esta semana con la incorporación de Chile en el selecto grupo de países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con lo que se convierte solo en el segundo país latinoamericano en ingresar a este club después de México.
Y queda mucho por hacer, es verdad. La pobreza y la desigualdad siguen siendo inaceptablemente altas, la economía -pese a una tremenda diversificación durante las últimas décadas- todavía depende en gran parte de las exportaciones de materias primas, especialmente cobre de bajo valor agregado, y el país se está quedando atrás en cuanto a educación, tecnología y otras áreas.
Pese a los logros, el simple hecho de que una sola coalición, y en muchos casos las mismas personas, se mantengan en el poder por tanto tiempo, en su mayoría pasando de un puesto en un gobierno a otro, quiere decir que muy probablemente sea hora de un cambio. La respuesta a si los chilenos consideran a ME-O o a Piñera aptos para el cargo seguramente no se dilucidará este domingo, sino que en una segunda vuelta que se realizará en enero próximo.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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