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Carmen Frei, hija del asesinado ex mandatario, destacó que "los que dieron la orden de matar a mi padre, aún caminan por las calles de Chile", sin aclarar a quienes se refería.
La afirmación de Izurieta fue el primer pronunciamiento del ejército desde que el lunes el juez Alejandro Madrid abrió un proceso a cuatro médicos, al chofer de Frei y a Raúl Lillo, un empleado civil del ejército que trabajó para la dirección de inteligencia de esa institución (DINE) y para la Central Nacional de Informaciones (CNI), la policía represiva del régimen de Augusto Pinochet.
Los encausamientos remecieron a la opinión pública y no fueron bien recibidos por la oposición derechista que estimó inapropiado que se concretarán sólo a seis días de los comicios presidenciales el próximo domingo, donde el candidato oficialista es Eduardo Frei Ruiz-Tagle, hijo del asesinado mandatario.
"El ejército espera por el bien de Chile que se llegue a toda la verdad lo antes posible, y sobre esa verdad se haga plena justicia", dijo Izurieta tras participar en una ceremonia institucional de la policía uniformada.
Opinó que "estamos frente a un hecho gravísimo, que tiene repercusiones nacionales e internacionales, y que amerita una pronta resolución". Agregó que si algún miembro del ejército resultará condenado, sería "inaceptable y repudiable...".
Izurieta añadió que "las culpabilidades específicas obedecen a personas y no a instituciones".
Frei Montalva fue asesinado mediante la aplicación dosificada de venenos --como el gas mostaza y el talio-- aprovechando la operación a una hernia al hiato a fines de 1981 en una clínica privada: Murió en enero de 1982, por complicaciones derivadas de las sustancia tóxicas "que produjeron otras complicaciones que deterioraron su sistema inmunológico, y esa fue la causa de muerte", afirmó Madrid.
El juez abrió juicio como autores del asesinato al doctor Patricio Silva Garín --amigo y Subsecretario de Salud de Frei, y luego jefe de un servicio del Hospital Militar--, a su chofer Luis Becerra, que alega que fue amenazado para colaborar por la policía represiva, y a Lillo, doble agente de la policía civil y de la inteligencia del ejército.
Un segundo médico fue enjuiciado como cómplice y dos patólogos como encubridores.
El abogado de la familia Frei, Alvaro Varela, pronosticó que "no me cabe la menor duda que hay hechos que van a motivar nuevos procesamientos".
Precisó que están establecidas las estructuras de la CNI y del DINE de la época y "ahora falta establecer claramente quién era el que instruía o daba las instrucciones precisas a Lillo", pese a que su jefe directo se suicidó cuando debía acudir a los tribunales donde era investigado por violaciones a los derechos humanos.
Frei murió cuando se empezaba a destacar como líder de la incipiente oposición a Pinochet. Un sindicalista que siguió sus pasos, Tucapel Jiménez, fue asesinado un mes después que el ex mandatario.
Artículo original
verguenza ..despues de 30 años ..tremenda verguenza que recien se proceda a juzgar a estos delincuentes asesinos..en el ambito militar se actua bajo estricta disciplina ..se dan ordenes superiores y los subalternos la ejecutan ..
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