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sábado, diciembre 12, 2009

Los mendocinos en Chile rescatan la estabilidad

Los Andes entrevistó a coterráneos en el vecino país (Chile). Sus experiencias de vida y sus expectativas ante los comicios de mañana.

La tranquilidad que muchos de los mendocinos que se mudaron a Chile sienten a la hora de planificar su futuro laboral y familiar es lo que los motiva a quedarse fuera de casa, e incluso a empezar a sentir al vecino país como un nuevo hogar, que les ha dado seguridad en medio de los vaivenes que suelen observar en Argentina.

"Ahora, ocho de cada diez argentinos se quieren quedar acá", resume Rodrigo Fernández (45), un mendocino que llegó a Santiago hace 16 años expulsado por la política de Menem - Cavallo y atraído por una mujer chilena.

En realidad, Rodrigo -quien comenzó dando clases de inglés y ahora alquila equipos de oficina- es uno de los pocos que expresa su deseo de regresar al lugar que lo vio nacer -ahora de la mano de una porteña- porque, asegura, "me tira la tierra, los olores, mi espacio". Sin embargo, admite que la razón por la que los argentinos se quedan se apoya, básicamente, en la existencia de reglas del juego claras. No todas buenas o satisfactorias para su gusto pero sí bastantes predecibles.

Por cercanía, existe entre Mendoza y Chile una relación estrecha. La mayoría de los mendocinos ha pasado buena parte de sus vacaciones en las costas del Pacífico por lo que para muchos ha sido una buena idea cruzar la cordillera impulsados por el amor, la necesidad de probar suerte o la tentación de ampliar sus horizontes. Los argentinos son la segunda colonia de extranjeros en Chile, después de los peruanos.

De acuerdo con un censo realizado por la Embajada Argentina y la Organización Internacional de Migraciones, en 2004 había 50.000 argentinos viviendo en Chile, la mayoría en la región metropolitana. En vistas de las elecciones presidenciales que se realizarán mañana, algunos mendocinos reflexionan acerca del modelo del país chileno y no pueden evitar comparaciones con lo que sucede en Argentina.

La mayoría sigue creyendo en la Concertación gobernante pero creen que si el candidato de la derecha, Sebastián Piñera, se quedara con el Gobierno, es probable que los lineamientos principales a largo plazo se mantengan intactos.

"Aquí la diferencia es política. No económica", define Marcelo Sepúlveda (43). Con ocho años de residencia en el país, ha logrado afincarse, ampliar su negocio y decidirse a tener a su hijo más pequeño en Chile. Casado con una mendocina, hace tiempo que no planifica el regreso. "Acá la corrupción es mínima. De los cuatro presidentes que hubo, todos se fueron con lo mismo que entraron y acerca de eso no hay discusión", dice.

Al respecto, Guillermo Lavarías (47) -gerente de una multinacional- explica que Chile no está exento de las trampas en la política. "No en las altas esferas pero sí en los estamentos más bajos", cuenta al mismo tiempo que relata que -en la actualidad- el país está intentado impulsar normas de transparencia para poder mejorar su posicionamiento en el mundo.

En este sentido, recién este año el Gobierno abrió sus puertas a la ciudadanía para que pudieran enterarse en las páginas oficiales datos sobre gastos, salarios y demás información relacionada con la gestión.

La estabilidad institucional es lo que más rescatan los mendocinos que llegaron a vivir a Chile. La posibilidad de acceder a un crédito sin que cambien radicalmente las reglas o de planificar el futuro de sus negocios son cuestiones que los tranquilizan y les dan satisfacción. También el hecho de ver que el pago de sus impuestos retorna y puede palparse.

Así, lo que más sorprendió a Eduardo Picolo (27) desde que llegó hace tres años fue la rapidez con la que se concretaban tanto las obras públicas como las privadas.

"Creo que en la parte privada pasa por una cuestión de acceso al crédito mientras que en el sector público pareciera que existe una planificación, un presupuesto organizado para repartir los gastos", arriesga el joven. Él trabaja para la empresa Cencosud y decidió mudarse apenas se recibió. Aunque tenía la posibilidad de trabajar en la empresa familiar, quiso hacer su propio camino y cree que su elección fue acertada.

"Me costó conseguir trabajo pero muchos amigos que entonces me decían que volviera, ahora me felicitan por haberme quedado", recuerda Eduardo quien, por el momento, no tiene planes de regresar.

Los mendocinos no son ingenuos y saben que Chile no es la panacea. Advierten que el país está dividido en dos partes tanto social y económicamente como geográficamente; en lo que a la región metropolitana respecta. Del mismo modo -tal como han manifestado las encuestas durante la campaña- también existe una polarización entre la izquierda y la derecha.

Como los miles de argentinos que están en Santiago, muchos migraron por motivos económicos pero han logrado hacer una diferencia ya que la mayoría -de acuerdo con el estudio citado- está en actividades con cierta calificación profesional.

Otra diferencia que la gente de Mendoza rescata de este país es que el Estado subvenciona a las personas necesitadas pero no les regala los planes sociales.

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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.