Perú, una situación convulsa

La situación actual es producto de la crisis del régimen, tan profunda que tiene que cambiar de ministros como si cambiara de ropa. La corrupción de los Petroaudios, el continuismo neoliberal y el estilo autoritario de García, le echan más leña al fuego de la insurgencia democrática de masas.

Su Plan anticrisis (o de estímulo económico), es un rotundo fracaso. El Ministro Carranza, que se jacta de haber estudiado en Harvard, nos dijo que la economía estaba blindada, luego que íbamos a crecer al 6%, pero frente a la caída de los impuestos, inversiones y la producción, ha tenido que reconocer que no vamos a crecer más del 1.3% en el mejor de los casos. Además, son más de 200 mil los obreros despedidos.

Su Plan VRAE, prácticamente, le ha estallado en la cara. Soldados muertos, helicópteros que se caen a pedazos y rezagos del senderismo que comienzan a tomar cuerpo. El Banco agropecuario es un elefante blanco. No hay créditos baratos para los campesinos que ven como el precio de sus productos se caen. Y la firma del TLC lo único que logrará es un éxodo masivo de campesinos a la ciudad para engrosar las filas de los desocupados.

Del servicio de inteligencia ni que hablar. El descubrimiento del espía chileno demuestra el fracaso del Estado neoliberal y que a este gobierno aprista no le interesa nuestra Patria.

Todos estos factores económicos, políticos, culturales, sociales, se mezclan, interactúan, y dan como resultado una situación convulsa, donde la calma se convierte en tormenta, bruscamente. Esta es la misma tormenta que tuvimos en junio de este año con la lucha de nuestros hermanos amazónicos como eje centralizador de las demandas por una nación en marcha, en defensa de nuestro Amazonas y hacia la victoria.

Lamentablemente, las vacilaciones de las direcciones políticas, son las que permiten que el gobierno pueda tomar oxígeno y recuperar fuerzas para salir a la ofensiva como viene haciendo ahora (la Jornada del 26 de noviembre fue débil en comparación con la del 11 de Junio).

Privatizó el puerto de Paita, y ahora quiere dar en concesión el puerto del Callao, ESSALUD, criminaliza la protesta social (encarcelando dirigentes obreros de Casapalca como Pedro Condori), hace pagar la crisis económica a los pobres trabajadores permitiendo el despido masivo, capitula frente a la ilegal DOE RUN, paga puntualmente la fraudulenta deuda externa, y la corrupción de los petroaudios vive el sueño de los justos.

Es por estas razones que actualmente se vienen dando explosiones sociales en Abancay (1 muerto y más de 60 heridos), que en Asamblea Popular, eligieron a su nuevo presidente regional, generando una crisis revolucionaria (que el gobierno acaba de dispersar con el Estado de Emergencia por 60 días); o en Espinar, Cusco, que están luchando contra la contaminación y por la defensa del agua; o en Huancabamba, Piura, donde 2 campesinos acaban de morir después de un enfrentamiento con los sicarios-policías de las transnacionales mineras. De igual manera hay más de 150 conflictos sociales latentes que pueden estallar.

La perspectiva es inestable. Las convulsiones sociales continuarán a pesar de la navidad y las elecciones.

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