Un mes en la profundidad de la mina San José en el norte de Chile cumplen este domingo los 33 trabajadores que quedaron atrapados a causa de un derrumbe, y la evaluación general es que se encuentran bien en lo físico y lo psicológico.
Fue el jueves 5 de agosto a eso de las 13:40 horas (17:40 GMT) cuando se produjo el accidente que ha tenido al país y a gran parte del mundo con los ojos puestos en este yacimiento ubicado en las cercanías de Copiapó, a unos 800 kilómetros al norte de Santiago.
El sábado los mineros pudieron conversar mediante una videoconferencia con sus familiares, en un avance más de los que se han registrado desde que el domingo 22 una sonda hizo contacto con el refugio en que se encontraban hace 17 días, confirmando que estaban con vida.
El estado anímico de los hombres es bueno, según dijo a BBC Mundo el psicólogo de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) Alberto Iturra, a cargo del operativo en la zona.
"Se han adaptado muy bien a este proceso y están respondiendo como el grupo extraordinario que son. No cualquiera desarrolla todas las habilidades y todas las competencias que ellos han ido manifestando durante este tiempo", expresó.
La salud física también ha mejorado hasta superar los problemas iniciales propios del encierro, y a juicio del médico Jorge Díaz ya se puede hablar de una normalización.
"Concretamos la etapa de estabilización, los pacientes que tenían problemas crónicos de antes como el diabético o los hipertensos quedaron todos estabilizados bien. Los trabajadores están en buena condición general física y de ánimo, y ahora entramos en la etapa que llamamos de mantención", sostuvo.
Los nuevos desafíos
La evaluación de cómo las autoridades enfrentaron este accidente es positiva según el académico del departamento de Ingeniería en Minas de la Universidad de Chile, Raúl Castro.
"Creo que son las decisiones técnicas correctas en cualquier país desarrollado desde el punto de vista minero", señaló a BBC Mundo, destacando que el gobierno de Sebastián Piñera actuó bien porque "dejó en manos de los técnicos lo que tenía que ser técnico y dejó fuera la política".
La máquina Strata 950 superó los 40 metros en su proceso para sacar a los mineros, que puede durar entre tres y cuatro meses. También llegó hasta la mina la perforadora T-130 que buscará ensanchar uno de los ductos ya existentes, y podría obtener resultados en menos tiempo.
Mientras esperan a 700 metros de profundidad, los obreros pasarán por distintos estados anímicos que tienen a los expertos atentos y preparados.
"Obviamente como grupo van a vivir todas las cosas que tienen que vivir: la cercanía y lejanía, los subgrupos, las tareas, el protagonismo, el liderazgo, todo lo que es un fenómeno normal de grupo lo vamos a tener, y eso es lo que estamos esperando", explicó Alberto Iturra.
"Ahora tenemos que mantener una nutrición equilibrada, mantener una observación médica cercana. Hemos establecido parámetros específicos que vamos a medir todos los días y otros que vamos a medir todas las semanas", sostuvo el doctor Jorge Díaz.
Para el jefe médico de la ACHS la etapa más difícil ya terminó, pero "ahora viene el maratón. Ya corrimos los 100 metros planos y ahora viene el maratón".
Bocinas para el recuerdo
El campamento Esperanza vivirá una jornada especial este domingo cuando se cumpla el primer mes de encierro de los mineros, y los familiares realizarán diversas actividades para recordarlos.
María Segovia, hermana de Darío Segovia y bautizada como la "alcaldesa" del campamento, dijo a BBC Mundo que "vamos a hacer un bocinazo acá en la mina para recordar que ellos cumplen un mes, para hacer sentir que los niños llevan un mes ahí, mientras esperamos que el rescate sea en el menor tiempo posible".
Los mineros ya se están alimentando con comida caliente e incluso para el 18 de septiembre, cuando se celebre el bicentenario de Chile, les enviarán empanadas, mientras se evalúa la posibilidad de que puedan brindar con un vaso de vino.
Y para la entretención se realizan gestiones para que los trabajadores puedan ver en directo el partido amistoso que Chile jugará el martes 7 ante Ucrania.
"Ahora va a empezar la queja y los reclamos: que no me gusta el postre, que las cartas no están llegando a la hora, que cambiemos esto. Es muy entretenido porque en la medida que empieza a surgir esta demanda más intensa y este control mayor de la superficie quiere decir que están mejor", destacó el psicólogo Alberto Iturra.
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