Las "ideas peligrosas" son aquellas que emergen para eliminar la validez de un paradigma y son rechazadas por el establishment de turno por su potencial para cambiar las cosas.
La mayoría de las columnas de innovación se dedican a presentar y discutir casos, y sacar conclusiones que puedan ser aplicables a tomadores de decisión. Esto es entretenido al principio, pero al poco tiempo termina aburriendo tanto al autor como a los lectores. Por eso, esta columna va a ser distinta.
Aquí intentaremos aplicar los enfoques de diseño e innovación para analizar y discutir temas de contingencia y actualidad, darles varias vueltas, encontrar puntos de vista distintos, inexplorados y poder identificar y descubrir algunas “ideas peligrosas” asociadas a ellos, y como las definió Steven Pinker de la Universidad de Harvard.
¿Qué son las ideas peligrosas? Pinker no se refiere con este término a aquellas que generan daño a la sociedad −como podrían serlo las ideologías racistas o fascistas, o armas de destrucción masiva. Muy por el contrario. Las define como aquellas que emergen para eliminar la validez de un paradigma que ha llegado a ser considerado como normal y aceptado, y que, −como amenaza que es− es rechazada por el establishment de turno por su potencial para cambiar las cosas.
¿Y por qué llamarlas peligrosas? Porque desafían el status quo y orden económico, moral, político, religioso o la estabilidad de una industria o sector. Son peligrosas no porque puedan estar “erradas” sino porque −oh, paradoja− podrían ser “correctas”. Estas ideas son peligrosas porque, al poner a prueba una idea institucionalizada, prometen con dejar obsoleto gran parte de lo invertido en crear el sistema en que se sostiene su validez.
Tanto es el rechazo y miedo que provocan estas ideas peligrosas, que sus promotores son atacados tanto en el plano personal como en de las ideas. “¿Cómo puede decir tal cosa?” “¡Es un irresponsable!” “Que se dediquen a lo suyo”, son algunas de las reacciones más comunes que suelen provocar. ¿Un ejemplo? Grover Cleveland, el 22º y 24º Presidente de EE.UU., se refirió a la peligrosa idea del voto femenino diciendo que “las mujeres responsables e inteligentes no debieran querer votar”.
Nuestra historia está plagada de ideas peligrosas. La evolución de las ciencias se ha basado en pasar de la ciencia “normal” −aquello aceptado por la comunidad en una disciplina− a nuevos paradigmas, creados por ideas peligrosas presentadas por nuevos personajes. Copérnico, Galileo, Darwin y Einstein fueron algunos.
Pero no sólo en ciencias. Años atrás, un ministro de vivienda dijo que en Chile ya no había campamentos, y Un Techo para Chile armó una mediagua frente al Palacio de la Moneda como manera de desafiar y decir lo contrario, y se propuso como meta un “Chile sin Campamentos para el 2010”. De no haber habido terremoto, la meta se habría logrado.
Las posibilidades de innovación se generan, justamente, mediante ideas que nacen como respuesta a preguntarse ¿por qué…? cuando algo tiene que ser de alguna manera, ¿ qué tal si…? frente a la dificultad de cambiar el status quo, o ¿y por qué no? frente a la imposibilidad de hacer algo. Las respuestas a estas preguntas se transforman en peligrosas cuando, más que complementar la tendencia gobernante, vienen a desafiarla y dejarla obsoleta.
Un ejemplo de nuestros tiempos es Educación 2020 y algunas de sus propuestas. ¿Por qué Educación 2020, que comienza como un movimiento testimonial que sólo iba a durar un mes, se ha transformado en algo permanente con 65.000 miembros? Porque han mirado un problema desde una perspectiva distinta, desde fuera de la corriente normal.
¿Quién se pone nervioso con Educación 2020? Algunos expertos en educación, los actuales dirigentes del colegio de profesores, algunas escuelas de pedagogía, sólo por nombrar algunos. ¿Por qué? Cada uno tiene su razón que, en el fondo, significa lo mismo: “nosotros creemos en algo que para nosotros funciona −o al menos es funcional, que es casi lo mismo−, el bote navega mal o bien, pero navega, y no queremos que nadie nos haga olitas”. Ahora, si las ideas de E2020 no tienen sentido, ¿por qué se censuraron los videos de Educación 2020? ¿Por lo que decía, o por cómo lo decía? Seguramente por ambas.
Miremos el desarrollo de tecnologías de la información, para ver ejemplos. Había siete arquitecturas en disputa en el desarrollo de internet, seis de ellas pertenecientes a distintas empresas. La disputa no parecía resolverse hasta que David Clark −en ese entonces Jefe de Arquitectura de Procotolos del Proyecto Internet en DARPA, ahora en MIT− tomó una idea de Vint Cerf, programó TCP/IP −el protocolo que hace funcionar internet− y, en vez de acogerse a propiedad intelectual y hacerlo propietario, decidió que sería gratis. La idea prendió y el resto es historia.
Lo mismo ocurrió con un grupo de “renegados” −como les llamaron− que creyeron que el software debía ser libre (para poder modificarlo de acuerdo a necesidad) y gratis, y que pensaron gente en todo el mundo iba a querer contribuir gratuitamente a generar una solución mejor a la reinante. Así nació Linux y el software libre. En ambos casos estas ideas mostraron ser peligrosas para el establishment y el status quo.
La disciplina de innovación está llena de ideas que en ciertas industrias y la mayoría de las empresas son consideradas como peligrosas, como por ejemplo, que “las ideas no valen nada” (especialmente las de los jefes), que “hay que aprender a fallar mucho y rápido”, y que “las prácticas que hacen grandes a las empresas son las mismas que las llevan a su caída”.
Las ideas peligrosas son la base de la innovación disruptiva, sobre todo desde bienes inferiores, que ha llevado a otrora gigantes mundiales −como Bethlehem Steel y Polaroid− a desaparecer por el efecto de nuevas tecnologías (que representan la materialización de ideas peligrosas). Sin ir más lejos, algunas empresas han dejado pasar muchas ideas que las hubieran transformado. William Orton, presidente de Western Union, cedió los derechos del teléfono al Alexander Graham Bell, a quien había contratado para desarrollar un sistema que permitiera enviar múltiples telegramas usando un mismo cable, argumentando “qué uso podría darle una compañía a un juguete electrónico”. Simplemente no lo vio.
Daniel Gilbert, profesor de sicología de Harvard, dice que la más peligrosa de todas las ideas es que “ideas consideradas blasfemas, estúpidas, sin sentido, vulgares, o ignorantes son la música de las sociedades libres” argumentando además que “cuando las palabras usadas en el debate público son ciertas, políticamente correctas, buenas y justas es momento de correr”.
Así, las ideas peligrosas nos estimulan a cuestionar, pensar y actuar más allá de los límites existentes. Nos estimulan a cuestionar el status quo, identificar qué no funciona lo suficientemente bien, y decidir actuar. Nos llaman a pensar en diversas alternativas de solución mejores a las actuales, sin importar que otro piense que “no se puede”. Por último, nos estimulan a emprender para implementarlas en lo político, social y económico.
El objetivo de esta columna es estimular discusión y acción en estas dimensiones. Si quiere saber más lea “What is your dangerous Idea?” editada por John Brockman. Ahora… ¿Quiere contribuir con la suya? Escribame a carlos.osorio@uai.cl
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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