Oscar a cinta argentina incluyó "abrazo a hermanos de Chile"

El secreto de sus ojos se convirtió anoche en la segunda cinta argentina en llevarse la estatuilla a Mejor Película Extranjera y Juan José Campanella, su realizador, tuvo palabras para las víctimas del reciente terremoto. Avanzada la ceremonia, Vivir al límite se quedó con los principales galardones y Jeff Bridges finalmente obtenía el suyo.

El 2 de marzo de 1944, cuando Casablanca se impuso a sus nueve contendientes como la mejor cinta del año anterior, había sido la última vez que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas eligió entre 10 nominados a Mejor Película. Eso, hasta que anoche el procedimiento se repitió, en el Teatro Kodak de Los Angeles, pese a que la cosecha 2009 de la gran industria no fue particularmente gloriosa. Con todo, la 82 edición anual de los premios Oscar ofrecía supenso: enfrentaba en la categoría principal al gigante Avatar, la cinta más cara y taquillera de la historia, con el rudo filme bélico Vivir al límite. Y en la de Mejor Director a sus respectivos realizadores, James Cameron y Kathryn Bigelow, adicionalmente ex esposos que estaban sentados uno detrás de la otra en la ceremonia.

Con el correr de la noche, la disputa se zanjó: mientras Avatar se llevaba los Oscar por fotografía, dirección de arte y efectos visuales, su principal contendora se quedaba con las estatuillas para edición y mezcla sonoros así como con el premio al Mejor Guión Original, Mejor Montaje y Mejor Dirección, galardón entregado por primera vez a una mujer. Y, lo más importante, se quedó con el premio mayor de la jornada.

Un saludo

Otra novedad que aportó esta entrega, iniciada con media hora de retraso, fue la presencia de dos animadores: Steve Martin y Alec Baldwin. La dupla de Enamorándome de mi ex, que llegó al escenario como quienes bajan del cielo y aportó la tradicional cuota de humor, bromeó abundantemente con el número de nominados, con la cantidad de candidaturas de Meryl Streep y con un George Clooney, a quien las ocurrencias de los conductores no parecían hacerle mayor gracia.

Roto el hielo en el arranque, los favoritismos comenzaron a redituar. Christoph Waltz le dio su primera estatuilla a Bastardos sin gloria. Luego le llegaría el turno a Up, número puesto en la categoría de animación, mientras la mejor actriz secundaria resultó Mo'Nique (Precious), quien destacó en su discurso de agradecimiento que eran los méritos artísticos, y no la política, los que explicaban el éxito de una cinta que dos noches antes había arrasado en la entrega de los Independent Spirit Awards.

Menos evidente fue la estatuilla para El secreto de sus ojos, cinta argentina que derrotó el favoritismo de La cinta blanca y que se convierte en el segundo Oscar para el país trasandino después de La historia oficial (1985). Las breves y emocionadas palabras de agradecimiento de su director, Juan José Campanella, incluyeron un "abrazo a los hermanos de Chile".

El homenaje al fallecido director y productor John Hughes, en tanto, fue un momento emotivo de la jornada: Macauley Culkin, Matthew Broderick y otros actores con quien Hughes (Mi pobre angelito, El club de los cinco) forjó su carrera. La cuerda nostálgica se mantuvo con la rápida pasada a las estatuillas honoríficas para Lauren Bacall, Roger Corman y Gordon Willis.

Jeff Bridges, quien ganó tras ser nominado por quinta vez, fue otro que respondió a las apuestas y anticipos. Mirando al cielo, agradeció a sus padres.

Artículo original