Argentina: Proteccionismo y atraso

La Argentina es una economía cada vez más cerrada al intercambio, debido a una mentalidad que prima en políticos con escaso conocimiento del funcionamiento de la economía mundial y en intereses corporativos que, con el proteccionismo, pretende suplir sus ineficiencias.

Según un informe elaborado por organismos técnicos de la Unión Europea, la Argentina ocupa el segundo lugar en el ránking mundial de proteccionismo económico, detrás de Rusia.

Existe una enorme literatura económica, desde hace más de 200 años, sobre los beneficios del intercambio económico internacional.

No sólo el comercio de bienes o mercancías sino de servicios como el turismo, el intercambio cultural, el libre tránsito de personas por el mundo. A contrario sensu, las evidencias son contundentes que a mayor impedimento de la libre circulación de bienes y personas mayor es el atraso, no sólo económico, sino cultural y científico, y hay mayores riesgos para la paz internacional

Es justamente la actitud que adoptan las naciones en esta materia, en momentos de grandes crisis internacionales, un buen ejemplo de lo que decimos. En ocasión de la crisis de 1930, todos los países, que hasta entonces funcionaban en un contexto de libre comercio, adoptaron medidas de protección de su actividad interna, limitando o impidiendo el ingreso de productos extranjeros. La consecuencia fue una profunda recesión en todo el mundo que se prolongó por muchos años, una desocupación pavorosa y una gran extensión de la pobreza.

Por el contrario, la crisis del año pasado, que se presagiaba que podía ser peor que la del ’30, ha terminado siendo de menor intensidad y prácticamente su duración de poco más de año, ya que los países centrales ya anuncian la salida de la recesión. Uno de los aciertos que contribuyeron a este buen resultado fue el evitar la adopción generalizada de medidas limitantes del comercio. Por el contrario, la mayoría de los países del mundo insistieron en mantener los flujos del comercio.

Ilustrativo de este criterio correcto de política económica es el impulso dado por el presidente Obama, en la reunión cumbre de los países Asia-Pacífico (APEC), para que el Tratado de Libre Comercio que liga a Chile, Brunei, Nueva Zelanda y Singapur se extienda a lo mayor parte de los países de la región, para lo cual comprometió el apoyo de los EEUU.

La ampliación del Acuerdo de Libre Comercio Trans Pacífico será de enorme importancia económica, ya que las 21 economías de la APEC representan el 40,5% de la población mundial, el 54,2% del PBI y el 43,7% del comercio mundial. Es innecesario advertir lo que esos mercados importan para la economía argentina.

Pero, lamentablemente, la Argentina es -como lo señala el informe citado- una economía cada vez más cerrada al intercambio, debido a la existencia de políticos con escaso o nulo conocimiento del funcionamiento de la economía y del mundo en general, y de intereses corporativos, como varios sectores industriales ineficientes, que son los que siempre reclaman protección e impiden la apertura de la economía.

No sólo no se admiten razones probadas sino que tampoco se quiere reconocer el éxito alcanzado por nuestro vecino Chile, que a lo largo de más de dos décadas logró acuerdos de libre comercio con los países más importantes del mundo.

Mientras nuestros gobernantes sigan creyendo que el mundo es el enemigo, que es mejor vivir “con lo nuestro” o que somos autosuficientes (en todo), el resultado está a la vista: somos cada vez más pobres y atrasados.

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