JOHANNESBURGO -- Otra vez Brasil en octavos de final. Un rival que casi siempre, con notables excepciones, nos hace ver muy mal. Para muchos, ojalá siempre nos enfrentemos a rivales como los brasileños, porque dicen que nos dejan jugar, nos brindan espacios, no son rudos, en defensa se van los laterales y no vuelven, en fin que son "la papa", pero la realidad dista mucho de lo señalado.
Brasil hoy con Dunga, es muy parecido al equipo campeón del Mundial de Estados Unidos 1994, donde era el gran volante en un equipo pragmático.
El "Scratch" tiene hoy en Julio César a unos de los mejores porteros del mundo, si no el mejor en la actualidad, una línea defensiva con hombres de gran recorrido que juegan todo el año en la máxima exigencia y laterales, como Maicon y Michel Bastos (o Dani Alves, que ha ocupado el banquillo en esta Copa del Mundo) muy potentes en el trabajo de subida, donde habitualmente culminan con peligro en arco contrario.
Dos centrales como Lucio y Juan, que poseen buen juego aéreo, pero que con espacios y enfrentados en el mano a mano no siempre responden como cuando tienen a sus laterales y el volante central.
Es en el medio donde consiguen establecer claras diferencias con sus rivales. Así como Marcelo Bielsa les exige a los volantes salir con el balón al piso y llegar apoyando a los atacantes, los brasileros también tienen obligaciones en la recuperación del esférico. Es así como Gilberto Silva cumple funciones similares a Carlos Carmona: cuando no está se nota, porque auxilia a todo el mundo.
Pareciera ser que Elano ha hecho suya la banda derecha, a base de talento y sacrificio. Con Maicon o Dani Alves, el sector contrario no pierde fuerza con Felipe Melo y Michel Bastos que aportan gran disparo de media distancia como juego asociado defienden de manera más agresiva.
En delantera asoman jugadores de gran cartel, figuras mundiales de esos que marcan diferencias por si solos: Kaká, Robinho, Luis Fabiano y las inclusiones de Nilmar y Julio Baptista como las variantes que tiene Dunga para ofrecer un ataque con solidez.
El presente de la "Canarinha" es abrumador con relación a Chile, que no tendrá a su pareja de centrales y que defensivamente frente a los españoles dio demasiadas ventajas ante el primer rival que tuvo volumen ofensivo, exigiendo a fondo a la retaguardia nacional.
Todo esto con volantes de gran manejo ante la presión que intentó Chile los primeros 20 minutos, si esto se extendiera en el cotejo y con menos amarillas, Brasil comenzaría a tener mayores dificultades. Lo otro, el relajo que en algunos pasajes muestran sus jugadores.
Un tema que trabaja muchísimo Dunga en mantener la agresividad en sus movimientos la concentración defensiva y que los de arriba no sean tan irregulares en los 90 minutos.
El panorama se ve muy complicado, por lo que para tener alguna opción, todos deben hacer el mejor partido de su vida. Y además, que Brasil tenga una tarde negra, algo en lo que la Selección tendrá gran responsabilidad.
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