JOHANNESBURGO -- Decía en otras columnas que Chile debía hacer un partido perfecto y esperar una tarde negra del scratch. En los primeros 5 minutos el 11 nacional se acercó sobre la portería brasilera y en la media hora inicial, complicó a los dirigidos por Dunga apretando la salida y marcando a presión, pero bastaron 3 minutos de desbarajustes para que llegue el desequilibrio de un elenco que no te regala centímetros y que, con su actuación, mostró que tiene fichas para apostar en la carrera por la Copa del Mundo. Cabezazo de Juan, que le había marcado en 3 oportunidades a los nacionales con balones detenidos, y un contragolpe letal de Robinho (con espacios), Kaká (con espacios) y Luis Fabiano (con espacios), para sentenciar el cotejo.
Me decepcionó, como a muchos, el ver la alineación nacional puesta en cancha. Lo quería protagonista y sin replegarse, pero la manera de plantear el 11 al inicio del encuentro, desde mi parecer, fue errada.
Sé que criticar a Marcelo Bielsa no es políticamente correcto, pero el no tener un enganche en el comienzo del juego marcó el ritmo del equipo. Cuando tenía el balón, necesitaba una pausa y el balón justo, algo que ni Beausejour ni Suazo pudieron brindar. Alexis Sánchez se enganchó y colocó un pase notable a Suazo, pero durante el resto del tiempo siguió en la dinámica del ataque nacional.
Por eso molesta el ingreso en el segundo lapso de Jorge Valdivia y Rodrigo Tello. Porque lo hace cuando el partido ya está definido, cuando las opciones, ante un Brasil que empezó a regular pensando en Holanda, eran pocas, y porque tuvo el volumen de ataque exhibido en los 2 primeros juegos del Mundial, pero la falta de finiquito, y más ante una candidata al título, es fatal.
La Selección intentó, en lo que llamó Marcelo Bielsa "una expresión de amor propio valiosa", recortar las cifras, pero lo hizo reordenando las piezas con desorden. ¿Cómo? Cuando los jugadores cambiaban de posición perdían claridad y ubicación, dándole la posibilidad a la Canarinha de contragolpear y cerrar el juego con el gol de Robinho. Así, pese a mostrar otra cara, otro fútbol y otra velocidad, no le bastó a la Roja para seguir más arriba en la Copa del Mundo, algo que deja con gusto amargo, porque se podía ver al menos un partido más a Chile jugando en Sudáfrica.
Es muy pronto para hacer una proyección de lo que viene para Chile, luego de lo visto en la Copa. Pero es relevante lo que piden los jugadores, y que recoge Harold Mayne Nicholls. Es un trabajo importante, del que uno puede discutir desde esta tribuna algunos aspectos de su propuesta futbolística, pero que en lo macro (lo que importa al final del día) indica que el rosarino debe seguir, porque el punto alto de estos jugadores y del cuerpo técnico aún está por llegar.
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