Aunque producto del terremoto algunas empresas sufrieron pérdidas en su inventario y daños en su infraestructura, el sismo no habría tenido un alto impacto en la industria vitivinícola nacional. Es más, de acuerdo a empresarios del sector, se podría incluso llegar a un crecimiento de dos dígitos para el cierre del año.
Estado Actual
De acuerdo al gerente general de Viña Errázuriz, Felipe de la Jara, “en estos primeros seis meses las ventas van arriba en la industria, del orden del 10% al 15%”. En la firma controlada por Eduardo Chadwick, esa alza “es de 35% aproximadamente en valor, versus el año anterior, porque hemos crecido en distribución y los mercados están respondiendo a una recuperación en los vinos de más valor”.
En cuanto a exportaciones “se aprecia un crecimiento con respecto a 2009 que se vio afectado por la crisis económica mundial. Respecto al mercado interno, nuestra impresión es que se ha comportado estable a pesar de las pérdidas generadas por el terremoto”, aseguró la gerente y socia de Viña Santa Ema, Rossana Pavone.
“En general, se nota recuperación en las ventas en línea con el cambio positivo de tendencia del último trimestre del año pasado”, afirmó el gerente general de Viña Montes, Andrés Turner.
TERREMOTO
“La primera gran duda que sembró el terremoto era si Chile iba a poder responder a la demanda por vino y a recibir de buena forma la vendimia 2010. Ambas situaciones se enfrentaron de excelente manera, lo cual habla muy bien de nuestra industria”, afirmó el gerente general de la Viña Tres Palacios, Lucas Palacios.
Uno de los fenómenos que se produjo fue que tras el sismo “la mayoría de las viñas tuvo que reordenar sus stocks debido a las pérdidas que tuvieron en vino, focalizándose en mejorar su fuerza de venta en el extranjero, ya que se produjo un interés mayor por contar con vinos chilenos, oportunidad que aprovecharon las viñas para sacar de circulación vinos de bajo precio y potenciar los de mayor valor”, comentó el consultor en Marketing de Vinos de Andes Wines, Maximiliano Morales.
El terremoto impactó en varias dimensiones al sector: “Los inventarios quedaron bastante apretados, más aún al tener una vendimia 2010 un 15% por debajo del año anterior, lo que lleva los precios de graneles a valores más altos”, indicó el gerente general de Viña Errázuriz. Por esto, y sumado a “la situación de tipos de cambio en el euro y la libra esterlina, las viñas están claramente dosificando sus agresividades promocionales en los mercados más relevantes, como Reino Unido y Canadá, con lo cual los precios promedio deberán subir. Otras viñas, como nosotros, estamos en proceso de ajustes de precios al alza, de modo de llegar al menos a las rentabilidades mínimas esperadas del negocio”.
Pavone indicó que “se puede constatar que habrá una fuerte inversión en infraestructuras de bodegas para reconstrucción de éstas y, por otra parte, el valor de los vinos va a depender en gran medida de la evolución de la demanda.
Palacios agregó que “el stock de vino perdido podría ejercer una presión en los precios de la uva, lo que beneficiará a los pequeños productores, quienes han sufrido mucho este último tiempo y son básicos para el desarrollo de la industria”.
AMENAZAS
Palacios reveló que “la mayor amenaza radica en la mala rentabilidad que obtienen los productores de fruta de alta calidad, ya que ellos son los llamados a mantener vinos superiores. Si sus plantaciones no logran rentabilidades justas, éstos irán desapareciendo poco a poco. Los grandes actores del mercado chileno del vino, a través de sus múltiples marcas y capacidad de influir en los mercados, dejan espacios de desarrollo cada vez más reducidos a viñas y productores pequeños y medianos de nuestro país”.
Felipe de la Jara aseveró que “no nos podemos quedar estancados en ser una propuesta de vinos de valor en rangos masivos. Es fácil caer en la autocomplacencia de sentir que ya hemos logrado harto y no dar pasos de crecimiento. Debemos trabajar muy duro y muy unidos”.
A diferencia de ellos, Morales aseguró que “el vino a granel nacional será el principal competidor del embotellado chileno, ya que atenta directamente a la imagen y precio de los vinos en el extranjero. Si se permite que el primero siga creciendo seguirá afectando las ventas del otro”.
PROYECCIONES
El segundo semestre “será de crecimientos similares a nivel de industria, terminando en valores probables de 10% en valor, por sobre el 2009. En el caso nuestro, serán más moderados que el primer semestre, al compararnos con un segundo semestre mejor en el 2009, terminando el año con crecimientos del orden del 20% en valor, versus el 2009, lo que es muy bueno”.
A nivel doméstico “se espera un aumento moderado, producto de la positiva tendencia de la economía para los próximos meses. En cuanto a las exportaciones se proyecta un aumento en los mercados asiáticos y también en Estados Unidos y Brasil. Sin embargo, Europa seguirá siendo un mercado débil en lo que resta del año”, dijo la socia de Viña Santa Ema.
Según Palacios: “Hay expectativas negativas en la demanda proveniente de Europa, dada la apreciación de Euro. Paralelamente, y a causa de lo mismo, los vinos europeos se podrán hacer más competitivos en los mercados externos”.
DESAFIOS
Los actores de la industria coinciden en que los vinos orgánicos, biodinámicos o de producción sustentable son una de las principales tendencias actuales, sin embargo, desafíos hay muchos.
Según el ejecutivo de Viña Montes, el principal desafío para la industria es “mejorar las rentabilidades con un dólar bajo y ahora también con problemas en los mercados en euros y libras”. A su vez, la gerente de Santa Ema señaló que se debe “continuar aumentando consecutivamente el precio promedio de las exportaciones y su volumen. Seguir incrementando los volúmenes exportados a mercados no tradicionales y fomentar el consumo responsable de vino a nivel país”.
El representante de Andes Wines apuesta porque se logre “producir con un valor agregado que se puede lograr a través de cepas o tipos de vinos que generen nuevas categorías que el consumidor esté dispuesto a comprar”.
De la Jara añadió que se debe también “fortalecer la imagen y reconocimiento de los vinos chilenos en los mercados internacionales, incrementando el valor de marca 'Wines of Chile', y elevando el precio promedio de toda la industria nacional. Debemos llevar el valor de nuestras exportaciones a valores por caja desde los US$ 27 de hoy, al menos a US$37 por caja en los próximos 10 años”. Y sugiere que el producto sea “uno de los principales caballos de batalla que apoyen la construcción de imagen-país. Para nosotros, el vino debe ser lo que es, por ejemplo, el café para Colombia o la alta tecnología para Japón”.
DESTACADOS
15% bajó la vendimia 2010 comparada con 2009, lo que elevó el precio del vino a granel.
US$37 por caja es el valor que alcanzaría la caja de vino embotellado chileno en los próximos diez años. Hoy está en US$27.
20% a 35% en valor proyectan aumentar este año sus envíos varias de las viñas exportadoras.
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