Norberto Morita quiere aprovechar el buen momento que viven las economías latinoamericanas, alejadas de las incertidumbres de la crisis europea, y las posibilidades de inversión que, gracias a esta independencia financiera, ofrecen hoy los países de la región a los fondos internacionales para iniciar, a partir de la segunda mitad de este año, un raíd de compra de empresas que estará especialmente enfocado hacia la Argentina, Chile, México y Brasil.
Lo hará a través de Southern Cross (SC), la marca registrada bajo la cual desde 1998 gestiona fondos de private equity dedicados a la toma de control de compañías con dificultades pero con fuerte potencial de expansión regional.
A través de esta fórmula, el empresario argentino-japonés ya creó tres fondos en los últimos diez años por un poco más de u$s 1.000 millones que fueron invertidos en un importante y diversificado portfolio de empresas latinoamericanas.
El primero se lanzó en 1998 por u$s 200 millones; el segundo en 2003 por u$s 210 millones; y el tercero vio la luz en 2008 y llegó a los u$s 750 millones. Este fondo está a punto de agotarse. De hecho, y tal como anticipó El Cronista la semana pasada, uno de sus activos en Argentina será vendido a un grupo chileno. Se trata del fabricante de medicamentos genéricos Northia, que pasará a manos de la Corporación Farmacéutica Recalcine.
La otra empresa que Morita opera en Argentina bajo el paraguas de Southern Cross es Compañía General de Combustibles (CGC), que adquirió en 2003 al grupo Soldati, y que algunos aseguran que también tendrá cartel de venta en breve.
Ahora, y mientras termina de cerrar la cesión de Northia al conglomerado farmacéutico chileno, el empresario está a punto de anunciar el lanzamiento de un nuevo fondo inversor, el cuarto. Oficialmente, sería presentado en sociedad el mes que viene, ya que para fines de junio está previsto cerrar la suscripción de aportantes. Hasta el momento, el fondo bautizado como Southern Cross IV, recaudó algo más de u$s 1.200 millones. Pero los ejecutivos de Southern Cross creen que terminará con más dinero que la suma de los otros tres fondos: apuntan a llegar a u$s 1.500 millones. Si cumplen con este objetivo, este fondo se convertirá en el mayor instrumento de inversión para Latinoamérica, tal como ya lo han definido en las oficinas de Southern Cross.
Mayormente, estará apalancado en los aportes realizados por clientes particulares de alto patrimonio e inversores institucionales como bancos, compañías de seguro, AFJP‘s chilenas, fondos de pensión, fondos soberanos y también grupos norteamericanos.
El dinero, como en el caso de los tres fondos anteriores, será utilizado para apalancar la compra de empresas financieramente complicadas pero con alto potencial de crecimiento, según revelaron a El Cronista fuentes habitualmente conocedoras de los movimientos de Morita y sus socios.
Según estas fuentes, el proceso de captación del dinero fue liderado por la consultora Celfin Capital en Chile, Perú y Colombia, aunque también llegaron aportantes argentinos. Además de aclarar que aun faltan algunos días para el cierre definitivo del nuevo fondo de Southern Cross, las fuentes revelaron que la filosofía inversora será la misma que acompaña a Southern Cross desde su fundación: comprar, gestionar, crear valor y vender, con alta rentabilidad, posiciones mayoritarias en empresas de diferentes sectores de países de la región como Argentina, México, Chile, Brasil y a partir de ahora también en los Estados Unidos.
En cuanto a los sectores, no habrá preferencias. Se trata de otra característica de los fondos de Southern Cross. De hecho, más de una vez Morita ha señalado que analizan negocios “desde México a Tierra del Fuego”. Actualmente, Southern Cross controla empresas que operan en mercados tan dísimiles como los de retail, energía, farmacéutico y construcción.
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