Mirando los datos objetivos parecería difícil entender la derrota de la coalición que desplazó a Pinochet. Han sido por lejos los 20 años más exitosos de la historia moderna de Chile. Esta Concertación le entregará en marzo a Piñera un país reconciliado, pujante, que redujo la pobreza de 38% en 1990 a 13% en 2009, y con un gran fortalecimiento de sus instituciones.
Más aún, la presidenta Bachelet, que se jugó a fondo por la candidatura de Frei, termina su período como un personaje tan querido y popular como el mismísimo Marcelo Bielsa. Un increíble 80% de aprobación ratifica ese afecto. ¿Cómo pudo perder Frei en este escenario? ¿Cómo pudo funcionar el slogan de "cambio" de Piñera? La realidad es que la Concertación fue víctima de su propio éxito. Y sobre eso realizó una campaña electoral plagada de errores, conflictos y divisiones que la hizo lucir aun peor.
Los gobiernos de la Concertación mejoraron notoriamente las condiciones materiales de vida de los chilenos. Pero por lo mismo éstos son hoy mucho más exigentes. Ya no sólo quieren cobertura de salud, exigen salud de calidad. Por otro lado, las cúpulas de los partidos oficialistas empezaron a mostrar los típicos vicios de quienes se aferran al poder por mucho tiempo: captura del aparato estatal y discrecionalidad en la asignación de cupos parlamentarios. Todo ello generó rechazo y alienó a los ciudadanos, estimulando el surgimiento de caudillos y políticos que cruzaron hacia la otra vereda.
Así, por primera vez en su historia, la Concertación llegó a las elecciones dividida: con un candidato oficial y dos por fuera. De ellos, Marco Enríquez-Ominami logró un inédito 20% del electorado precisamente denunciando estos vicios y llamando a la renovación. La campaña de Frei nunca pudo superar ese estigma de ilegitimidad: nació de unas elecciones primarias en que grandes figuras de la Concertación -como Ricardo Lagos o José Miguel Insulza- no quisieron participar, y en que se excluyó a emergentes como el mismo Enríquez-Ominami.
Antes, la Concertación siempre se las había arreglado para mostrar renovación: Lagos fue el primer socialista después de Allende, y Bachelet, la primera mujer presidenta. Ahora era imposible disfrazar a Frei como recambio.
En el fondo, la crisis de la Concertación terminó siendo una gran crisis de liderazgo. Y sin él, ni siquiera la coalición más grande y exitosa de la historia chilena puede ganar una elección reñida.
El autor es analista y gerente de Estudios de Conecta Research
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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