El Presidente de Venezuela, consciente de que las encuestas que aún pueden realizarse en ese país marcan una fuerte baja de su popularidad —pese a los muchos recursos que destina a medidas populistas—, multiplica sus esfuerzos por reforzar su poder. Su control de la prensa, que, según se ha denunciado en la reciente asamblea de la SIP en Buenos Aires, se traduce en el dominio de más de 730 medios de comunicación (238 radioemisoras, 28 canales de televisión, 340 diarios, revistas y semanarios y 125 páginas web), le permite imponer su versión por sobre la realidad que vive su país, que hoy, a resultas del aumento de una creciente injerencia estatal en la economía, se ve afectado por restricciones del consumo de agua potable, electricidad y de otros bienes básicos.
Asimismo, con miras a recuperar respaldo, busca crear unidad de los venezolanos en torno a un enemigo exterior, para disfrazar su propio fracaso interno. Desgastado un tanto el fantasma del imperialismo estadounidense, Colombia es ahora su blanco. En su más reciente programa dominical “Aló, Presidente”, lanzó una orden a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana para que se prepare la guerra con ese país, por autorizar el uso de siete bases en su territorio por la Fuerza Aérea de EE.UU. para cooperar en la lucha contra el narcotráfico. Chávez llamó a los “compañeros militares” y a los comandantes de batallones y milicias, y a los estudiantes revolucionarios, trabajadores y mujeres a estar listos para defender “esta patria sagrada”. Advirtió también al Presidente Obama que “no se vaya a equivocar y ordenar una agresión abierta contra Venezuela utilizando a Colombia, porque nosotros estamos dispuestos a todo”.
El gobierno colombiano, que cuenta con un fuerte respaldo popular, rechazó las imputaciones chavistas y anunció de inmediato que acudirá a la OEA y al Consejo de Seguridad de la ONU para que hagan prevalecer la seguridad internacional, porque “Colombia no ha hecho ni hará un solo gesto de guerra a la comunidad internacional, y menos a países hermanos”.
Esta retórica chavista es muy peligrosa, porque el aferramiento de Chávez al poder efectivamente lo puede inducir a aventuras extremas, incluso bélicas —algo no inimaginable en un régimen de rasgos totalitarios como el venezolano actual, como este diario lo ha señalado reiteradamente—. Así lo perciben también otros gobiernos de la región, como Brasil, que de inmediato ofreció mediar en la crisis, y los regímenes aliados de Chávez —como los de Nicaragua y Bolivia—, que salieron en defensa de la posición chavista.
Por lo demás, analistas venezolanos, en la medida en que pueden aún expresarse, habían anticipado en días muy recientes que Chávez tiene actualmente tres opciones reales de crear una situación para mantenerse en el poder si ve que tambalea: un autogolpe, una guerra civil artificial, o una guerra con Colombia. Todas ellas son factibles, dadas la configuración y la utilización política de las Fuerzas Armadas.
Todas son muy malas para Latinoamérica, pero la última es, ciertamente, la peor.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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