Torres del Paine, una de las zonas ecológicas más protegidas en la Región del Magallanes, es un rosario de granito en sus macizos montañosos, y de cristal en sus glaciares
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de febrero.- Cuando descubrí desde la ventanilla del avión una serie de extrañas formaciones semejantes a grandes torres forradas de oropel, asomadas entre los picos nevados de la Cordillera del Paine, pensé que seguramente el día que el Creador hizo las Torres del Paine amaneció de buenas.
Siempre me he preguntado qué motiva a la gente a realizar viajes en los que invierten más de 16 horas para llegar a un sitio desolado en donde el aliciente es un atractivo natural.
La respuesta la obtuve después de admirar la grandeza de ese macizo montañoso. Así que me prometí algún día viajar mis respectivas 16 horas para visitar las Torres del Paine en el corazón de la Patagonia Chilena.
Así que cuando mi amigo Moisés Braberman, nos invitó a Carlos y a mí, junto con un grupo de agentes de viajes, a ir a Puerto Natales, un pequeño poblado de pescadores que está a 145 kilómetros de las Torres, no dudé en aceptar su oferta para cumplirme la promesa de conocer ese Parque Nacional chileno, designado Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO.
Designación que se explica por el conjunto de montañas en donde destacan tres
sectores preponderantes del parque. El primero se integra por las coloridas Torres formadas de granito; el otro es Paine Grande, con su tímido pico que se asoma ocasionalmente y los fotogénicos Cuernos, parecidos a los de un caracol gigante.
Todo este paisaje coronado de glaciares y rodeado de ríos y lagos con tonos que van del aguamarina, pasando por el esmeralda, al turquesa, hasta llegar al azul intenso del zafiro. Además por contar con una flora y fauna que se desarrolla en forma silvestre
gracias a un microclima reinante.
El inicio de la vida
A medida que la luz de la mañana avanza junto con la camioneta que nos conduce de Puerto Natales a la puerta de acceso al Parque Nacional Torres del Paine, ubicada frente a la Laguna Amarga, la expectativa del grupo también crecía.
Como salidos de una postal que nos remonta a la era del hielo, esos paisajes de glaciares enredados en los picos negros de las montañas, inevitablemente nos remontan al inicio de la vida, en donde una bacteria marca el antes y el después.
“Las extensas colonias vivas de estromatolitos que se encuentran en Laguna Amarga, son análogos de los antiguos fósiles hallados en numerosas rocas a partir del Arqueano, era que tuvo lugar entre 3.8 y 2.5 millones de años atrás”, explica con tono de científica la guía de turistas que nos acompaña en nuestra visita. “Los estromatolitos nos permiten estudiar y contemplar verdaderos fósiles vivientes y aumentar, así, el conocimiento del origen de la vida en la Tierra”, puntualiza.
Ante tan profunda disertación todos pusimos cara de What? Sólo Moisés parecía entender que, lo que la mujer quiso decir, es que Laguna Amarga es una prueba irrefutable del inicio de la vida en su estado aeróbico. El resto del grupo permanecíamos de pie frente a una laguna de agua caliza que se movía agitadamente por la fuerza del viento, pensando que lo más que nos expresaba era precisamente la ausencia de vida.
“La proliferación de dichos organismos en condiciones extremas, permite inferir que ellos son los primeros postulantes a ser encontrados en ambientes extraplanetarios, como la agresiva atmósfera de Marte”, remató la joven guía antes de continuar
el recorrido.
Los Cuernos del Paine
Transitamos por un camino de asfalto lleno de imágenes panorámicas donde ríos caudalosos de color esmeralda demarcan la base de las Torres. No faltó quien le pidiera al chofer detenerse para tomar fotografías del Lago Pehoe, que refleja en su verde superficie a los Cuernos del Paine.
Momento que nuestra guía aprovechó para otro breviario cultural. “La peculiar roca negra de Cuernos del Paine se creó por las fuerzas de las placas tectónicas y glaciales, que también formaron todo el macizo”, aseguró. Este tipo de roca negra fue común hace diez millones de años, hasta que el contacto con el magma las convirtió en el granito que se ve hoy”.
“Luego, la presión de las entrañas del planeta dio origen a estas colosales montañas que hoy conocemos como las Torres del Paine”. Mientras hablaba, recogía pedazos de piedra para mostrar al grupo que la escuchaba con interés.
“Después llegaron las eras glaciales, y el hielo cubrió toda la comarca. Al retirarse, dejó al descubierto el granito, sobre el cual se conservó la roca negra. Por eso, hoy podemos apreciar enormes Torres con diferentes colores, lo que lo convierte en un espectáculo silencioso de la naturaleza”, dijo, feliz de captar nuestra atención.
Rumbo a las montañas
Seguimos nuestro camino con la esperanza de que el clima mejorara y las nubes caprichosas permitieran al Paine Grande, una de las montañas más bellas del mundo, mostrar su esquiva cumbre.
Dicen los pocos afortunados que han podido apreciar esta montaña luciendo sus más de tres mil metros de altura, que se trata de un espectáculo sensorial que quita el aliento, especialmente cuando se accede, a través del valle del Francés, donde una cantidad incontable de glaciares converge y forma masas de hielo aún mayores.
En contraste, sus faldas están cubiertas por bosques de lengas en donde habitan pumas, gatos monteses, zorros grises y colorados, además de numerosas especies de aves, como el cóndor y el águila.
El Paine Grande cuenta con cuatro cumbres: la Cima Sur o Punta Bariloche, la Cima Central, la Cumbre Principal y finalmente la Cima Norte, que resultan un reto para el alpinista más experimentado, quizá por eso han sido muy pocos los que han intentado conquistarla.
Hora de caminar
La falta de tiempo y de condición física de los participantes que integramos este recorrido nos llevó a dirigirnos en auto directamente a las torres propiamente dichas, uno de los lugares más emblemáticos del parque nacional Torres del Paine.
Lo que sí pudimos hacer, sin dificultada alguna, fue una leve caminata cercana al Salto Grande, cascada del río Paine, que cae en el lago Nordenskhold, otro de los incontables atractivos de este espectacular reino de la ecología.
Aquí las ráfagas de viento que corren a más de 80 kilómetros por hora, según nos dijo nuestra guía, provocan que frecuentemente los visitantes terminemos pecho tierra para evitar ser remolcados como hojas al viento.
La abundancia del líquido vital es otra razón para quedar maravillado en este escenario en donde sólo falta que aparezca uno que otro dinosaurio de la era del Jurásico o de perdida un milodón, ancestro de los armadillos, pero de tamaño magno, pues se cree que merodeaba por aquí.
En el lago Grey, de color grisáceo, se realza la belleza de los enormes trozos de hielo flotante que se desprenden del glaciar del mismo nombre, ubicado en su ribera. Este fenómeno se puede observar de cerca desde la playa pedregosa. Claro, siempre y cuando el viento te lo permita.
Existen diversas rutas para que los más avezados puedan dar rienda suelta a su energía con largas caminatas que suelen ser de varios kilómetros durante igual número de horas. Sin embargo este paraíso terrenal recibe a todo aquél que esté dispuesto a respetar las reglas y pasar unas horas en contacto con la “Pacha Mama”,
“La madre Tierra.”
Aunque hay que aclarar que mucha gente pernocta en el parque ya que en su interior se encuentran diversas opciones de hospedaje para todos los
presupuestos.
Sin embargo, nuestro grupo inició el regreso a Remota, nuestro hotel en Puerto Natales, al caer la tarde.
A manera de despedida un grupo de jóvenes guanacos, una especie de llamas, hacían alarde de su valentía disputado su lugar al jefe de la manada.
Por su parte, las nubes accedieron a la súplica de apilarse en montoncitos redondeados y despejar la punta del Paine Grande para observarla a lo lejos, cosa que llamó más mi atención, ya que las extrañas figuras formadas por éstas no las había visto jamás.
Nuestra experta guía no perdió la oportunidad para compartirnos uno más de sus conocimientos, a manera de despedida. “Hace tiempo un niño muy observador me preguntó el por qué de la forma redonda de las nubes y mientras le hacía un análisis que incluía la presión atmosférica de esta parte del planeta, más la velocidad con la que corre el viento, etcétera... ante esa respuesta, el niño me veía, incrédulo, y se limitó a afirmar: seguramente las nubes se transforman en grandes algodones de azúcar, enredados por el viento”.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
Es una hermosa zona de Glaciares y cadenas montañosas , realmente un lugar asombroso !
ResponderBorrarSaludos a todos !!
Juan - Paquetes en México