PRETORIA.- Atrás quedó ese comercial de una marca deportiva en el que Ronaldinho, Ronaldo, Adriano y Robinho bailaban en el camarín al ritmo de la samba, para después salir a la cancha a golear a Chile.
Todo eso se acabó con la llegada de Dunga al banco de Brasil. Al principio le costó a los jugadores cambiar el chip de los tacos, las rabonas y las bicicletas, pero poco a poco fueron entendiendo el estilo del DT que como máxima tenía "ganar antes de gustar".
Con la prensa y la "torcida" brasileña encima, la verdeamarelha ganó la Copa América 2007, la medalla de bronce en Beijing 2008, la Copa Confederaciones 2009 y terminó en el primer lugar de las Clasificatorias sudamericanas. Nada de mal, pero el país no le perdonaba que los pentacampeones hubiesen perdido su escencia.
A Dunga eso le dio igual. Dejó al máximo exponente del "jogo bonito", Ronaldinho, fuera del Mundial y llegó a Sudáfrica 2010 con un sólo objetivo: levantar la copa al igual que en 1994 cuando él era capitán. Y por lo menos, hasta ahora, todo le sale a la perfección y según su libreto.
Le ganó al débil Corea del Norte por un ajustado 2 a 1, a Costa de Marfil por 3 a 1 e igualó sin goles ante Portugal, en un partido en que ambos firmaron un pacto de no agresión que los dejaba a ambos en octavos.
Además el estratega logró llegar a la cita planetaria con un equipo que se recita de memoria.
En el arco está Julio César, el mejor arquero del mundo. El meta del Inter de Milan se las ingenia para mezclar los buenos reflejos, las voladas espectaculares y una fiereza digna de guerrillero. Además, a diferencia de Dida (el último portero de Brasil) ordena de gran manera a su defensa.
La línea de cuatro en el fondo también se caracteriza por el equilibrio. El peligroso e incansable Maicon por la derecha (que ya marcó un gol con sus trepadas por la orilla); Juan y el capitán Lucio como centrales; y Michael Bastos como lateral izquierdo, cuya pegada de distancia es una buena arma en ataque.
En el medio se nota la mano de Dunga. Con tres volantes más defensivos: Gilberto Silva, Felipe Melo y Elano (que aporta algo más en ataque) y uno netamente ofensivo, como es el disminuido Kaká.
En ataque es donde aparece el único destello de magia que le resta a este Brasil: el talentoso Robinho, que llega en su mejor momento a este Mundial. Y sumado a él está Luis Fabiano, el nueve de área, que ya ha celebrado en dos ocasiones en Sudáfrica.
Y a esta altura no se sabe que sería mejor, tener en frente la alegría de Ronaldinho y compañía, o el pragmático juego de Dunga. El mismo que en ambos partidos de las Clasificatorias ante la "Roja" se aburrió de demostrar que a pesar de que le dominen la pelota y los ataquen, a ellos les basta con llegar una vez al arco para derrumbar una idea de fútbol tan pensada como es la de Marcelo Bielsa.
Este lunes, a partir de las 14:30 horas de Chile, se sabrá si Dunga continuará saliéndose con la suya al ir en contra de la historia del fútbol brasileño.
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Genial, nos toca contra el mejor equipo del mundo!! :D
ResponderBorrarMaldita nuestra suerte. Se que tenemos material con qué ganar y que está demás dentro de las posibilidades, pero Brasil siempre da miedo.
No hay que ser ciegos,es el mejor equipo del mundo,,,,pero incluso los mas grandes deben caer en algun momento,ojala sea este lunes
ResponderBorrarSaludos