Por Felipe Cubillos, Desafío Levantemos Chile
Hace unos días, se me acercó un joven a preguntarme si era yo uno de los que estaba ayudando en la reconstrucción de escuelas en la zona azotada por el terremoto. Lo que a Enzo le interesaba saber era cómo él, un joven ejecutivo, le podía dar una mano a tantos que necesitaban tanto. Le pregunté a qué se dedicaba. “Soy parte de un call center de una compañía de seguros: verás que allí no tengo cómo ayudar, y quisiera hacerlo”, me dijo.
Está el caso de Elena, una mamá que vive en Santiago y que quisiera irse a la zona devastada, pero, con varios hijos que cuidar, no puede: tan sólo atina a decirnos que lo único que puede hacer es entregarnos un oso de peluche que uno de sus hijos quiere donar a un niño que hubiese perdido el suyo el 27 de febrero.
O el caso del presidente de un banco, que quiere ayudar, pero sabe que su negocio principal es prestar plata y no construir escuelas; o el de cientos de abogados de la agrupación Pro Bono, que se preguntan cómo hacer algo.
O Marcela, una pintora que quiere ayudar, pero que, según ella, sólo sabe pintar.
O Mathias y Sebastián, y en general los arquitectos, que se preguntan cómo colaborar.
O un deportista que le gusta correr, o una animadora —estrella de nuestro medio televisivo—, o un grupo de navegantes que saben trabajar la fibra de vidrio para reparar botes de pescadores, o un grupo de carabineros o PDI que están en terreno escuchando el sufrimiento de la gente, y tantos empresarios, jóvenes, miembros de las FF.AA. Todos, mostrándonos lo mejor de los chilenos. Y por otro lado, miles pidiendo ayuda, rogándonos que no los abandonemos, que no los olvidemos. Y en ese escenario, vale hacerse la pregunta de qué es lo que un emprendedor puede hacer, y de nuevo, la respuesta sencilla y obvia… haz lo que sabes hacer… pastelero a tus pasteles.
Los emprendedores intentamos juntar oferta con demanda; o sea, a un problema le buscamos una solución. El terremoto nos ha dado la oportunidad de hacerlo. Y como los recursos son escasos y las necesidades infinitas, definimos que teníamos que ser muy eficientes. Y como soy un convencido de que no hay nada más solidario que la eficiencia, creamos un modelo de gestión que pretende resolver la mayor cantidad de problemas en el menor tiempo y al menor costo.
Así, Enzo, nuestro encargado del call center, lo mejor que puede hacer es atender bien a sus clientes que están tratando de cobrar su seguro cuando han perdido su casa. «Bien» significa rápido, con amabilidad y capacidad para escuchar el drama.
Elena, de los peluches, ha recolectado cientos en distintos colegios y serán los niños los encargados de entregarlos.
Los bancos, al igual que ese presidente, tendiéndoles una mano a los empresarios que perdieron sus negocios, apoyándolos para que se vuelvan a levantar.
Los abogados, ayudando a que la gente tenga sus títulos de dominio para postular al subsidio habitacional; los estudiantes de construcción, trabajando para determinar si las casas se pueden salvar o no. El dueño de una cadena de cementerios, ayudando a reconstruir los cementerios públicos destruidos.
Las fundaciones que se dedican abnegadamente a mejorar la educación, a trabajar en propuestas conjuntas para darle una mano a la autoridad y tratar de salvar la educación pública, que agoniza. Los artistas, pintando cuadros para las nuevas casas; los cantantes, cantando para recuperar el alma de la nación, o haciendo eventos para conseguir recursos. Las constructoras cuyas obras sufrieron daños, que se preocupen primero de cuidar a sus clientes. Fueron ellos los que depositaron sus ahorros de toda una vida y les dieron su confianza; les toca demostrarles que eran merecedoras de ella.
Los medios de comunicación, manteniendo vivo el drama de tantas familias chilenas, simplemente para que no las olvidemos.
Nuestros futbolistas, jugando no sólo con disciplina y talento, sino con el coraje de un pueblo que espera que lo entreguen todo para darnos 90 minutos de gloria. ¡Vaya que lo necesitamos!
¿Y el Estado y los políticos? Mucho que hacer también. Sabemos que el Estado chileno es realmente lento e ineficiente, así que no le pidamos celeridad: pidámosle que al menos sea un buen coordinador de tantas voluntades y que ojalá pueda reinventarse.
¿Y los políticos? Que se pongan de acuerdo en cómo resolver de una vez la pésima educación pública que ha condenado a miles de niños chilenos a la desesperanza, inequidad y desigualdad.
La tarea de reconstruir Chile es inmensa. No sobra nadie, nos necesitamos todos y no necesitamos imaginar megaproyectos de ayuda. Tan sólo la voluntad, algo de creatividad y, sobre todo, humanidad. De eso se trata, al final del día, vivir en sociedad.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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