La demora de la primavera se debe al ingreso del fenómeno de El Niño, que traerá también temperaturas más altas de lo normal en el verano. Las precipitaciones se presentarán con más regularidad desde la Región del Bío Bío al sur. Hasta el mes de noviembre podrían registrarse episodios de precipitaciones en Santiago y la zona central del país, como una consecuencia más del fenómeno de “El Niño”, que ya ha retrasado en algunas semanas la llegada de la primavera.
De acuerdo a las observaciones actuales de las temperaturas superficiales del mar, realizadas por Meteorología, éstas indican la presencia del fenómeno en algunas regiones del país, lo que favorece una mayor precipitación en la zona central y sur durante la estación de invierno y primavera.
Según monitoreos de los meses de agosto, septiembre y octubre, las lluvias se mantendrían sólo hasta este mes. Sin embargo, un monitoreo posterior indica que podrían extenderse a noviembre.
“En general la situación de lluvia, sobre todo en la zona Centro-Sur cuando hay eventos de calentamiento del Pacífico, suele ser un poco más que la que ocurre generalmente en esta época, con más nubosidad y con temperaturas no tan extremas todavía. Seguirán por lo menos hasta noviembre, y desde ahí se hace mucho más estable la situación”, explicó a Terra.cl Juan Quintana, meteorólogo del departamento de Climatología de la Dirección Meteorológica de Chile.
Es así como noviembre se presentará entre las Regiones de Arica y Antofagasta, sin precipitaciones y entre las Regiones de Atacama y Coquimbo, precipitaciones en torno a lo normal.
Entre las Regiones de Valparaíso y Los Lagos habrá precipitaciones por sobre lo normal, mientras que entre las Regiones de Aysén y Magallanes, serán en torno a lo normal.
Sobre las temperaturas, Quintana dice que debido a este tipo de eventos, por lo general, los veranos son con temperaturas más cálidas respecto a otros años.
“Producto del fenómeno de El Niño las primaveras son mucho más lluviosas y más húmedas, especialmente en la zona centro-sur, hasta noviembre. Y de ahí se hace más estable la situación. Ya entrando al verano, diciembre, enero y febrero hay una condición mucho más seca y mucho más cálida de lo normal”.
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