
El canciller José Antonio García Belaunde explicó que si bien los ejercicios militares seguirán con el nombre de "Salitre 2009", la hipótesis ya no hacía mención a ningún país norteño.
"El escenario es absolutamente distinto. Ya no es un país vecino, sino que se trata de dos países en una isla y sobre otro tema contencioso de política interna. Saludamos que haya sido así para evitar suspicacias y no herir susceptibilidades", explicó el titular de Torre Tagle.
¿Pero qué hizo ceder al gobierno de Michelle Bachelet? Fuentes gubernamentales revelaron a Correo que diversas gestiones de parte del ministro de Defensa, Rafael Rey, y del canciller García Belaunde, ante representantes de los países participantes en el ejercicio, lograron presionar a La Moneda.
Según nuestras fuentes, el Canciller se reunió con autoridades de Brasil y Estados Unidos y les informó que el Perú consideraba "provocadora" la hipótesis inicial del ejercicio militar. Con el mismo argumento, Rey dialogó con autoridades del sector Defensa de Argentina, Ecuador y Colombia, las que entendieron el pedido peruano.
Sin embargo, quizá el punto clave que logró torcer a La Moneda fue la crítica que llegó desde el propio empresariado chileno, agrupado en la Sofofa, equivalente a la Confiep.
Rey habría tenido reuniones con un empresario peruano de mucha influencia en Santiago, quien logró convencer a sus colegas sureños de que le informen a su gobierno sobre la inconveniencia de la operación militar para las relaciones comerciales entre ambos países. Estos habrían tenido contacto con la diplomacia chilena.
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