Debido al sismo, el presidente entrante decidió cancelar los eventos sociales que habian sido programados con los mandatarios de diferentes naciones y otros representantes oficiales de los paises visitantes. Esto no sólo me pareció elogiable por el hecho de renunciar de buena gana a parte de la gloria y el protagonismo que le correspondía vivir en esa memorable ocasión, y a lo que significaría para él compartir por vez primera con personajes de tal relevancia mundial, sino también porque demuestra las prioridades del señor Piñera y su compromiso urgente con su país en momentos tan dificiles. Decidió que su labor no podía esperar y que su pueblo no merecía esperar.
El presidente dejó a sus distinguidos invitados en la compañía de su gabinete y de la nueva primera dama mientras él se disponía a visitar la zona de Concepción al sur del país, que ha sido la más castigada por el terremoto del 27 de febrero pasado, y a Rancagua, para evaluar los daños de la última réplica.
Los verdaderos líderes se manifiestan mejor en los momentos más críticos, en los de mayor necesidad, y este país tan luchador, netamente exportador, además de cobre, frutas, salmones y vinos, está exportando una clara imagen de civismo, de dedicación y de compromiso con el pueblo.
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