En la historia siempre se han dado, con mayor o menor recurrencia, los matrimonios para mantener o aumentar el poder, las tierras o el linaje. Y aunque la modernidad impuso el amor como principal motivación para casarse, persisten las uniones que se concretan por otras razones, como las económicas o para conseguir nacionalidad. Claro que ahora, se agrega una nueva: el hecho de compartir una beca y desarrollarse profesionalmente en pareja.
Y justamente este último ejemplo es el que está teniendo más casos en Chile: parejas jóvenes que apresuran su matrimonio civil para poder viajar juntos a perfeccionarse en el extranjero. Eso, aunque no estaba en sus planes formalizar en el corto plazo e incluso, no lo quieran hacer. Pero se rinden a la posibilidad de poder viajar juntos y obtener mejores beneficios si están casados.
TRÁMITE EXPRESS
Andrea tiene 24 años y lleva más de tres junto a Pedro. Los dos postularon a las Becas Chile para irse a Estados Unidos. Es un proyecto que quieren hacer como pareja. Y están a la espera. Aún no tienen la respuesta, pero intuyen que alguno de los dos puede que no la gane. En ese caso, las becas le dan al cónyuge del beneficiado una visa para trabajar y estudiar. Así se podrían ir juntos. Pero hay un detalle. No están casados. Por eso ahora piensan en la idea del matrimonio. Sólo por la beca. Si no, no lo harían. "Si nos lo piden como obligación, hay que hacerlo. Yo nunca he soñado con casarme. Estoy lejos de ese sueño, pero lo veo como un requisito más para poder estar con mi pololo e irme para allá", dice Andrea.
A Laura(25) le pasa algo similar. Lleva más de cinco años pololeando con Pablo. Ambos también postularon hace unas semanas a las Becas Chile y esperan los resultados para octubre. Ese mes, no sólo se enterarán si emigran, sino que también sabrán si se casan. A Laura no le gusta hablar del matrimonio como un trámite. Pero si sólo uno de los dos se gana la beca para irse a Estados Unidos, se casarán por el civil, aunque no era algo que tenían pensado en el corto plazo. Ella lo ve como "una decisión práctica, impulsada por las circunstancias".
¿Y LAS CONSECUENCIAS?
Tanto a Laura como Andrea les cuesta creer que pueden llegar a casarse. Les gustaría que el plan B no se concretara. Más que por el miedo a comprometerse, porque no lo ven como tal, no les gusta pensar en las consecuencias que tendrían si, estando fuera, la relación de pareja no resultara. "El matrimonio te amarra en caso de que ambos, como adultos, decidamos que no tiene sentido seguir juntos. Es un trámite legal muy latero el separarse", dice Andrea, quien asegura que si no tuviera obligatoriamente que casarse, en caso de un fracaso matrimonial, sería mucho más facil tomar las maletas y volver a Chile.
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