Sebastián Burr es un empresario y también un hombre estudioso de los grandes temas de la filosofía política, la economía y la historia. Le fue bien en los negocios y recientemente publicó Hacia un nuevo paradigma sociopolítico, un libro de proporciones considerables que se interna en el desarrollo político occidental, en las lógicas del crecimiento económico y en las tareas que Chile tiene pendientes para llegar al desarrollo.
No es solo la combinación de emprendedor y de hombre reflexivo lo que hace de Sebastián Burr una figura singular. También destaca su independencia política y su coherencia entre lo que piensa y lo que hace. Porque si en su libro postula un nuevo trato laboral que asocia el ingreso de los trabajadores a su productividad y a los resultados, él dice haber probado y aprobado el esquema con anterioridad en su propia compañía (Titán Industrias Tecnológicas de Desarrollo de Proyectos de Ingeniería), con efectos que fueron satisfactorios para todos los involucrados.
Decepcionado de los niveles de desigualdad y de la menguada participación política que presenta la democracia chilena, Burr llama a un cambio de paradigmas y responde algunas preguntas.
Su libro tiene casi 600 páginas grandes. ¿Por qué publicar un libro tan voluminoso, cuando tenía material para haber publicado tres o cuatro?
Porque vivimos en una cultura materialista y excesivamente disruptiva, plagada de distorsiones, reduccionismos y prejuicios que interactúan negativamente en casi todos los ámbitos, sobre todo en el plano sociopolítico. Dividir el libro en varios volúmenes habría hecho perder de vista dicha trama y la propuesta integrada que sugiero como solución.
¿Cómo se autodefiniría: liberal o conservador, hombre de centro o de derecha, religioso o escéptico, optimista o pesimista?
El libro intenta una síntesis que supere las categorías que históricamente han dividido a nuestra sociedad. Sus planteamientos emanan de datos objetivos y del sentido común, y apuntan a promover en todos los ciudadanos el desarrollo moral (personal) y ético (sociopolítico), el ejercicio pleno de la justicia, de la libertad y de la solidaridad. Y sobre todo el desarrollo de la autosuficiencia humana que deriva de una expansión activa de la inteligencia teórica, práctica y emocional. Creo ser optimista.
¿Habría que cambiar radicalmente el modelo?
Yo diría que hay que complementarlo, pero de un modo radical, para que todos los chilenos se conviertan en partícipes activos del devenir sociopolítico y económico, de modo que el protagonismo democrático deje de ser un privilegio de los grandes empresarios, de la clase política y de ciertos grupos vocacionales.
A su juicio, ¿por dónde está haciendo agua el modelo económico?
La falla central es que no ha logrado conciliar una próspera macroeconomía con una paupérrima microeconomía. Concentra la riqueza en muy pocas manos y mantiene a las grandes mayorías en el subdesarrollo socioeconómico, impidiéndoles participar activamente en la oferta, en la demanda, en el acceso proporcional a la propiedad productiva y a la generación de ahorro que permita el emprendimiento.
La propuesta central de su libro apunta a implantar en nuestro país un nuevo modelo sociopolítico. ¿Por qué lo considera necesario?
Porque después de más de 100 años de vigencia del paradigma liberal-socialista en Chile, se ha revelado intrínsecamente incapaz de resolver los problemas humanos, sociales y sistémicos de fondo, al margen de sus éxitos relativos, que todos conocemos.
Artículo original
pero si eso de la incapacidad del sistema neoliberal lo ha planteado siempre la izquierda, pero encuentro positivo que empiecen a abrir los ojos y ver el futuro de Chile y todos los chilenos, y no solo de un grupito selecto
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