Según lo informado por los representantes de éstas en la Quinta Cumbre Anual de Inversionistas, realizada ayer en Santiago, Enersis lleva la delantera con iniciativas del orden de US$ 6 mil millones, que incluyen sus planes en generación y distribución.
Sólo Hidroaysén, del que controla el 51% a través de Endesa Chile, considera, a lo menos, US$ 2.000 millones sólo en lo que respecta a la firma, aunque se trata de un proyecto de más largo plazo. A esto se suma la unidad a carbón Bocamina II (370 MW de capacidad instalada), que estará lista en junio de 2011 y una serie de iniciativas que se mantienen en etapa de análisis, como la construcción de las hidroeléctricas Los Cóndores (150 MW), Neltume (490 MW) y Choshuenco (128 MW) y la carbonera Punta Alcalde (740 MW).
Cuenta con recursos
El gerente de Finanzas de Enersis, Alfredo Ergas, dijo que la empresa mantiene una caja repartida entre sus filiales por US$ 1.000 millones y no descartó que estos fondos sean usados en eventuales adquisiciones.
"Enersis, Endesa y sus filiales en Chile y América Latina no tienen ninguna dificultad para levantar fondos y estar listas ante cualquier oportunidad que haya, ya sea de inversión o de desarrollar los planes de crecimiento normales para responder a la demanda (…) Hoy tenemos una caja muy importante, de casi US$ 1.000 millones", manifestó el ejecutivo.
Expansivo es también el panorama de AES Gener, que tiene en carpeta la construcción de las unidades 1 y 2 de la carbonera Angamos (518 MW, en Mejillones) y el complejo hídrico Alto Maipo, que suman, además de otros proyectos menores, US$ 3.000 millones. Según expuso su gerente de Finanzas, Daniel Stadelmann, el plan considera varias alternativas de financiamiento (deuda financiera, aumentos de capital y emisiones), sin descartar ninguna. "Tenemos todas las puertas abiertas", explicó.
E-CL, sucesora de Edelnor tras la fusión con Electroandina, cuenta proyectos por US$ 1.800 millones, aunque según su gerente general, Lodewijk Verdejen, su concreción dependerá de si se desarrollan proyectos mineros anunciados en el norte, entre ellos la expansión de Escondida y la conversión de Chuquicamata a minería subterraánea.
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