La Nación, Argentina: Piñera busca una nueva relación con la Argentina

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, afirmó que ha llegado "el tiempo de una relación mucho más madura con la Argentina" y señaló que las relaciones bilaterales tienen que tener como base "intereses y principios compartidos". Abogó, además, por una mayor integración, y admitió que en esos lazos hay lugar para que existan "discrepancias" con la mandataria argentina, Cristina Kirchner.

En una entrevista con La Nacion, en su despacho del Palacio de La Moneda, Piñera dijo que, pese a que la pobreza en Chile "es un escándalo", su gobierno tiene "una misión grande", y es que [Chile] "sea en esta década el primer país de América latina que logre derrotar el subdesarrollo". Señaló, además, que Barack Obama tiene "una tremenda deuda" con la región.

A punto de cumplir dos meses en el poder, Piñera se mostró reflexivo en medio de la vorágine de actividad en la que parece estar envuelto después del trágico sismo del 27 de febrero.

Su llegada al poder pareció afirmar la percepción de que en la región hay dos bloques. Uno, que responde a las directrices de Venezuela, y que integran Bolivia, Ecuador, Nicaragua, y otro, compuesto por países como Colombia, Brasil y Chile, con un perfil más moderado. ¿Coincide con esta apreciación?

La palabra "bloque" tiene una connotación antagónica, de confrontación. Yo prefiero hablar de dos visiones, que difieren en la concepción de la democracia, del modelo de desarrollo económico y también en la sana relación que debe existir entre el Estado y la sociedad civil. Un modelo es aquel al cual adhieren Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, tal vez Ecuador. Otro modelo es aquel al cual adhieren países como Brasil, México, Colombia, Perú, Chile, Uruguay y otros más. Yo estoy absolutamente convencido de que este segundo modelo es el mejor camino para compatibilizar democracia, libertad, desarrollo e igualdad de oportunidades. Por eso, en Chile, vamos a promover el segundo modelo. Esto no significa que no podamos tener diálogo y buenas relaciones, aun teniendo pensamientos distintos.

No mencionó a la Argentina. ¿En qué modelo la inscribe?

Esa es una respuesta que tienen que dar los argentinos.

En Venezuela existen ataques francos contra la oposición y la prensa; en la Argentina también se está demonizando a la prensa. ¿Son conflictos puntuales o es algo preocupante a nivel regional?

Todo atentado contra la libertad de expresión, comunicación e información siempre es preocupante. Creo firmemente en la necesidad de protegerlas porque es un componente esencial de la libertad, que es un concepto integral. No se la puede compartimentar. Tiene que ser integral o, finalmente, termina teniendo pies de guerra. Por eso, las defiendo, pese a que a los que estamos en el gobierno muchas veces nos moleste o nos duela...

A pocas horas de la reunión de la Unasur, uno de los temas que se tratará es la designación de su secretario general, que sería el ex presidente Néstor Kirchner. ¿Cree que es una buena elección?

Entiendo que la mayoría de los países, incluido Chile, dio su aprobación a la elección de Néstor Kirchner y sólo falta la confirmación de Uruguay. Por lo tanto, Chile en esta materia ya comprometió su palabra y yo la voy a respetar.

Durante los gobiernos de la Concertación, la relación de Chile con la Argentina pasó de la tensión de los cortes de gas y el incumplimiento de contratos a la renovación del tratado de paz y amistad en el Vaticano. Su administración ha hecho muchos gestos hacia la presidenta Kirchner. ¿Cómo se proyecta esta relación y qué límites ideológicos o políticos podrían coartarla?

Para Chile, es muy importante tener buenas relaciones con el mundo y, particularmente, con los países vecinos. Por eso hemos hecho un esfuerzo de profundizar las relaciones con la Argentina. No solamente nos unen la tercera frontera más larga del mundo y 200 años de vida independiente sin guerras, algo muy encomiable. Hemos tenido conflictos y hemos sabido resolverlos. Creo que hoy llegó el tiempo de una relación mucho más madura. Soy partidario de promover una colaboración e integración mucho más plena, en varios campos: económica y también física.

¿Cómo influye la clara diferencia que existe en la forma de ver la política que tienen usted y la presidenta Kirchner?

¡Por supuesto que hay diferencias! "¡Viva la diferencia!", como decían los franceses. Las relaciones entre los países tienen que ser sobre la base de intereses y principios compartidos, pero naturalmente se permite que existan discrepancias. Cada país es libre y, por tanto, respeto el camino que la Argentina se da en sus elecciones libres y democráticas. Por supuesto que Chile tampoco renunciará a la libertad de escoger su propio camino.

En este mundo globalizado, ¿qué importancia le atribuye a la seguridad jurídica de un país?

Mucha. En el libro Trust [Francis] Fukuyama dice que la confianza es un patrimonio muy importante para los países. Mejora la relación entre las personas, la calidad de la democracia, el potencial de crecimiento y desarrollo y la calidad de vida. Por lo tanto, tener confianza y, en consecuencia, Estado de derecho, es importante. Creo en el respeto de la ley, en que ésta se aplique de forma pareja, en que nadie esté por encima ni tampoco por debajo. Es fundamental para un verdadero desarrollo.

En suma, mantener la reglas del juego.

No. Uno puede ir cambiando las reglas del juego. Para eso existe la democracia; para eso existen los congresos y para eso se eligen los gobiernos. Hay que respetar las reglas del juego. Se pueden cambiar, pero dentro del sistema y no fuera de éste. En otras palabras, si estoy jugando al fútbol y me marcan un gol, debo poner la pelota en el centro de la cancha e intentar marcarle 5 goles al equipo rival, pero no incendiar el estadio.

Según la Cámara de Comercio de Santiago, el primer trimestre arrojó cifras récord de inversión chilena en el extranjero [1700 millones de dólares]. De ese total, sólo el 5% fue captado por la Argentina. Eso no habla precisamente de confianza.

La Argentina es uno de los dos países más importantes para Chile respecto del destino de sus inversiones. Es cierto que este flujo ha disminuido, y ha aumentado hacia países como Perú y Brasil. Eso es algo que depende de las decisiones privadas. Los gobiernos sólo podemos crear los mecanismos. Yo creo que deberíamos explorar una mejor integración en cuanto a las riquezas mineras fronterizas. También integrar nuestros sistemas energéticos; que estén interconectados para que la capacidad ociosa de un país pueda ayudar a otro cuando el otro esté en déficit y viceversa. Para todo eso, la confianza y el respeto a los tratados y acuerdos es fundamental.

¿Qué papel tendrán las empresas argentinas en la reconstrucción?

Les planteamos una invitación a participar de las licitaciones públicas a las que está llamando el Estado. La tarea de la reconstrucción es titánica.

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