Los chilenos están inmersos en su quinta campaña electoral desde el retorno de la democracia, en 1990, la que culminará con los comicios del 13 de diciembre, pero con un panorama diferente al de elecciones pasadas pues, por primera vez, la izquierda gobernante se dividió en cuatro candidaturas –la oficialista de la Concertación Democrática y tres disidentes– contra una sola de derecha.
Además, la alianza izquierdista está sorprendentemente atrás en las encuestas, lo que hace presagiar una dura lucha para suceder a la socialista Michelle Bachelet, primera mujer en la presidencia de Chile y quien no puede ser reelegida a un periodo inmediato.
La concertación presenta como candidato al ex presidente Eduardo Frei (1994-2000), con el 26,7% de la intención de voto, pero sufre la competencia de tres políticos escindidos de sus filas: Marco Enríquez Ominami (21,9%), Jorge Arrate (3,5%) y Alejandro Navarro (0,6%).
Del otro lado está la Coalición por el Cambio del millonario Sebastián Piñera, con 36,7%.
“Tras 20 años en el Gobierno, es normal que una coalición tan exitosa como la Concertación se desgaste”, admite en una entrevista con EL UNIVERSO la analista chilena Paulina Astroza, de la Universidad de Concepción, quien resalta como factor de división de este sector el desencanto de la juventud por un sistema político que no da espacio a personas con ideas distintas a las de las dos grandes coaliciones, a lo que se suman “proyectos personalistas que quieren probar su propio camino”, dice, desligándose de los partidos tradicionales.
“No existe ni se dio un mecanismo democrático para resolver las diferencias entre los miembros de la coalición, por ello tomaron caminos separados y paralelos”, coincide en diálogo telefónico con este Diario, desde Santiago, el analista político Ricardo Israel, y resalta el transcurso del tiempo y el desgaste del poder.
La Concertación tiene un mal candidato, nominado por las élites de los partidos que se opusieron a tener primarias abiertas y competitivas, mientras la derecha tiene a un postulante moderado, de posiciones mucho menos dogmáticas que los candidatos presidenciales en contiendas anteriores”, explica a la AFP, Patricio Navia, profesor del Centro de Estudios Latinoamericanos.
Un ejemplo fue el Partido Socialista, que sufrió la desafiliación de Enríquez Ominami tras ignorar un pedido de sus partidarios de impulsar elecciones primarias con el socialdemócrata Frei para determinar al candidato presidencial de la Concertación.
“El modelo, basado en acuerdos entre las direcciones de los partidos, funcionó muy bien para la transición democrática (periodo de la historia de Chile iniciado el 11 de marzo de 1990, cuando Augusto Pinochet entregó el poder al presidente Patricio Aylwin y del que se discute si aún continúa), pero el sistema se está agotando y requiere un proceso de consolidación democrática más transparente y participativo”, agrega Navia. Otro factor que afecta al oficialismo, según Astroza, es la corrupción, con casos de triangulación de dinero y concesiones dudosas en Chiledeportes, el Ministerio de Obras Públicas y otras entes del Estado. Aunque se sancionó a los responsables, estos casos afectaron la confianza de los electores.
Comicios que harán historia Un triunfo de Piñera implicaría el retorno democrático de la derecha al poder después de 46 años, desde el último gobierno de Jorge Alessandri (1958-1964) y significaría que se logró terminar con la identificación absoluta de la derecha con la dictadura de Pinochet, explica Astroza, pero “deberán demostrar que pueden gobernar Chile, retomar el ritmo de crecimiento económico y bajar los índices de desempleo”.
Para la docente de la Universidad de Concepción, una victoria de Frei ratificaría que pese a los problemas internos, la Concertación sigue siendo la coalición política más exitosa de la historia de Chile, y que la gente valora lo que se ha avanzado en estos últimos 20 años.
Pero, asimismo, Frei debería demostrar que es efectivamente “el puente entre las nuevas y antiguas generaciones”, como asegura, y liderar un refrescamiento de la Concertación, con caras nuevas, mayor control de servicios públicos, lucha contra la corrupción, mejorar los niveles de crecimiento, bajar el desempleo y mantener y reforzar la red de protección social.
Israel considera que muy pocas cosas se van a modificar en Chile, “gane Frei o gane Piñera”, pues “así como la Concertación ha cambiado muy poco el programa de Pinochet, no habrá un cambio fundamental en caso de ganar la derecha, porque en Chile hay consenso en cuanto al sistema político y económico, pese a la retórica de los candidatos.
Como muestra recuerda que Piñera ya ha dicho que no quiere hacer cambios bruscos ni en lo social ni en lo político, y que en la Concertación Democrática, “aunque tiene un lenguaje socialdemócrata, sus políticas económicas son liberales”.
Más datos: De los comicios
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En segunda vuelta
Eduardo Frei manifestó el pasado miércoles que confía en captar en segunda vuelta los votos del electorado progresista. Según sondeos habría empate técnico en una segunda vuelta entre Piñera (44,5%) y Frei (42,8%).
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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