Artículos Destacados

viernes, septiembre 25, 2009

Argentina y EE.UU.: cada vez más lejos

Amén de una relación política signada por la indiferencia, los vínculos comerciales bilaterales se debilitan y los empresarios norteamericanos decidieron congelar sus inversiones en el país. Cuándo y por qué se quebró el diálogo.

“Fortalecer las relaciones entre ambos países”. Aunque sin experiencia previa en el ámbito diplomático, la nueva embajadora de los Estados Unidos en la Argentina se propuso un desafío no menor. En su llegada al país, la abogada de origen latino Vilma Socorro Martínez aseguró la semana pasada que existe una “excelente relación bilateral”. Su ejemplo: el reciente vínculo cultural y deportivo que generó el triunfo del tenista Juan Martín del Potro en el US Open.

Pero más allá de este suceso deportivo, tanto las relaciones comerciales como las políticas entre ambas naciones se encuentran congeladas. Uno al norte, el otro al sur, estos países sostuvieron un significativo desbalance comercial en los últimos años. Y con un panorama político que está lejos de ser próspero, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sigue buscando una reunión bilateral con el mandatario estadounidense Barack Obama. Aquella deseada reunión que todavía no llega.

“Una cierta indiferencia parece haber signado la relación bilateral argentino-norteamericana en los últimos 10 años, después de las relaciones carnales de los "90”, resume Eduardo Fracchia, director de Economía del IAE Business School de la Universidad Austral. Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, las exportaciones argentinas al país norteamericano fueron de $1.680 millones durante el primer semestre de 2009, mientras que las importaciones alcanzaron los $2.577 millones. En base a datos del Indec, la consultora Abeceb.com indica que los cinco principales productos que se exportaron a los Estados Unidos en lo que va del año fueron combustibles minerales, aluminio, bebidas, preparaciones de hortalizas y máquinas y aparatos mecánicos. En esta ecuación, los productos agrícolas están casi ausentes: como los Estados Unidos es un exportador neto de alimentos, la Argentina no posee un margen considerable para venderle este producto. Por su parte, el país sudamericano importa del norteamericano principalmente bienes de consumo e insumos industriales.

“En 2008, sólo el 7,4% de las exportaciones argentinas fueron despachadas hacia la potencia del norte, el nivel más bajo en los últimos 20 años”, sentencia Fracchia. A partir de 2006, los envíos a los Estados Unidos cayeron un 10,5%, por lo cual la relación ha venido en franco retroceso. Para el director de Economía del IAE, en términos de importaciones la caída ha sido aún más “dramática”. “Durante los "90, un 19,4% de los productos importados provenían de los Estados Unidos. En lo que va del decenio, la relación cayó a 14,1%, mostrando apenas un 12% durante 2008”, explica.

Roberto Russell, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), destaca que “ya en 2007 la Argentina ocupaba el lugar 40° en el comercio global de bienes de los Estados Unidos, y el 6° en América latina, después de México, Venezuela, Brasil, Colombia y Chile”. Y agrega: “Ese mismo año nuestro país representó el 0,35% de las exportaciones del país norteamericano en el mundo, y el 0,26% de las importaciones totales”. Sin embargo, las relaciones con EE.UU. han sido históricamente importantes para la Argentina, pues Estados Unidos le representa el quinto mercado para las exportaciones y el tercero para importaciones.

La seguridad jurídica

Aunque los Estados Unidos desplazó a España como principal inversor externo directo de la Argentina, los datos tampoco son alentadores en esta área. Mientras que a mediados de la década del 90 los EE.UU. representaba un 30% de las inversiones locales, la inversión extranjera directa (IED) de la potencia se redujo a un 8% en 2007.

En este contexto, Cristina Kirchner no pudo escapar de las quejas empresariales en Nueva York, ciudad a la que viajó esta semana para participar de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). En su cita con inversores estadounidenses -entre los que se encontraban altos directivos de compañías norteamericanas como AEI Energy, Boeing, Cargill, DirecTV, Fox International, General Motors, IBM, Microsoft - la falta de seguridad jurídica fue el tema más preocupante que plantearon los hombres de negocios.

Mientras que las inversiones norteamericanas tuvieron su momento fuerte entre 1995 y 1998, hoy día se encuentran congeladas. “La inseguridad jurídica es absoluta, pues el Estado aplica reglas que se modifican permanentemente y en forma arbitraria”, afirma Diego Guelar, ex embajador argentino en los Estados Unidos y especialista en Relaciones Internacionales del PRO. Según Guelar, los niveles actuales de inversión norteamericana tienden “al congelamiento o a la salida”. “Algunas empresas presentan hechos de reposición porque necesitan mantener el flujo de capitales, pero este comportamiento se da porque no pueden salir. Si no fuera por eso, la predisposición sería a la venta”, opina.

Además de la inseguridad jurídica, el actual asesor de política exterior de Mauricio Macri sostiene que la falta de estadísticas públicas confiables es otro factor que perjudica a la Argentina. “En este caso, la inseguridad se multiplica ya no en hechos jurídicos legales, sino en términos económicos. Sin normalización del Indec, no hay posibilidad de normalizar las relaciones internacionales”, insiste. La actitud impredecible de la Argentina para Washington se presenta como la principal causa de la falta de una relación plena bilateral.

Según Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, “la Argentina tiene una relación compleja con los organismos financieros internacionales y difícil con los acreedores”. “Una reunión con el mandatario Obama podría ser leída por los mercados como el comienzo de un proceso de reencauce de las relaciones bilaterales, alimentando la credibilidad y mejorando el clima para las difíciles negociaciones que se avizoran con los hold-outs y el Club de París", complementa Fracchia.

El quiebre de la relación

El malestar de Cristina Kirchner permanece. El mandatario norteamericano trata como aliados a Brasil, Chile, Colombia y México, pero Barack Obama aún no le ha concedido una reunión bilateral a la jefa de Estado argentina. Durante 2009, la presencia de ambos en distintos eventos fue simultánea. No obstante, Obama no la recibió en Londres, durante la cumbre del G-20. Cristina tampoco consiguió aquel deseado encuentro en la Cumbre de las Américas. “La Presidente intentó, incansablemente y sin éxito, acercarse a Obama a través de la embajada argentina en Washington. Como no respeta las reglas del protocolo ni la cortesía, puede ser que lo intente una vez más”, dice Emilio Cárdenas, ex embajador argentino en la ONU.

Los especialistas consultados por Weekend coinciden en que la actual frialdad de las relaciones políticas entre ambos países tiene una explicación en el calendario: la “anticumbre” de las Américas que se realizó en Mar del Plata en 2005, bajo la Presidencia de Néstor Kirchner.

“En un principio, Kirchner necesitaba el apoyo de los Estados Unidos para negociar la deuda en default. Desde la cumbre de Mar del Plata se establece una relación distante, que es la que se mantiene hasta el día de hoy. El ex presidente no habló más con Bush, y Cristina sólo trata cuestiones protocolares con Obama”, manifiesta el especialista de la Universidad Di Tella.

Según Fraga, la relación entre los dos países “es correcta pero fría”, y “la administración actual pretende una buena relación con Obama, pero en los hechos no ha logrado encauzarla”.

Para Guelar, la Argentina se encuentra entre dos extremos. “No se puede decir que estemos en conflicto, pero nos encontramos en medio del vínculo que los EE.UU. mantiene con Venezuela, y aquellas relaciones fluidas con Colombia, Perú, Chile y Brasil”, señala.

La estrecha relación que mantienen la Argentina y Venezuela es otro de los factores que condicionan el diálogo entre Buenos Aires y Washington. “La elección argentina de acompañar al eje bolivariano ha generado una sombra de desconfianza que aleja la posibilidad de un diálogo fecundo”, asegura el ex embajador argentino en la ONU.

Sin promesas de reuniones entre ambos mandatarios, las relaciones entre la Argentina y los Estados Unidos permanecerán indiferentes, frías y distantes.

Si bien la administración kirchnerista muestra signos de acercamiento hacia la mayor economía del mundo, las palabras deberán confirmarse con acciones. “La Argentina puede recomponer fácilmente este vínculo. Obama está abierto a generar un nuevo tipo de diálogo con la región, pero no creo que este Gobierno esté en condiciones de restablecer la relación sin resignar intereses”, concluye Russell.

Artículo original

1 comentario:

  1. Anónimo5:05 p.m.

    La actitud impredecible de la Argentina para Washington se presenta como la principal causa de la falta de una relación plena bilateral.

    ASI COMO CON EL GAS CON CHILE ...Y OTRAS MAS .

    PERO BUENO EL QUE SIEMBRA COSECHA COMO DICEN ALGUNOS .


    AHORA ..LOS CHILENOS APRENDEREMOS DE LAS LECCIONES DADAS POR EL PASADO DE ESTOS ARGENTOS ...'?
    CUIDADO¡¡¡¡SON REALMENTE BIPOLARES.

    ResponderBorrar

ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.