Aunque no soy un gran entusiasta de que nuestro país ingrese a la Unasur, considero que resulta mejor estar allí que restarse.
PESE A QUE la Unasur se aleja de ser la iniciativa perfecta, considero necesario, pertinente y oportuno aprobar su Tratado Constitutivo. El trámite ya cumple dos años desde el ingreso a la Cámara de Diputados. Hoy está en el Senado y el canciller Moreno, así como diversos especialistas, hemos entregado nuestra opinión ante la Comisión de Relaciones Internacionales. Sin ser un gran entusiasta del proyecto, considero que en este caso resulta mejor estar allí que restarse.
Opto por Unasur, ya que se trata de una iniciativa de largo debate, cuyos objetivos son plenamente concordantes con la política exterior chilena. Entre ellos, destacan construir un espacio de integración y unión cultural, social, económica y política en el marco de la soberanía e independencia de los Estados.
Asimismo, el exitoso proceso de inserción de Chile en el mundo nos exige dar señales claras de nuestra complementaria y decidida vocación de asociación subregional, la que no siempre hemos logrado sea percibida por nuestros vecinos. Tal voluntad quedó demostrada al haber ejercido la primera presidencia pro tempore de Unasur, cooperando a darle vida. Este esfuerzo fue continuado por Ecuador durante el período siguiente. Debemos reconocer la tarea realizada por el Presidente Correa en el sentido de fortalecer el derecho internacional regional basado en principios y alejado de la coyuntura.
En el contexto del mundo globalizado, Unasur puede ser un buen camino para dar mayor peso a la región en el concierto internacional, generando, además, espacios para un rol más activo de Brasil. Adicionalmente, es prioritario evitar que esta sea otra iniciativa regional fallida, trabajando creativamente en su implementación, lo que exige buscar soluciones a las debilidades o contradicciones que presentan acuerdos de estas características.
En ese sentido, Chile debería actuar propositivamente en Unasur, definiendo un procedimiento de operación que gestione, controle y evalúe lo realizado. Resulta urgente elaborar proyectos concretos que busquen lograr objetivos específicos, como la solución de trabas aduaneras, y otro tipo de controles para hacer viable el libre tránsito de personas, servicios, bienes y productos, sin atentar contra la seguridad, ni el resguardo y protección del medioambiente y los recursos naturales.
Desde esa perspectiva, deberían tener una alta prioridad las obras de infraestructura orientadas a potenciar el intercambio entre América del Sur y Asia a través del Pacífico, así como el diseño de un proyecto energético intrarregional. Otro aspecto es la necesaria búsqueda de coordinación entre la Unasur y la OEA. Lejos de verlos como antagónicos, debe encontrarse la complementariedad entre ambos organismos. El conflicto entre Colombia y Venezuela, y la necesidad de mediación que generó, muestra esta necesidad.
En suma, me parece adecuado ratificar el tratado velando por la plena concordancia del documento con nuestros valores e intereses nacionales. Ello obliga a actuar proactivamente. Mención especial merece generar fórmulas que resguarden la democracia en el ejercicio del poder en los Estados de la región, materia vital que, a la fecha, ha sido evadida.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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